20-26 de abril: correspondencia de cuarentena

20-26 de abril: correspondencia de cuarentena

Luz Modroño*-Enriqueta de la Cruz*. LQS. Mayo 2020

Segunda entrega de este hilo de la correspondencia entre Luz y Enriqueta, un hilo epistolar rojo, republicano, que es de hablar claro. Volcando ahí de forma personal sus observaciones, inquietudes, deseos de colaborar con lo que saben hacer, aquí nos comparten este mundo epistolar creado entre ellas dos

Primera correspondencia 14-16 de abril

VOZ DE ENRIQUETA

20 de abril

Querida Luz: Pues no sé si volveremos a cagarla.

Y entremedias los peligros fascistas. Me preocupan, preocupan a la gente racional y sensible, con memoria; está pasando aquí y en el mundo entero; ¡Ay, esos totalitarios…!

Una vez más, la Memoria, saber lo que pasó… No repetirlo.

VOZ DE LUZ

26 abril

Queridos amiga y amigo:

Acabamos de pasar dos días de importantes acontecimientos. Hay ocasiones en las que el calendario se tiñe de círculos rojos, por su importancia, para que no nos pasen desapercibidos, destacando esos acontecimientos que no deben pasar inadvertidos porque no deben olvidarse, porque la Memoria, -con mayúscula- es el maná de las que amamos el progreso. Y porque hay algunos que, además, nos enaltecen como especie.

Vais a permitirme que, en honor de mi amigo, tan admirado como añorado a partir de ahora José María Calleja, que, como sabéis, ha sido una víctima más de este maldito virus, utilice el femenino en sustitución del masculino para referirme a las personas que, gramaticalmente, siempre ha sido femenino. Y digo en su honor porque él fue la primera persona que, cuando había de referirse a la concurrencia presente en cualquier charla o conferencia, lo hacía utilizando el femenino inclusivo.

Volviendo al hilo inicial, el mes de abril está repleto de esos círculos rojos. Ayer celebramos dos de ellos, de parecidos objetivos pues ambos hablan de libertad, de amor, de paz. De fraternidad. El primero sucedió en Italia. Corría el año 1945, era el fin de la liberación del fascismo y del nazismo. La esperanza de un mundo nuevo corría por la sangre del pueblo italiano. El otro, la liberación de Portugal. Desde los años veinte, Portugal vivía sometida a la dictadura de Salazar. Aquel 25 de abril, a golpe de claveles y música, ese pequeño país, vecino y hermano, daba una lección al mundo entero.

Corría el año 1974. Admiro a Portugal, su capacidad de superarse a sí misma, de sobrevivirse, su sensibilidad manifestada en su música tradicional. No sé cuántos países hubieran sido capaces de hacer una revolución de claveles que daría definitivamente la vuelta al país. Y ese afrontamiento de la crisis, esa superación constante que les está convirtiendo en un país de referencia. Pessoa sigue siendo uno de mis autores de cabecera. Cada frase suya es un tratado de sabiduría. Por esas extrañas coincidencias del azar un mismo día para dos hechos trascendentales, ambos referidos a la misma causa: la libertad del pueblo.

Pero no hay sol sin sombra. Y ese mismo día, en 1938, un pequeño pueblo vasco era bombardeado en una acción planificada como parte del ensayo de una guerra que envolvería al mundo en sangre y dolor. No era ni la primera vez ni sería la última en que, durante ese ensayo que fue nuestra propia guerra incivil, se masacraba a la gente indefensa. Se aprovechó la hora de más concurrencia para que la amenaza, el exterminio y la crueldad no dejaran resquicio a la duda. Aquella guerra fratricida había comenzado con el bombardeo de la población civil madrileña. Y también, conviene no olvidar, por el bombardeo de la gente, familias enteras, que huían carretera adelante. Bajaban desde Galicia y subían desde Madrid. A mi recuerdo vuelve insistente la obra de Max Aub,

Calle de Valverde, junto a la de Arturo Barea. Ambas hablan de sueños rotos, de esperanzas truncadas, de futuros que ya no serían. Cuando Guernica fue bombardeado ya eran muchas las personas que habían visto ahogados en charcos de sangre sus sueños de justicia y libertad.

Guernica ha pasado a formar parte, más que ningún otro acontecimiento de aquellos terribles años, del imaginario de nuestro país. Quizás por la influencia de Picasso -la fuerza del arte para ello es incuestionable-. Pero, además, con el crimen de Guernica, Franco se entregaba a Hitler, lo que no es tampoco del todo cierto pues este ser truculento siempre se guardó cartas en la manga y entregarse realmente entregarse sólo se entregó a sí mismo, a sus afanes y a sus propios intereses. Guernica era un pago conveniente y necesario para garantizarse su ayuda, que nunca le faltaría. Con el asesinato de Guernica se asesinaba también al nacionalismo vasco. Día, este 25 de abril, de significados complementarios aunque sean provocados por hechos tan diametralmente opuestos, que nace de esta necesidad de avivar año tras año el recuerdo de la Libertad, tan frágil, tan grande. Sin ese ansia, sin esa necesidad nacida de las entrañas, el ser humano pierde lo más noble que anida en su corazón, lo que le otorga plenitud. Algunas voces han hablado en estos días de crisis sanitaria que estamos viviendo una guerra. No, no es así. Nada que ver con una guerra aunque esté habiendo muertos.

Y seguimos, para terminar el día de hoy, con una evocación más a la Libertad. Hoy, 26 de abril, y desde el año 2008, se conmemora en España el Día de la Visibilidad Lésbica. No todos los países lo celebran, aún queda mucho camino que recorrer para conseguir que la libertad sexual sea reconocida universalmente así como para alcanzar la normalización de las distintas orientaciones sexuales, pero quiero traer aquí su evocación porque es también una forma de recordar los derechos de las mujeres lesbianas. Muchas, a lo largo de su vida y por el simple hecho de serlo, vieron sus vidas truncadas, rotas. La sociedad -patriarcal, no lo olvidemos- está más preparada para reconocer la variabilidad entre los propios hombres y es capaz de admitir con mayor naturalidad y simpatía la homosexualidad masculina. No cabe duda de que tras ello laten otras razones que van más allá del reconocimiento de la orientación sexual y hunden sus raíces en la desigualdad y en la necesidad de oprimir, controlar y dominar a la mujer. Conseguir el reconocimiento de los derechos de la mujer lesbiana es una fase más en el camino hacia la igualdad. Y si importante siguen siendo en muchos ámbitos conseguir la igualdad y la equidad en cualquier plano (social, político, laboral, económico, sexual) para la mujer en general, los retos a los que han de enfrentarse las mujeres lesbianas se multiplican.

Seguiremos hablando de ello.

Entregas anteriores:
Primera correspondencia 14-16 de abril

* Las autoras de la correspondencia:

Luz Madroño es profesora de Historia en Secundaria, es doctora en Psicología, psicóloga, por tanto, que también que en estos momentos echa una mano al que puede y necesita; es activista social, trabaja por los derechos humanos a pie de obra y recientemente ha llegado de Lesbos, en ese lugar donde los refugiados se debaten entre el vivir o vivir, porque hay que sobrevivir, porque llegaron de un infierno para meterse en otro, pero no se rinden. También Luz está vinculada a la UNESCO desde su presidencia del Centro en Madrid, donde organiza estupendas jornadas. Feminista, mujer de mundo, honesta… Y mucho más.

Enriqueta de la Cruz, es escritora y periodista. Cinco novelas publicadas enraizadas en Memoria Histórica, presente y nuestro futuro. La última: Despertando a Lenin, de reciente aparición y dos libros de conversaciones con el republicano y ex presidente del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, César Navarro, psiquiatra, humanista, políglota y sobre todo, buena y culta persona. La última, Tiempos de plomo y ceniza, acaba de salir de imprenta. Colaboradora en LoQueSomos y otras Web alternativas, enormes grupos de gente imprescindible, a la que admiro por ser luchadora, comprometida.

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