1974-75 en Portugal: grandiosos avances sociales y su destrucción por la CIA

1974-75 en Portugal: grandiosos avances sociales y su destrucción por la CIA
Bombardeo de claveles, 1 de mayo de 1975

Por Demetrio E. Brisset*

50 años de la última revolución europea

5000 militares antifascistas y anticolonialistas desencadenaron en el extremo de Europa una transformación social y económica que asustó a la OTAN. A pesar del interés mediático por tal acontecimiento y sus incontables investigaciones, el relato políticamente correcto minusvalora su básica expresión de poder popular, así como su influencia en el devenir de la España posfranquista. Aquí, la información recogida entonces sobre el terreno por el autor se complementa con posteriores documentos desclasificados de la CIA y testimonios de varios de los militares protagonistas, para analizar su desarrollo y cómo fue desmantelada

Con más de 1200 km. de longitud, la raya o frontera entre Portugal y España separa desde el siglo XIII dos pueblos que a pesar de sus semejanzas se mantienen distantes. Este 25 de abril nuestros vecinos (que mantienen su secular cautela ante España) culminarán las celebraciones de su Revolución de los claveles iniciadas en 2022, con la “recreación histórica” (según el modelo de las batallas napoleónicas que proliferan por Europa y de nuestros Moros y Cristianos) de la sublevación de varios capitanes y algunos coroneles, que al mando de escasa tropa salieron del cuartel de Santarem rumbo a Lisboa para cercar el refugio del dictador Caetano, y con la única resistencia de la siniestra PIDE -policía secreta- ocupar la capital y dar fin al Estado Novo surgido tras un golpe de estado de militares protofascistas en 1926 y consolidado desde 1932 por Oliveira Salazar, émulo de Mussolini que en 1961 emprendería guerras para sofocar la lucha independentista de las colonias del residual imperio portugués en África (Angola, Mozambique y Guinea-Bissau) y Asia (Timor), continuadas por su sucesor en 1968 Marcelo Caetano, (también admirador de Franco). Era un país con un tercio de analfabetos, míseros salarios y más de dos millones de emigrantes (casi un cuarto de la población), donde los jóvenes debían cumplir en Ultramar dos de los cuatro años de su servicio militar. A pesar de ser feroz dictadura, pero gracias a su visceral anticomunismo, fue uno de los doce países fundadores de la OTAN en Washington en 1949.

Organización de los capitanes rebeldes

Precisamente las costosas guerras coloniales acabarían con el despótico régimen, ya que en 1973 se promulgó un decreto para que los reclutas enviados a combatir pudieran asumir puestos de mando, y 136 capitanes (muchos con títulos universitarios) se reunieron en el Alentejo el 9-9-1973, deciden asociarse y tras varios encuentros clandestinos crear el MFA o Movimiento de las Fuerzas Armadas. Indignados porque les enviaran a matar a unos nativos que trataban de salir de una pobreza y opresión similares a las que sufrían ellos mismos, su objetivo común era acabar con la dictadura y la guerra colonial, “la instalación de un régimen democrático y la creación en el seno de las Fuerzas Armadas de una nueva jerarquía de ética, competencia y disciplina consciente al servicio del pueblo.” Desconfiados de los partidos políticos, irrelevantes en la lucha clandestina contra la dictadura (limitados al PCP y grupos de extrema izquierda como las BR y LUAR), el MFA (que no agrupaba más que una parte de los militares, los opuestos al fascismo y los que se unieron por su interés personal), consensuó un Programa de Mínimos para desarrollar el país que podía ser asumido por generales de prestigio (para integrarlos y así evitar la confrontación con los altos mandos caetanistas), según cuenta el entonces coronel ingeniero y luego Primer Ministro Vasco Gonçalves en 2002.

Los Papeles de la CIA

El concepto “acción encubierta” en política exterior incluye apoyar a políticos afines, armar a disidentes, patrocinar golpes de Estado o asesinar a dirigentes hostiles. En Estados Unidos su aplicación corresponde a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que durante la “guerra fría” la empleó en decenas de ocasiones ante supuestos riesgos a su seguridad nacional.

Recuerdo a los presos políticos, Lisboa, Junio de 1974

Desde 1999, en Washington se han desclasificado documentos secretos de la CIA referentes a su intervención en Portugal, reveladores de la importancia que dieron a los acontecimientos que allí sucedían, emprendiendo acciones encubiertas o secretas para reconducir el proceso hacia sus intereses (materiales asequibles en Archivos de la Transición: Portugal) aunque se escamotean las operaciones ilegales.

Extenso estudio de esta documentación desclasificada, junto con actas de comités senatoriales y entrevistas con ex-altos funcionarios de Seguridad realizó Cullen G. Nutt para su Tesis Doctoral en el MIT: “Alignment Instability and Covert Action: The Case of Portugal,” (Toronto, 2019), donde este profesor en la Academia Naval de los EEUU desvela la política aplicada por su gobierno respecto al Portugal revolucionario, aunque adolece de auto-censura.

Tras constatar la CIA que Portugal era “un país pobre no industrializado, con el 37% de sus seis millones de habitantes analfabetos, un reducido número de oligarcas controlando la economía, y un gobierno con escaso apoyo popular”, reconocen que el partido político mejor estructurado en la clandestinidad era el Partido Comunista (PCP) cuyo líder Cunhal entró de ministro en el I Gobierno Provisional, y para contrarrestarlo proponen apoyar al recién creado Partido Socialista (PS) a través de sus socios europeos, especialmente alemanes, y también repartir fondos entre los medios de comunicación en la oposición.

Preocupación en Washington

El 19-6-1974 en la base que los Estados Unidos poseía en las Azores se reúne el Presidente Nixon con el Gral. Spinola, quien le pide urgente asistencia para “combatir la subversión comunista que quiere apoderarse de Portugal”. En respuesta, Nixon ordenó al General Walters (Subdirector de la CIA) que visitase Portugal, España e Italia, para evaluar la situación, temiendo se cumpliese la teoría del dominó que el Secretario de Estado Henry Kissinger había trasladado del Sureste asiático al Sur europeo.

Tras formarse en julio 1974 el II Gobierno Provisional, dominado por el sector progresista del MFA, Nixon reconocía que Spinola era su hombre “pero los comunistas son la única fuerza organizada; Franco se está muriendo y ¿quién sabe? […] si España se va, Italia también”.

Ese verano se extienden las ocupaciones y autogestión de empresas cuyos propietarios dejaban de pagar los salarios y abandonaban el país, las reformas económicas a favor de los trabajadores asustaban a las multinacionales con intereses en Portugal y sus colonias. Para el Gral. Walters, “la situación en Portugal era crítica”. Así, Kissinger le comunica el 7-9-1974 al Presidente Ford, que acaba de sustituir al destituido Nixon, la necesidad de ejecutar acciones encubiertas en Portugal (“montando partidos”) y España. El 28 de septiembre el Gral. Spinola apela a los descontentos o “mayoría silenciosa” a salir a las calles y derrocar al Gobierno progresista de Vasco Gonsalves, lo que fue evitado por la movilización popular y la acción del COPCON (Comando Operacional del Continente) cuerpo defensor del MFA al mando del Tte. Coronel Otelo Saraiva, cuya línea pro-poder popular sale fortalecida) aunque para la CIA se trató de una victoria de “la prensa y sindicatos comunistas”. Consecuencia del fallido golpe fue el relevo de Spinola en la Presidencia por el Gral. Costa Gomes (también de la Junta de Salvación Nacional). A la semana, el Primer Ministro Vasco Gonçalves, considerado pro-marxista al margen del PCP, alarmado por el derrocamiento del Presidente Allende en Chile, pide audiencia al embajador de EEUU para asegurarle “mantener la adhesión a la OTAN y le solicita objetividad en juzgar al nuevo gobierno.” Para la CIA, sin embargo “la influencia izquierdista en el nuevo gobierno puede ser tan dominante que Portugal deje de ser un aliado en la OTAN y ni siquiera amistoso con EEUU.”

Kissinger pide elaborar un plan de acción

Teniendo en cuenta el estratégico papel jugado por la base americana en las Azores, única donde pudo repostar su aviación en ruta para equipar a Israel en la guerra del Yom Kippur (1973), no podían permitirse arriesgarla, por lo que Kissinger pide a la CIA que elabore un Plan de Acción para proteger los intereses propios y de la OTAN, contando con que la VI Flota podría ocupar las Azores en caso necesario. Así, igual que hizo en Chile, la CIA decide implicarse en acciones encubiertas, subvencionando a partidos políticos y empresarios proclives. “Para derrotar la estrategia del PCP, necesitamos un Partido Socialista que le supere en fuerza”. “La implementación de acciones políticas tenderá a su climax en el primer trimestre de 1975, antes de las previstas elecciones para la asamblea constituyente de marzo [siendo] el objetivo un gobierno amistoso con EEUU.” Para entonces, la estación portuguesa de la CIA superaba los cien agentes. En conversación con dirigentes franquistas, Kissinger les dijo que “la acción encubierta debe efectuarse antes de los acontecimientos, y Washington cooperará en un plan de acción que evite una victoria comunista”; la lucha clandestina había fortalecido al PCP, “mientras que el líder de los socialistas Mario Soares carecía de coraje, recursos y organización.” (8-10-1974). Once días después, le dijo personalmente a Soares “Usted es un Kerensky. Creo en su sinceridad, pero es un ingenuo.” 1975 se inició con la depuración de funcionarios fascistas de las instituciones y apertura de relaciones diplomáticas y económicas con los países del bloque comunista, destacando la solicitud rusa de un puerto para su flota pesquera (lo que alarmó en Washington). Las movilizaciones de masas llevaron a más ocupaciones y la creación de la Coordinadora inter-empresas autogestionadas, que ascendían a varios cientos (impulsada por activistas de extrema izquierda: UDP, PC-R-, Mes y PRP, y parte del MRPP). La preocupación se extendió por los países de la OTAN, recelosos. En marzo 1975 fracasa otro golpe de estado del Gral. Spinola apoyado por la aviación y paracaidistas, lo que propicia el IV Gobierno Provisional y la dirección del MFA por un Consejo de la Revolución más izquierdista, que decreta la nacionalización del sistema bancario y los seguros, impulsa la Reforma Agraria y atiende las reivindicaciones de las comisiones de moradores -o vecinos- y comités de obreros, campesinos y soldados. También firma un pacto con los partidos políticos donde exigen poder de veto sobre la futura constitución, al ser “la legitimidad revolucionaria superior a la democrática.”

El verano caliente supera los límites

Las elecciones de abril 1975 aportaron una asamblea constituyente de mayoría moderada (PS y PPD). En mayo el Primer Ministro Vasco Gonçalves se entrevista con el Presidente Ford y H. Kissinger, y presionado para que expulse al PCP de su Gobierno, les reitera que “no desean abandonar la OTAN y propone la cooperación entre EEUU y la Unión Soviética, dejando claro que la política del MFA no es la del PCP” (entrevistado en 2002). Ante la radicalización del MFA, los reaccionarios optan por fomentar la violencia en el Norte. Ese julio se concede la independencia a Mozambique y Cabo Verde, y el país entra en la vorágine del revolucionario verano caliente asambleario, autogestionario y de “acción directa”, con el asedio obrero al parlamento, y la simpatía del MFA hacia la “democracia popular”. Mientras Kissinger se inclina a promover un nuevo golpe de extrema derecha, la embajada americana apuesta por captar al sector moderado del MFA, y fruto de la labor encubierta de la CIA serán el abandono del IV Gobierno por Mario Soares y el PPD, así como la organización de los militares moderados a quienes se prometió apoyo total, incluyendo el desembarco clandestino de armamento (en coordinación con Gran Bretaña, el Plan Callagham) en caso de estallar una guerra civil entre un Norte sublevado por ellos y la comuna roja del Sur fiel al gobierno, y les indicaron debían “actuar ya”. Obedientes, elaboran el “Documento de los Nueve”, donde denuncian el totalitarismo que pretenden implantar los comunistas anti-parlamentarios.

En respuesta, el nuevo V Gobierno Provisional de Vasco Gonçalves, al que se integran el PCP, el izquierdista MDP e independientes nacionaliza industrias como la minería, astilleros y cerveceras, favoreciendo la ocupación de latifundios. La llegada de más decenas de miles de retornados de las colonias (desafectos que reprochan al MFA la pérdida de sus bienes) se une a los ataques a sedes del PCP en el Norte y Centro, a cargo de guerrillas sufragadas por terratenientes y oligarcas, con la intervención de algunos españoles. A finales de agosto, la CIA informa que “se acerca la guerra civil” e intensifica su contacto con el sector moderado y anti-soviético del MFA decidido a derrocar a Gonçalves por todos los medios, y en la Asamblea del MFA del 5-9-1975 consiguen apoderarse del Consejo de la Revolución para elegir un VI Gobierno al mando del Almirante Pinheiro, con la integración de ministros del PS, PPD y PCP. Sería la última reunión de la Asamblea del MFA, y en ese otoño se inició el fin de la revolución. El 20-11-1975 miles de obreros de la construcción en huelga sitian la sede de la Asamblea Constituyente, acusándola de no representarles.

La baza de los militares moderados

En los cuarteles, la tropa practicaba la democracia interna mediante asambleas de soldados, dispuestas a no acatar órdenes de oficiales contrarios al MFA. Siendo un obstáculo para el nuevo rumbo propugnado por la coalición Grupo de los Nueve-PS-PPD-Mandos militares conservadores, que planificó restablecer la autoridad tradicional y terminar con el asambleísmo y la indisciplina, sin descartar al uso de la fuerza si surgían protestas.

Tras arrebatar el mando de la Región Militar de Lisboa al sector izquierdista, una confusa operación de los oficiales paracaidistas abandonando su puesto para acudir a una base de la OTAN fue seguida por la provocación del castigo a los cadetes-paracaidistas, quienes se rebelaron ocupando bases aéreas con el tibio apoyo del COPCON, desistiendo al ser rodeados por unidades de comandos. Ese 25-11-1975, en solidaridad con los paracas se movilizaron muchos regimientos fieles a los progresistas del MFA, entre los cuales un pelotón de la Policía Militar que ocupó una emisora de radio y fue atacado por los comandos, resultando tres muertos, las únicas bajas del día, ya que los soldados sublevados no llegaron a repartir armas al gentío que las reclamaba, acatando así la consigna de contención dada por el COPCON y el PCP para evitar una guerra civil. A pesar de esta pasividad, se acusó a los izquierdistas de querer tomar el Poder, cuando lo que ocurrió fue un bien orquestado golpe de estado contrarrevolucionario (según el Gral. Vasco Gonçalves en 2002). De hecho, la alianza de moderados anti-soviéticos y conservadores decretó el Estado de Excepción en Lisboa, disolvió el COPCON, Otelo Saraiva y decenas de oficiales fueron detenidos y cientos de soldados licenciados. A fines del año se disuelve la propia Asamblea del MFA, y 1976 comienza con manifestaciones por la liberación de los militares progresistas presos al mismo tiempo que la extrema derecha atenta contra dirigentes de izquierda. Había terminado la etapa de democracia popular, y los militares revolucionarios fueron expulsados del ejército.

Por su exitosa gestión, el embajador Carlucci fue premiado con la subdirección de la CIA. Ahora bien, entre los documentos desclasificados de la CIA, están ausentes los relativos a operaciones encubiertas ilegales, que sin duda las hubo, como el muy probable apoyo a los paramilitares de extrema derecha MDLP y ELP, cuya sede estaba en Madrid, que desarrollaron una larga campaña de sabotajes, bombas, incendios y asesinatos, con una media de 24 actos terroristas al mes.

La conexión española

Otro caso oscuro fue la manifestación el 27-9-1975 ante la embajada de España en Lisboa en protesta por el fusilamiento de cinco antifranquistas, que derivó en su asalto, saqueo e incendio. Esta violencia fue achacada a los comunistas, pero el coronel Dinis de Almeida, uno de los destacados Capitanes de Abril y del COPCON estaba presente y en su libro de 1978 La traición del 25 de noviembre acusa a tres agentes latinoamericanos de la CIA de haberla planificado y ejecutado. Este ataque podría haber buscado la colaboración de Franco en evitar la caída de Portugal bajo el poder comunista, enviando la Brigada Acorazada Brunete en apoyo de la contrarrevolución.

En cuanto a su repercusión en España, la primera consecuencia fue animar a los antifranquistas y su contagio a jóvenes militares, al reunirse en agosto 1974 tres comandantes y nueve capitanes para fundar la UMD (Unión de Militares Democráticos) con el propósito de “difundir ideales democráticos dentro de las Fuerzas Armadas”, pero al año siguiente, cuando ya contaban con centenar y medio de miembros de las diferentes armas, fueron disueltos, expulsados del ejército y una decena de ellos encarcelados. A pesar de su lucha por las libertades y los derechos humanos, ni les afectó la Amnistía de 1977 ni les permitieron reincorporarse al ejército.

Por otro lado, se aplicó la misma exitosa estrategia de fortalecer un Partido Socialista dócil para contrapesar el prestigio ganado en la lucha antifranquista por los clandestinos PCE, PTE, ORT, MC, PC(i), anarquistas y otros, tal como Kissinger dijo en Nueva York en septiembre 1975: “Creo que deberíamos esforzarnos por hacer en España algunas de las cosas que hemos encontrado necesarias en Portugal.” Así el PSD alemán de Willy Brandt generosamente subvencionó a un PSOE que aceptaría la monarquía instaurada por Franco y la OTAN.

El Portugal posrevolucionario

En abril 1976 la asamblea constituyente aprueba la nueva Constitución que modula una democracia representativa de corte occidental y las elecciones parlamentarias son ganadas por el PS, siendo Soares nombrado Primer Ministro del I Gobierno Constitucional. A los tres meses, elecciones presidenciales ganadas por el Gral. Ramalho Eanes, vencedor del 25 Noviembre, con el 61% de los votos, mientras el asambleísta Otelo quedaba con el 17%. Vendría luego el sometimiento del poder militar al civil con la disolución del Consejo de la Revolución; la austeridad, el FMI controlando las finanzas, el ingreso en la CEE en 1986 y el Banco Mundial repoblando 150.000 h@ del centro y norte con pinos y eucaliptos para producir celulosa. Estos bosques son los que han ardido en las últimas décadas. Tras alternarse gobiernos socialistas y de derechas, en 2015 formó gobierno la coalición de izquierdas llamada geringonça o “artilugio” (PS; Bloco y PCP). Esta vez, la nueva llegada de comunistas al poder no alarmó a los americanos.

Finalmente, este 2024 en las elecciones parlamentarias obtuvo el 18 % de los votos el ultraderechista Chega, heredero de los grupos terroristas del Norte, que rechaza cualquier homenaje a los revolucionarios de abril.

Los testimonios del Primer Ministro V. Gonçalves en “Vasco Gonçalves: un general en la revolución”, (entrevistado por María M Cruceiro 2002).

* Catedrático emérito de Comunicación (Univ. De Málaga). Como periodista pasó varios meses en Portugal entre 1974-75, publicando en Cambio16, L’Art Vivant (París) y otras revistas. Autor de “La rebeldía festiva. Historias de fiestas ibéricas” (2009) y “Las puertas del poder . El Proceso de Kafka y Welles com gestos de rebeldía” (2013).
Fotos: Demetrio Enrique Brisset

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