¿Un futuro vegetal?

¿Un futuro vegetal?
Acción de Futuro Vegetal en la fachada de un edificio público

Por Nònimo Lustre

En la premiada película Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959), acusan a la esposa de un teniente gringo de no llevar faja y, para colmo de su impudicia, de tampoco llevar medias -ergo, concluyen los fiscales, sus piernas están desnudas. Que el teniente sea un asesino convicto importa poco ante la magnitud de la indecencia de su esposa.

[Permítanme una digresión porque los jóvenes se preguntarán, ¿qué es una faja y qué son unas medias? Las fajas se vendían más en las ortopedias que en las lencerías y eran definidas como ‘las murallas de Ávila contra la lascivia’. En cuanto a las medias, eran de cristal o de náílon y, pese a no adaptarse al trópico, en aquellos andurriales se convirtieron en símbolo de la riqueza de los blancos -como indios y negros suelen ser lampiños, algunas medias portaban vellos y pelitos falsos. Otras señoras, tan pobres que no podían comprarlas, para disimular se pintaban en el envés de las pantorrillas la línea de su costura]

Aclarado este punto sobre las modas arcaicas, algunos sospecharán que los años 60’s tuvieron muy fácil revolucionar la cotidianeidad de un Occidente tan lóbrego y pacato -y no les faltará razón. Pero se equivocan quienes crean que ya desapareció eso de confundir la apariencia vestimentaria con la proclividad al crimen porque no sólo siguen vivas, metafórica y un poco físicamente, las fajas y las medias sino que llegan a ser una eficaz excusa para ocultar la perversidad dolosa de los encargados de mantener al pueblo dentro de la Ley. Generalizando, veamos como no sólo perduran la subjetividad y la moda sino que incluso consiguen un mayor predicamento legal:

Casi 70 años después de aquella película, la justicia española -es un decir-, ha acusado a 22 activistas de Futuro vegetal (FV) de pertenecer nada menos que a una organización criminal. Y ha subrayado su criminalidad asegurando que, mientras cometían sus monstruosos delitos, “protestan desnudas y bañadas en líquido rojo”. Semejante togada fantasía perpetrada dentro de una ya de por sí demasiado arbitraria justicia, merece algún comentario:

Todo comienza en el primer informe de la policía. Redactado a toda prisa por el más versado especialista de la comisaría, éste escribe sobre desnudeces (femeninas) cuando las fotos que seguramente incluyen en el atestado matizan la supuesta desnudez de las militantes de FV. ¿Es delito enseñar los pechos femeninos, máximo atrevimiento de las activistas? Según el susodicho simulacro de Justicia, no lo es en multitud de ocasiones (desde playas hasta espectáculos artísticos) pero si lo es cuando se celebra en un museo importante como el del Prado -por cierto, atestado de desnudos que son considerados como obras maestras. Item más, ¿es delito pegarse al marco de unos cuadros tan famosos como son las Majas de Goya, la vestida y la desnuda? Puede serlo si el marco es igualmente famoso pero nadie conoce los nombres del ebanista que lo taraceó ni del director del museo que lo aprobó. Ergo, como máximo, las activistas de FV serían culpable de un daño patrimonial mínimo solventable con una multa también mínima.

Pero todo se sacraliza cuando el informe emborronado en la comisaría es recibido en la Fiscalía: ahora, las descripciones policiales son re-interpretadas con un nuevo vocabulario que ignora las fotos de las activistas y cualquier otra evidencia pero que apunta a lo de siempre: hundir al (supuesto) delincuente y olvidarse del hipotético delito.  En un ejemplo de la degeneración de la exactitud factual, según la policía (entidad especializada en fábulas), las mujeres FV están definitivamente desnudas y bañadas ¡en rojo!  Conviene recordar que sobrevivimos en un país policíaco donde un comisario del montón (Villarejo) alterna y negocia con las máximas autoridades y donde, definitivamente, lo que opine la policía, va a misa – literalmente. Puesto que, como la autonomía fiscal es mínima (comparada con la presunción de verdad de la policía que ahora ha mutado en inapelable seguridad de verdad), se ve obligada a superar ‘técnicamente’ los informes policiales que atribuyen a los 22 ecologistas encarcelados 65 acciones de protesta y daños por valor de más de medio millón de euros. Así, por miedo a quedarse corta, la Fiscalía acusa a FV (fundada en 2022) de ser una organización criminal (penada con 8 años de cárcel) y, de propina, con daños contra el patrimonio histórico, daños contra la seguridad vial y del tráfico aéreo, atentado a agente autoridad y desórdenes públicos – ¿del tráfico aéreo? ¿por qué olvida el tráfico intergaláctico, el fluvial y el marítimo?

Las Majas de Goya, metafóricamente desnudadas por la causa vegetal

Vegetalia en números

Tanta inquina contra FV, ¿tiene una base natural? De nada sirve creerle cuando afirma con evidencias incontestables que lo suyo es desobediencia civil, que sus pinturas son zumo de remolacha o témpera, sustancias de sencilla limpieza. O como, cuando la Fiscalía concluyó (22 sept 2023) que “las acciones de estos colectivos podían suponer posibles amenazas, pero en ningún caso acciones terroristas” -corrigiéndose a sí misma puesto que, en su Informe del año 2022, sostenía que tanto FV como Extinction Rebellion, eran terroristas. Pese a todo ello, el 08 octubre 2024, 8 de los militantes de FV se sentarán en el banquillo acusados de haber creado una organización criminal -repito, castigada hasta con ocho años de cárcel. Insólita acusación de la que FV se defiende asegurando que no son ninguna organización sino un simple colectivo, que no comete delitos ni se lucran con nada y que -argumento clave- no tienen ninguna jerarquía. Pese a lo cual, el ministro Grande-Marlaska les sigue apuntando y la “ecologista” Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, no sabe no contesta.

¿Qué base natural tiene FV?: por ser un tema odioso para al ombliguismo chauvinista del Consejo de Ministros, calculemos la botánica del planeta centrándonos en los árboles:  El 93 % de la superficie forestal mundial está compuesta por bosques regenerados de forma natural y el 7 % está plantado. La superficie de bosques de regeneración natural ha disminuido desde 1990 (a una tasa de pérdida decreciente), pero la superficie de bosques plantados ha aumentado en 123 millones de hectáreas. Y, si observamos a las plantas, descubrimos que hay unas 400.000 especies identificadas. La mayoría, viven en comunidades por lo que, para sorpresa de los adictos a los convencionalismos, la temperatura y la precipitación juegan un papel relativamente limitado (cf. sPlot, la primera base de datos mundial de vegetación de la Tierra, en Helge Bruelheide et al. “Global trait–environment relationships of plant communities”. Nature Ecology & Evolution. 2018, DOI: 10.1038/s41559-018-0699-8)

Y de los números, pasemos al consumo de vegetales: en marzo de 2024, se publicó que la tendencia veggie (veganos, vegetarianos y flexitarianos), el consumo de productos basados en proteína vegetal como alternativa a los alimentos de origen animal, se incrementará en más de un 14% hasta 2035, pasando de 13 millones de toneladas métricas en 2020 a aproximadamente 100.

Pues todo este mundo vivo y verde, para defenderse sólo cuenta con un puñado de colectivos a los que detestan el Estado y el Gobierno de turno.  Y no sólo los detestan en la intimidad sino que, en la vida pública los criminalizan impunemente gracias a la permanencia bipartidista de la (extremadamente) infecta Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana -la infame Ley Mordaza.

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