Tocar y curar: la magia de los reyes medievales
Por Nònimo Lustre
Esoterismo en una Royal sociedad
La Casa Real noruega está empeñada en ser la más fresca de las rancias monarquías europeas. Hace años, lo demostró en la boda de su príncipe heredero con Mette-Marit, quien, además de plebeya, por estar divorciada de un delincuente aportó un hijo -tan problemático como suelen ser los jóvenes. Ahora, la hermana del heredero, la princesa Marta Luisa (52), también divorciada y con tres hijas pero con su ex suicidado, se casa con el afro-norteamericano Durek Verret (49, DV), un autonombrado chamán -“de sexta generación” reza su hoja de servicios sin que sepamos a qué se refiere: ¿que su sexto antepasado era un dios o que era un sacerdote?
Al igual que otros escandinavos, los reyes noruegos presumen oficialmente de ser de cuna teutona -la Casa Glücksburg- pero su origen es bastante más fresco: los espadones napoleónicos Bernardotte. Es decir, aproximadamente lo mismo que los Windsor que eran no menos germanos… hasta que, al estallar la I Guerra Mundial, olvidaron a sus antepasados porque el patriarca de todos ellos, era el enemigo -el Kaiser. Por tanto, en general, olvidemos la ranciedad y/o frescura de las monarquías europeas porque no hace al caso y, por ende, porque el exotismo de la boda princesa-chamán no puede achacarse a su bisoñez.
Aun así, sigue siendo misterioso que una monarquía desfallezca en plena juventud. ¿Por qué opta la joven Casa Real noruega por integrar a un chamán exógeno si todos los reyes han sido siempre chamanes? Más aún, más que curanderos del alma -una entidad subjetiva y vaporosa-, los monarcas llegaron a ser sanadores del cuerpo -una entidad objetiva, escéptica y hasta protestona. Antes de seguir comentándolo, veamos un ejemplo clásico de chamanismo royal:
La escrófula o mal del rey, es una linfadenitis cervical por micobacterias. Según una tradición plurisecular, los reyes de Francia, posiblemente gracias a la consagración real, eran capaces de curar esta dolencia imponiendo las manos y diciendo la fórmula “le roi te touche, Dieu te guérit“, el rey te toca, Dios te cura.
Francisco I de Francia, tocando -y curando- a escrofulosos (por Carlo Cigani, s. XVII, Bolonia)
Es obvio que, en el grotesco caso que hoy nos ocupa, los contrayentes han privatizado (monetizado dicen ahora) en su personal beneficio los símbolos de la Casa Real noruega. Es el problema de las monarquías: que los segundones huelen las mieles del Poder pero no pueden saborearlo y deciden volverse traviesos. Hasta ahora, montaban guerras de Sucesión o invadían otros países pero, en Noruega, el rampante esoterismo ha convertido aquella Corte en un bazar chino. Era de prever puesto que DV lleva años vendiendo online infinidad de bibelots con su marca royal -tazas a 50 euros, llaveros a 25 E. Pero el colmo ha sido vender a Hello/Hola y Netflix la exclusiva de su enlace nauseal. Su avaricia llega a ser ofensiva incluso para su familia: “En 2022, Marta Elena llegó a un acuerdo con el rey Harald para no usar su título real en actividades comerciales pero después de la gira La princesa y el chamán hizo caso omiso de su promesa. Y lo sigue haciendo pues poco antes de la boda, la pareja promocionó una ginebra que se serviría en el convite. Tuvo que ser retirada temporalmente del mercado porque la etiqueta decía que había sido creada para “la boda de la princesa Marta Luisa y DV”.
Los contrayentes en la preboda: no son los Barbie+Ken que algunos creen sino encartelados como pareja-anuncio de Hest (obsérvense las miles de “H”), la marca creada hace 5 años por la princesa.
El brujo rollizo, DV
Más que abundar sobre el oscuro color de su tez, del neo-chamán de cabeza redonda nos llama la atención que DV no cumple con el estereotipo que suponemos a los brujos: no es flaco y anguloso sino orondo, no es enérgico sino apacible y, al menos hasta ahora, no es un compulsivo charlatán. DV es californiano y, casi obligatoriamente, consejero de algunas estrellas de Jólibu. Los contrayentes de náuseas (sic), ahora cuentan que se conocieron en 2019 aunque, añaden, estuvieron unidos en santo matrimonio desde que “DV fue Faraón en el antiguo Egipto”. No sabemos desde hace cuántos milenios pero, dada su negritud, podríamos aventurar que fue desde los cinco faraones nubios -desde la 25ª dinastía Kushita que hoy llamaríamos sudanesa, hace sólo 2.700 años.
DV, dizque de madre de ascendencia noruega y antillana y padre haitiano (¿), ha confesado a los cuatro vientos que tuvo su primera ‘experiencia mística’ (¿) cuando tenía cinco años. Tan estupenda epifanía se demostró en la consulta de un dentista cuando abrazó a una anciana curándola automáticamente del sufrimiento que la aquejaba -seguramente un dolor de muelas. Años después, se graduó en “la escuela de amar a todo el mundo”. Y pasó un año en la cárcel dizque “por organizar una fiesta en una casa que se incendió”.
En 2005, se casó con Zaneta Marzalkova (21), checa residente en Los Ángeles a la que, en 2008, denunció ante Inmigración consiguiendo que la deportaran. Luego, hasta 2015 fue novio de Hank Greenberg, un masajista gringo para quien DV era un “manipulador violento”. Posteriormente, vivió seis años con Tiana Griego, su manager, quien más tarde tuvo una opinión similar del feroz chamán.
Tras estas dudosas peripecias como chivato y como bisexual, comenzó una carrera como modelo y como chamán de televisión, cosechó gran triunfo en Hollywood. Pasaba consulta a mil euros y su cuenta de Instagram ascendió a medio millón de acólitos. Ofrecía clases para “hablar con espíritus y aumentar tus habilidades psíquicas” y, asimismo, enseñaba cómo “detectar a los vampiros energéticos”. Finalmente, publicó el libro Spirit Hacking: Shamanic keys to reclaim your personal power, transform yourself and light up the world –abreviadamente, como exigir tu poder personal- que fue rechazado por las editoriales por vender online el medallón Spirit Optimiser, panacea contra el covid.
[Los cinco años de noviazgo morganático han conseguido que la Princesa también adquiriera poderes. Ahora es clarividente con capacidad para comunicarse con personas y con animales. Por ello, en el prólogo de su libro El secreto de los ángeles (coescrito con E. Nordeng) Marta Luisa jura que “Hay un número infinito de ángeles a nuestro alrededor que quieren ayudarnos en todas las circunstancias y en todo momento”. Infinito es decir mucho pero los que asistieron a su boda también fueron muchos y muy royales -aunque no sabemos si todos sus súbditos les consideran ángeles o demonios] (informaciones publicadas por L. Estirado, 29 agosto)
En resumen: en el antiguo régimen, los monarcas eran chamanes. Ahora, han perdido parte de esos poderes pero lo solucionan alquilando mano de obra especializada. Neo-chamanes de desechos de tienta y defectuosos. Rasputín ha vuelto vestido de primera comunión.
Apéndice. El colosal bululú mediático de la boda morganática, ha oscurecido una noticia paralela: Carlos III desata la polémica tras nombrar a un curandero y fan de la homeopatía como médico de la Familia Real. Desde Palacio aseguran que las terapias complementarias pueden coexistir con los tratamientos convencionales (11 diciembre, 2023) Carlos III (75) ha desatado la polémica tras nombrar al Dr. Michael Dixon (71), un” fanático de la homeopatía y de los curanderos cristianos”, como jefe médico de la Familia Real. Dixon promueve la “medicina complementaria” y se recuerda que una vez invitó a un curandero cristiano a su consulta para tratar a pacientes con enfermedades crónicas. Asimismo, dícese que, prescribió un arbusto africano llamado garra del diablo para el dolor de hombro, así como hierba de cabra en celo para la impotencia -de ser cierto, ambos casos son ejemplos de la magia simpática más rudimentaria. -En otras palabras, el irracionalismo esotérico ha invadido Buckingham.
PS. Para la princesa casamentera: no hay duda de que Su Alteza (SA) pertenece a la feligresía del neo-chamanismo más impresentable. Como no hay dos sin tres (bodas), nos permitimos aconsejarle que su próxima boda sea oficiada por chamanes de verdad -léase, indígenas-, no por buhoneros plásticos del espiritualismo más cutre y hortera que vio el siglo XXI.
Pero, especialmente, le recomendamos que busque en otro lugar el inexplicable origen de su Poder, única meta de sus feísimas irracionalidades. Muy sencillo: busque en su árbol genealógico. SA sabe mejor que nosotros, los plebeyos, que las genealogías royales son inescrutables (“no se puede decir que este cura no es mi padre”) pero, visto desde su Palacio, los neochamanes importan lo mismo que los capellanes royales.
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