Venezuela. Carta a UNASUR
“Carta al Sec. Gen. Unasur denunciando las atrocidades de la ultra-derecha (guarimbas)”.
Alí Rodríguez Araque. Secretario General de la UNASUR
Distinguido señor:
Reciba usted nuestro respetuoso saludo, Bolivariano, Revolucionario, Patriótico y Antiimperialista, extensivo a todas las personas que le rodean en tan importante tarea por la paz y soberanía de nuestras naciones de Suramérica.
Se vive en Venezuela una peligrosa y delirante intolerancia por parte de grupos radicales de ultra-derecha, a tal e increíble extremo que en las urbanizaciones cercadas por las autodenominadas guarimbas, es un riesgo o una grave “provocación” vestir colores rojos o conducir un carro con este color, so pena de ser severamente agredido (en el estado Aragua se dio el caso de un vehículo rojo que fue destruido y cuyos ocupantes, señores de la tercera edad, no eran chavista). Estos grupos colocan por doquier pancartas en las que dicen: “No es un crimen pensar diferente”, para precisamente arremeter contra chavistas, o presuntos chavistas, rodearlos en sus vehículos, insultarlos y golpearlos. No conciben otra actitud que la de una posición virulentamente anti socialista, anti comunista y pro norteamericana. Piden “libertad” y se la niegan a los demás. Dicen tener hambre y queman grandes depósitos de comida y camiones cargados de alimentos. Exigen “libertad de expresión” y con total cerrazón no aceptan el más mínimo comentario opuesto a sus pareceres. Claman contra la “inseguridad” y las guarimbas han multiplicado las muertes y la violencia en las ciudades. Hablan contra la impunidad y son los primeros que se favorecen de ella, sobornando y chantajeando jueces y fiscales del Ministerio Público. Han ofrecido a todos los participantes en sus supuestas “manifestaciones pacíficas” que cuentan con un tren de poderosos bufetes, listos para prodigarles toda clase de servicios jurídicos y protección judicial, y ponerlos en libertad de manera expedita en cuanto sean capturados por los cuerpos policiales. Los guarimberos reciben paga diaria para sus fechorías, además de estar protegidos por mercenarios, especialmente colombianos. Por otra parte, el bombardeo mediático les ha hecho desarrollar una concepción totalmente anti-latinoamericanista: para ellos Cuba es la maldición del continente y Estados Unidos la única posible salvación de sus destinos. Marchan haciendo ondear la bandera norteamericana, colocan la bandera venezolana al revés haciendo incluso que la lleven niños. Lo más insólito es que quienes cacerolean son los que viven en los sectores residenciales de clase media y alta. Por último, toman como bandera de lucha a los estudiantes, supuestamente lo más puro y esclarecido de una nación, pero entonces destruyen y queman quince (15) universidades y multitud de bibliotecas, provocan incendios en reservas forestales, grandes ecocidios talando más de cinco mil árboles para montar barricadas y utilizan perros y gatos en las guarimbas, los cuales matan y queman sin misericordia.
¿Se conoce acaso internacionalmente todo esto, en un mundo completamente patas arriba, que urge ponerlo de pie?
A finales de 2013 se planificó minuciosamente todo el macabro plan para derrocar al Presidente Nicolás Maduro, que contemplaba el siguiente cuadro de acción:
1- El paso clave para desatar todas estas acciones golpistas se inició a partir de diciembre de 2012, cuando el presidente Hugo Chávez hubo de trasladarse a Cuba para una nueva intervención quirúrgica. En enero de 2013 se concibió el sabotaje, que luego el presidente Maduro llamaría Guerra Económica. Durante los tres primeros meses de 2013, la escalada de precios, el desabastecimiento y la consecuente inflación provocó un grave desajuste social. No hubo manera de enfrentar esta perturbación en medio de la conmoción que produjo la muerte del presidente Chávez, con la consecuente necesidad de tener que acudir a unas nuevas elecciones el 14 de abril. Dentro del plan, el candidato perdedor Henrique Capriles Radonski inició una campaña internacional para tratar de demostrar que el Presidente Nicolás Maduro había hecho fraude en esas elecciones. El llamado insurreccional de Capriles el día 14 en horas de la noche, produjo once (11) muertos y el país fue estremecido por acciones de terror. En aquel momento, estos jefes de la oposición comprendieron que contaban con suficientes fuerzas como para echar abajo “democráticamente” al “régimen opresor chavista, comunista y dictatorial”, mediante una convocatoria a una sublevación de sus más recalcitrantes militantes.
2- Los meses subsiguientes al terror implantado el 14 de abril, estuvieron marcados por el desabastecimiento y el caos económico, que alcanzaron niveles delirantes; momento en el cual productos de la cesta básica desaparecieron por completo de los anaqueles de casi todos los comercios. Los alimentos, electrodomésticos, línea blanca, entre otros, en un alucinante descontrol, llegaron a porcentajes de sobreprecios que llegaban fácilmente al mil por ciento (1.000%) y esto fue el primer caldo de cultivo para el gran plan que venía en marcha, a fin de llegar a otro Caracazo o al estallido de una guerra civil. La primera parte de la locura colectiva dentro de las fuerzas opositoras estaba bien servida y reforzada, y podían verse a sus militantes repetir por doquier que el comunismo venezolano era la maldición más espantosa que nos había caído. Se les estaba haciendo ver a los más recalcitrantes opositores, que ya no quedaba otro camino para la consecución de los anhelados fines utilitaristas y liberadores de la economía capitalista, que salir de una buena vez del “ilegítimo” Presidente Maduro. Con la implementación de la Ley de Precios Justos para controlar esta escalada inflacionaria y el control al contrabando de alimentos (el 40% de los alimentos de la cesta básica se fugaban a Colombia), la oposición venezolana, junto con el empresariado, desataron una campaña mediática a nivel mundial para impedir la aplicación de estas Leyes Habilitantes, y hacer ver que los venezolanos estaban padeciendo la escasez de alimentos por culpa del gobierno, y esto vino a ser el objetivo principal del estallido de las guarimbas.
3- La siguiente etapa sería reactivar las guarimbas, ya aplicadas a partir de 2004, pero reforzarlas con elementos paramilitares para impedir que fuesen desactivadas por la fuerza pública. Éstas debían ser inyectadas de un profundo odio contra el chavismo, creando toda una matriz de horror internacional en relación con los “colectivos”, “tupamaros” y la propia Guardia Nacional Bolivariana. Para ello optaron por montar enormes barricadas con alambres de púas, aceite en las calles, clavos, trastos e incluso paredes de concreto en algunos casos. En la misma estrategia para intentar desprestigiar simultáneamente a los cuerpos de seguridad, no sólo acudieron a los medios de comunicación poderosos sino, y sobre todo, a las redes sociales a través de las cuales se difundieron multitud de fotografías con montajes en los que se hacían aparecer a miembros de los cuerpos policiales nacionales “asesinando” o “masacrando” a “pacíficos manifestantes”.
4- Esta fase sería la primera parte del elemento preparativo para la orden que Leopoldo López y María Corina Machado desatarían a partir del 23 de enero de 2014, fecha en la que se conmemoraba la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez en 1958. A todos los rabiosos opositores, que previamente habían sido financiados por la embajada norteamericana y que tenían sus reductos en las llamadas “universidades autónomas”, se les entrenó para que encabezaran la gran conmoción que estallaría el 12 de febrero. La orden de dar inicio al gran guarimbeo nacional lo llevarían a cabo con toda clase de recursos materiales los líderes en cada localidad, especialmente aquellos alcaldes en aquellas ciudades donde la oposición había triunfado en las recientes elecciones municipales; proceso donde el chavismo había alcanzado más del 75% de todas las alcaldías del país. El plan exigiría inyectarle a todos los opositores la ilusión de que había que luchar sin pausa hasta que Maduro fuese derrocado, y que esta vez indefectiblemente sí se lograría tan anhelado objetivo. El golpe suave se estaba articulando de manera que los ejecutantes principales fuesen protegidos por cualquier acción judicial, por lo que se hicieron de un fuerte bastión de esclarecidos leguleyos con poderosos bufetes a nivel nacional para liberar cuanto “estudiante” fuese capturado cometiendo acciones violentas y crímenes terribles contra la población. Esto lo había puesto ya de manifiesto el alcalde del municipio Chacao, Ramón Muchacho, prominente dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que los referidos “manifestantes pacíficos” contaban con una camada de abogados listos para defenderlos en todos los lugares del país.
5- Uno de los objetivos primordiales de las guarimbas era achacarle al gobierno todos los muertos que estos horribles actos iban a provocar, a fin de acusar al gobierno de violar los Derechos Humanos. Ya se sabe que el tema de los Derechos Humanos es el buque insignia del Departamento de Estado Norteamericano para desacreditar gobiernos no afectos a sus políticas intervencionistas. La guerra contra Venezuela ha sido frontal: televisoras privadas (principalmente CNN) y la poderosa prensa del mundo entero; el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos; numerosos senadores demócratas y republicanos de ese país; organizaciones cubanas en el exilio con gran poder entre los radicales belicistas del Norte; cantantes, artistas, el gobierno de Panamá con su solicitud ante la OEA para que se aplicasen sanciones a nuestro país. Todos alzaron su voz tergiversando los acontecimientos en Venezuela, en un ataque sin precedentes en ningún país del mundo, con el único fin de provocar una guerra civil en nuestra nación.
Particularmente queremos resaltar el caso de dos de las capitales andinas, Mérida (estado Mérida) y San Cristóbal (estado Táchira), en las cuales los guarimberos se han ensañado con furia y que han sido las que han tomado como estandarte las fuerzas de la ultra-derecha para mantener vivo un estado de total desestabilización del país. Estas provincias, cercanas y fronterizas con la República de Colombia, históricamente han sido víctimas de la penetración de paramilitares, sicarios, narcotraficantes y toda clase de contrabandistas provenientes de ese país. Estas dos ciudades se han convertido en el bastión de la más espantosa guerra directa y asimétrica jamás conocida por pueblo alguno en este continente.
Grupos paramilitares, manejando sofisticados medios de comunicación, mantienen un férreo control sobre la población y han establecido una especie de “dictadura comunal”, que se mantiene con el financiamiento obligatorio de los pobladores, además de conculcar el derecho a la libre expresión de los afines al gobierno, que son decenas de miles, que viven en esas zonas residenciales.
Las áreas donde se han establecidos estas guarimbas, podrían ser declaradas “zonas de desastre” pues no hay servicio de aseo urbano, suministro de gas, ni alimentos y la movilidad está totalmente restringida, pues los vehículos no pueden ser sacados de los estacionamientos o transitar por calles y avenidas. Gigantescas montañas de basura, árboles arrancados de raíz, semáforos y postes de luz atravesados en las avenidas, alambradas y paredes de zinc, bloques y rejas soldadas en todas las salidas de esos conjuntos residenciales, han convertido a esas zonas de clase media y profesional en pestilentes e increíbles cárceles al aire libre. Y esto último no es, en modo alguno, una exageración.
Las veces que las fuerzas del gobierno han intentado despejar las calles o limpiar las avenidas, han sido recibidas con disparos de armas de fuego, bombas molotov, morteros, piedras y toda clase de improperios desde apartamentos y azoteas. Treinta y nueve (39) muertos en el país, hasta la fecha, hablan de la violencia desatada por estos grupos criminales. Además, estos guarimberos mantienen una excelente logística para fotografiar y tomar sesgados videos, donde las víctimas de sus fechorías son presentadas luego como victimarias, a fin de engañar al mundo.
Es importante anotar que todas las instalaciones, edificios públicos u oficinas, ubicadas en las áreas de guarimbas, donde prestan servicios públicos instituciones del Estado, han sido dañadas, quemadas o saqueadas, siendo de alto costo la reparación o reposición de dichos bienes.
Lo antes descrito sería de poca importancia, si no afectara a todos los habitantes de estas ciudades que se ven obligados a cambiar sus rutas de transporte y a sufrir interminables colas por el embotellamiento vehicular, además del sobresalto que producen las detonaciones de morteros en las guarimbas, dando la sensación de salvajes enfrentamientos bélicos.
De allí, estimado Secretario General de la UNASUR, visto que estos grupos de ultra-derecha, ligados a la MUD, han conculcado derechos ciudadanos y humanos como: el Derecho a la vida, el Derecho a la integridad personal, el Derecho a la libertad personal, el Derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, el Derecho de reunión, el Derecho a la protección de la familia, el Derecho al libre tránsito, el Derecho a la propiedad privada y el Derecho de circulación y de residencia; SOLICITAMOS a Usted, respetuosamente, la ADOPCIÓN DE LAS SIGUIENTES MEDIDAS:
1.-La inmediata constitución de una Comisión de UNASUR, con rango diplomático, a fin de que se instale en las ciudades de Mérida y San Cristóbal, dentro de la Conferencia de Paz que impulsa el Presidente Nicolás Maduro, a fin de que elabore y presente un informe que sirva de modelo para situaciones similares ocurridas, o por ocurrir, en otras naciones de Suramérica.
2.-Que dicha Comisión elabore y presente a las autoridades nacionales, propuestas de acciones inmediatas y a mediano plazo, para dar fin a las graves situaciones narradas en este documento por parte de fuerzas de ultra-derecha organizadas y financiadas por el Gobierno de los Estados Unidos de América y con el beneplácito de la MUD.
3.-Documentar, en todas sus formas, las violaciones a los derechos humanos cometidas por estos grupos de ultra-derecha, de tal manera que sirva como material de estudio e investigación en las distintas instituciones docentes y académicas de los países miembros de la UNASUR.
En la seguridad que nuestra solicitud será atendida con la urgencia del caso, y tomando en cuenta que Usted, por haber nacido y vivido aquí en esta región, visualiza nuestra enorme preocupación por la estabilidad del sistema democrático venezolano, nos despedimos los abajo firmantes:
* En la ciudad de Mérida, a los 31 días del mes de marzo de 2014.
Nosotros respaldamos el documento: “Carta al Sec. Gen. Unasur denunciando las atrocidades de la ultra-derecha (guarimbas)”. 31-03-2014. Descargar hoja de firmas, formato PDF, clic aquí.
