Una juntanza afro, social y política, que crecerá
Por Efraín Viveros*
En una de las capitales afro de Colombia, acogidos por la Fundación IDEÓ, se reunió un destacado colectivo de hombres y mujeres afro que en distintos lugares de la Región Pacífico, los departamentos Cauca, Valle y Bolívar, al igual que en Bogotá, hacen parte del liderazgo de procesos y organizaciones sociales y políticas de proyección regional y nacional
Desde Cali, en el marco de la COP 16, este Colectivo Afro repensó el camino recorrido y la importancia de avanzar como pueblo sin dejar de evaluar los resultados del I Congreso del Pueblo Negro Afrodescendiente, Raizal y Palenquero -NARP- (Quibdó, agosto 2013) y, así mismo, concluir en la necesidad de realizar el II Congreso, que hoy se relaciona con exigencias políticas como la de trabajar por conquistar la convocatoria de la Constituyente del Pueblo NARP.
Esa conversa en Cali sirvió para recordar que las negritudes que habitan el Pacífico biodiverso izaron alto las banderas de paz y justicia social realizando plantones, marchas y sucesivos y poderosos paros cívicos en lo corrido de este siglo, acciones que confluyeron en 2021 en el torrente del Paro general de las mayorías que conforman el pueblo colombiano prolongándose 45 días, como un verdadero levantamiento popular que inició con el poderoso estallido social del 28 de abril, precedido del Paro Nacional de finales del 2019, el “Bogotazo” de septiembre de 2020 y el paro nacional agrario de 2013, acciones masivas que proyectaron el primer triunfo político y electoral de las mayorías en las elecciones presidenciales (junio 2022), entregando un mandato democrático a Gustavo Petro y dando una gran responsabilidad y tareas especiales a las fuerzas políticas de izquierda, revolucionarias y a las diferentes vertientes democráticas, al tiempo que marcó un camino claro en la lucha de clases al movimiento social.
La aparición en la Vicepresidencia de Colombia de la abogada Francia Márquez Mina, mujer procedente de las históricamente combativas negritudes del norte del departamento del Cauca, llenó de alegría y sana expectativa a las mayorías de la población NARP, juventudes que no han sido presa fácil para los partidos políticos de los herederos de los esclavistas se dispusieron a participar votando por el binomio Petro-Francia.
Ya en la campaña electoral, el hoy Presidente de Colombia, Gustavo Petro Orrego, planteó el derecho de las negritudes a la autonomía territorial que, al igual que ocurre con los pueblos indígenas, tienen las negritudes de campos y ciudades, derecho que se relaciona con otro muy importante: el auto gobierno. Autonomía y Auto Gobierno son derechos que debe plasmar una Constituyente del Pueblo NARP, como evento político de gran repercusión ligado a la lucha por una Asamblea Nacional Constituyente y Popular que defina una nueva institucionalidad que reconozca a Colombia como un país plurinacional y no sólo “pluriétnico y pluricultural” como muy limitadamente lo definió la Constituyente en 1991, una Nueva Institucionalidad para el Cambio que recoja las aspiraciones democráticas de una gran alianza social obrera-campesina-popular que perfile avances para fortalecer la lucha por la conquista del Poder Negro como parte del Poder para el Pueblo y no limite su visión política a la conquista de un Gobierno Democrático.
La agitación política vivida en el 2022 no tiene antecedentes parecidos por sus efectos políticos de amplio espectro. En el 2024, a dos años de Gobierno del Cambio, las realidades en materia de ejecutorias y las escasas posibilidades de lograr verdaderos movimientos gubernamentales en dirección al cambio proclamado en la campaña presidencial “Petro Presidente”, no dan para quedarse en las justificadas lamentaciones y reclamos que se escuchan en veredas y barriadas donde habita el pueblo negro y obligan a pensar en cómo continuar la batalla por las banderas que no se limitan a desarrollos de la Ley 70 de 1993, esa Ley que ha cumplido un papel importante porque de ella se han derivado progresos para los NARP pero sus limitaciones dejan ver que no es el techo o tope de las luchas del pueblo afro y los liderazgos políticos no se puede limitarse a la invocación de esa Ley.
Las reflexiones del Colectivo Afro reunido en Cali incluyeron la mirada a las llamadas “acciones afirmativas” dirigidas a la negritud y los aportes de la cooperación internacional, el examen realizado destaca que ellas son elementos tácticos utilizables pero no pueden atrapar la imaginación política de la negritud y sus aliados sociales y políticos, nacionales e internacionales, pues la lucha de clases y las acciones sociales que ella demanda deben proyectarse pensando en metas alcanzables, al menos, en una década de trabajo persistente.
Se consideró que no se debe renunciar a utilizar esos factores tácticos por el malestar, por el fastidio producido por los ejemplos negativos de la dependencia de los proyectos que dispensa la pérfida agencia yanqui USAID que ya deja un saldo desastroso de parálisis de la autonomía y bloqueo de la autosostenibilidad en el movimiento social afro, al tiempo que doblega o condiciona las voluntades de muchos liderazgos. Así mismo, en la plenaria y los pasillos del recinto, se recordaron ejemplos negativos del aprovechamiento de las acciones afirmativas para hacer clientelismo y generalizar corruptelas con la acostumbrada manipulación ejercida por los gobiernos centrales de turno, a veces capitalizadas en pequeñeces salidas de mentes de personalidades afro que perdieron todo escrúpulo o noción de la ética y se dedican a la creación de simbolismos vacíos o, en no pocos casos, a llenar sus bolsillos con los recursos provenientes de las arcas del Estado.
Se proclamó en Cali una bienvenida a acciones internacionales como el Decenio Afrodescendiente de la ONU. También se saludaron las convocatorias alternativas en el plano internacionalista como el Cumbe Internacional Antiimperialista Afrodescendiente y Africano inspirado en su creación por un afrovenezolano que fue Vicepresidente del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Aristóbulo Isturiz Almeida y la senadora colombiana Piedad Esneda Córdoba Ruiz, herederos de Pedro Camejo (“Negro Primero”) y del héroe Benkos Biohó, dirigentes internacionales del pueblo afro recién fallecidos mientras cumplían las funciones de sus altos cargos.
Para avanzar en la coordinación de las vertientes y fuerzas presentes en la Fundación IDEÓ se dio un paso adelante con la decisión de crear el Boletín CONSTITUYENTE AFRO -ACON-, dirigido por un Consejo Editorial que jalonará posiciones y pasos unitarios en la batalla política y social hacia la construcción de un Movimiento Afro capaz de lograr conquistas sociales, económicas y políticas en lo táctico y lo estratégico.
La perspectiva es clara, la ambición de triunfar junto a las mayorías del pueblo negro no desborda la realidad, se apoya en los datos y señas favorables que tiene este momento político crucial.
* Dirigente Nacional del Movimiento por la Constituyente Popular -MCP-. Miembro del Comité Nacional de Participación por la Multilateral de Organizaciones Sociales y Políticas.
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