Ursula von der Leyen: Vida y milagros de la loba que cuida de las ovejas

Por Alejandro Giménez Sánchez
La figura de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea desde 2019 y exministra de Defensa de Alemania (2013-2019), debería ser objeto de un profundo debate debido a sus conexiones con la industria armamentística, su gestión de la pandemia de COVID-19 y su papel en el incremento del presupuesto de defensa europeo, pero tristemente la mayoría de los políticos europeos cierran filas en torno a ella.
Durante su mandato como ministra de Defensa de Alemania, Von der Leyen supervisó importantes proyectos de adquisición militar, negociando contratos millonarios con empresas clave del sector, como Rheinmetall, Krauss-Maffei Wegmann y Airbus Defence and Space. Estas empresas son pilares de la industria armamentística europea y se beneficiaron enormemente de las inversiones destinadas a modernizar el ejército alemán.
En 2019, el llamado “Caso Bendlerblock” puso en evidencia acusaciones de mala gestión y favoritismo en los contratos de defensa. Aunque no se encontraron irregularidades directas contra Von der Leyen, las investigaciones revelaron problemas de opacidad.
Como presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen ha sido una ferviente defensora del Fondo Europeo de Defensa, un mecanismo que canaliza recursos comunitarios para financiar proyectos conjuntos de defensa. Además, ha instado repetidamente a los países de la Unión Europea a cumplir con el objetivo de destinar el 2% de su PIB al gasto militar, un requisito establecido por la OTAN.
La gestión de las vacunas contra el COVID-19: Opacidad y conflicto de intereses
Uno de los momentos más controvertidos de su presidencia fue la gestión de la compra conjunta de vacunas contra el COVID-19. Si bien Von der Leyen presentó esta operación como un éxito logístico y político, pronto surgieron dudas sobre la transparencia del proceso. En 2021, ciudadanos europeos y eurodiputadas ecologistas solicitaron acceso público a los contratos firmados entre la Comisión Europea y las farmacéuticas Pfizer, Moderna y AstraZeneca, que ascendieron a más de 2.700 millones de euros. Sin embargo, la Comisión solo proporcionó versiones parciales de estos documentos, ocultando cláusulas clave relacionadas con indemnizaciones, responsabilidades y conflictos de intereses.
En 2023, el Tribunal General de la Unión Europea dictaminó que Bruselas no había proporcionado un “acceso suficientemente amplio” a los documentos solicitados, anulando parcialmente las decisiones de la Comisión liderada por Von der Leyen. Según los jueces, no se demostró que divulgar información adicional hubiera perjudicado los intereses comerciales de las empresas ni comprometido la intimidad de los negociadores.
Otra sombra que oscurece su gestión durante la pandemia es la negativa de Von der Leyen a revelar los mensajes de texto intercambiados con Albert Bourla, CEO de Pfizer, durante las negociaciones para la compra masiva de vacunas. La Comisión Europea justificó esta opacidad argumentando la necesidad de proteger la confidencialidad de las conversaciones, pero este razonamiento ha sido ampliamente cuestionado. Actualmente la Fiscalía Europea está investigando posibles irregularidades en estas compras, lo que podría tener implicaciones legales y políticas significativas para Von der Leyen.
¿Hacia una economía de guerra?
El reciente aumento del presupuesto de defensa exigido a los países europeos genera preocupación sobre la dirección que está tomando la Unión Europea bajo el liderazgo de Von der Leyen. Este incremento, justificado como una respuesta a la invasión rusa de Ucrania, plantea varias preguntas incómodas:
¿Es realmente necesario gastar tanto en defensa?
Mientras se destinan miles de millones a la militarización, otras áreas prioritarias, como la lucha contra la pobreza, la desigualdad y el cambio climático, quedan relegadas a un segundo plano. Esto plantea dudas sobre si estamos ante una verdadera estrategia de seguridad o simplemente ante un impulso corporativo para beneficiar a la industria armamentística.
¿Nos acercamos a una tercera guerra mundial?
El aumento del gasto militar y la creciente tensión entre bloques geopolíticos (OTAN frente a Rusia y China) han generado temor de que Europa esté siendo arrastrada hacia una confrontación global. En este escenario, quienes pagarán el precio más alto serán las clases trabajadoras, cuyos hijos serán enviados al frente, mientras los líderes políticos y empresariales se llenan los bolsillos.
¿Europa está en las mejores manos?
Ursula von der Leyen personifica el arquetipo político contemporánea: por un lado, su liderazgo ha impulsado iniciativas en favor de las corporaciones y las élites y por otro, su gestión está marcada por la opacidad, los conflictos de interés y decisiones que priorizan los intereses corporativos sobre el bienestar ciudadano.
La pregunta clave es si Europa está en las mejores manos. Si el objetivo es fortalecer la industria militar y aumentar el gasto en armamento, entonces Von der Leyen ha sido efectiva. Pero si lo que buscamos es construir una Europa pacífica, solidaria y sostenible, los ciudadanos europeos estamos en peligro.
A la luz de los hechos, el más que previsible aumento del presupuesto de defensa y la militarización de Europa parecen ser pasos hacia una economía de guerra que beneficia a unos pocos mientras sacrifica a muchos. Mientras los líderes políticos toman decisiones desde sus despachos o callan y consienten, son los hijos de los de siempre quienes morirán en las trincheras, mientras otros hacen negocio con su sacrificio.
Europa necesita un liderazgo transparente, inclusivo y centrado en las personas, no en los balances de las grandes corporaciones del terror. La trayectoria de Ursula von der Leyen deja claro que su gestión está plagada de sombras que merecen ser examinadas con lupa. ¿Seguiremos apoyando un modelo que prioriza la guerra sobre la paz? Esa es la gran pregunta que todos debemos hacernos.
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