Gustos, preferencias, fobias y filias aparte, lo cierto es que ‘Goats Head Soup’ tuvo una excelente respuesta comercial. A partir de la segunda semana de septiembre de 1973 encabezó las listas de ventas oficiales estadounidenses durante cuatro semanas y cuando se lanzó la reedición de 2020 se convirtió en su decimotercer álbum más vendido
Un repaso a ‘Sopa de cabeza de cabra’, antes de que llegue ‘Hackney Diamonds’ de The Rolling Stones
Primavera de 1993: Con motivo de la presentación en Madrid del disco del conocido grupo de rock catalán Sopa de Cabra ‘Mundo Infierno’, el primero que editarían con la multinacional BMG-Ariola, me entrevisto con Gerard Quintana, su cantante y fundador. Conociendo la fuerte raíz clásica del sonido del grupo desde sus comienzos, al terminar la entrevista, le pregunto a Gerard: “Oye, como curiosidad, el nombre del grupo ¿viene del “sopa de cabeza de cabra” de los Stones?” a lo que se sonrió y me respondió: “¿Tú qué opinas?” y entonces nos echamos a reír, chocamos la manos y con una segunda cerveza, empezamos a hablar de “Dancing With Mr.D”, “Coming Down Again” y “Star, Star (Starfucker)”.
Ya se ha iniciado la cuenta atrás para la edición de ‘Hackney Diamonds’ y todo el universo Stone parece que empieza a moverse, se han cumplido 50 años de la edición de ‘Goats Head Soup’, un álbum sobre el que existe una cierta división de opiniones tanto entre los seguidores de los Stones como entre la crítica. De entrada y en mi opinión, diré que si se analiza aisladamente del resto de la carrera del grupo, es un muy buen álbum, de un contenido muy heterogéneo, muy representativo de lo que era aquel momento, 1973, en la música pop y rock.
Es un álbum puramente Stone en tanto en cuanto ofrece todas las aristas y los ángulos en los que los Stones se empezaron a mover desde que a finales de los años 60 los discos de larga duración adquirieron una entidad propia y representaban conceptualmente la evolución de cualquier grupo, por supuesto ellos incluidos, siempre con la mirada puesta en incorporar a su sonido las músicas del momento sin desvirtuar su personalidad. En ‘Goats Head Soup’ encontramos un mid-tempo blues rock como “Dancing With Mr.D” de estilo muy stoniano clásico, al que sigue un funk-rock muy del momento, que podría haber grabado perfectamente Stevie Wonder como “100 Years Ago”, temas a medio camino entre la incipiente disco-music y el sonido Filadelfia como “Doo Doo Doo Doo Doo (Heartbreker)”, un experimento que se adelanta diez años a la “World Music” de Peter Gabriel como “Can You Hear The Music” y que nos trae a la memoria aquellas estancias marroquíes del grupo a finales de los 60, baladas de una sensibilidad maravillosa como “Coming Down Again”, “Winter” –preciosos los arreglos de cuerda de esta canción- y por supuesto “Angie”, blues clásico en “Hide Your Train” así como sin lugar a dudas, puro rock Rolling Stones School: “Silver Train”, que fue versionada por Johnny Winter y la demoledora “Star, Star (Starfucker)”.
Aún así, es un álbum menos apreciado que otros fundamentalmente por dos motivos, al menos en mi opinión: Fue el álbum que se editó tras ‘Exile On Main Street’, obra maestra de cabecera de la historia del grupo y a la hora de comparar ambos álbumes, siempre salía ganando ‘Exile…’ y por otro lado, la producción de Jimmy Miller, la última que hizo para el grupo, es con toda seguridad la menos inspirada y la menos trabajada de todas. A pesar de esos hermosos arreglos de “Winter” y el en general buen trabajo de guitarras, ‘Goats Head Soup’ tiene un sonido opaco, con la voz de Mick muy por debajo de donde debería estar en algunos temas, y una mezcla en la que por ejemplo, la batería de Charlie tampoco tiene la fuerza que debería.
Keith Richards aseguró en 2002: “¡Jamaica era uno de los pocos lugares en los que nos dejaban entrar a todos! Bueno, con sinceridad… donde me dejaban entrar a mí. En ese momento, por todos mis rollos con las drogas y la policía el único país en Europa el que se me permitía estar sin perros policía husmeando a mi alrededor era Suiza, lo cual era muy aburrido para mí, porque no me gustaba esquiar… Me prohibieron la entrada en nueve países, así que fuimos a Jamaica no porque quisiéramos grabar en la playa y rodeados de palmeras y hierba, era una cuestión de cómo mantener esto unido”.
‘Goats Head Soup’ se grabó entre noviembre y diciembre de 1972 en los Dynamic Sound Studios de Kingston, Jamaica en su mayor parte. Entre el 12 y el 15 de enero de 1973, aprovechando los ensayos del concierto benéfico para los damnificados por el terremoto de Nicaragua que darían en el Forum de Los Ángeles del 18 de enero, retomaron las grabaciones de Kingston –de esas sesiones salieron las versiones finales de “Star, Star (Starfucker)”, “Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker)” y “Dancing With Mr.D” y entre mayo y junio se mezcló y se dejó terminado el álbum en Londres. Como anécdota, entre las innumerables outtakes de las sesiones de Kingston y Los Angeles que se dejaron grabadas pero que pasaron al archivo del grupo para mejor ocasión, dos que se incluirían en 1981 en ‘Tattoo You’ : “Start Me Up” en versión reggae lento y “Waiting On A Friend”.
Mick Jagger en 1973: “Creo que este disco es más variado y más reflexivo que ‘Exile On Main Street’, un disco que personalmente se me hizo demasiado largo y en el que incluimos algunas cosas que sinceramente, no me gustaban demasiado. Realmente me siento cerca de este álbum y puse todo lo que tenía en él. Supongo que se ve que me gustan más las canciones ¿no es cierto?”
Gustos, preferencias, fobias y filias aparte, lo cierto es que ‘Goats Head Soup’ tuvo una excelente respuesta comercial. A partir de la segunda semana de septiembre de 1973 encabezó las listas de ventas oficiales estadounidenses durante cuatro semanas y cuando se lanzó la reedición de 2020 se convirtió en su decimotercer álbum más vendido. Pero volviendo al disco del 73, es necesario poner en valor un dato que a veces no se tiene lo suficientemente en cuenta: Como casi siempre sucede, o al menos sucedía en los años 70 y 80, la acertada elección de un single que tuviera éxito en los charts y sonase en la radio arrastraba en ventas al LP. Y esto fue lo que sucedió con “Angie”, la balada dedicada a la hija de Keith Dandelion Angela y no a la mujer de David Bowie, como ha mantenido la rumorología amarillenta durante décadas.
“Angie”, single que Atlantic Records no quería sacar – “¡Queremos otro “Brown Sugar”, no baladas románticas!” bramaba por teléfono Ahmet Ertegun desde Nueva York- fue uno de los singles de más éxito de la década de los 70 de los Rolling Stones. Con su arreglo de cuerdas de Nick Harrison y el sensacional piano de Nicky Hopkins, llegó al número 5 en Gran Bretaña, al nº1 en Estados Unidos y por primera vez, al nº1 en España. Los Stones no olvidaron aquel detalle y en su primer concierto en Madrid el 7 de julio de 1982, la tocaron por primera vez en aquella gira después de que hubiera estado fuera de los set-lists durante varios años.
Un disco para recordar y disfrutar… al menos hasta que llegue ‘Hackney Diamonds’.
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