23 de julio: se pasa lista…

23 de julio: se pasa lista…

Por Marta Haserrea.

Abstenerse lo de a mí no me gusta ninguno, son todos iguales o yo soy antisistema.
No se vota porque te guste, sino porque algunos te gustan todavía menos.
No son todos iguales, que no haya figuras que representen nuestros ideales no quiere decir que los tibios sean igual que la mafia.
No votar no te convierte en antisistema, ni hacerlo te quita de serlo.
Si votar sirviera para algo, ya lo hubieran prohibido, pero no votando las cosas pueden ir muy muy a peor.
Así que déjate de cuentos, de purismos, que a mí también me gustaría vivir en otro mundo, pero nos ha tocado éste.
Y bájate a tu colegio a votar, ahora que todavía lo tienes, un colegio público y el derecho a votar.
Y si no lo haces por ti, porque vas muy sobrao, hazlo por los demás, por los que no pueden, por los más invisibles, por los racializados, por las mujeres, por los precarios.
El resto del año nos jugamos el futuro en las calles, hoy está una parte pequeña de él en una urna.
No hay excusas, levántate y VOTA.

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4 thoughts on “23 de julio: se pasa lista…

  1. Votar y quedarse en casa durante 4 años como hemos visto a la mayoría de lxs que nos llaman a las urnas,no sirve para nada .luchar en tu barrio, tu ciudad frente al fascismo , en el comedor de barrio autogestionado, en los piquetes, frente a hazteoir,voxen la calle,eso sí sirve para algo. Eso lo que hago y más cosas, pero no votaré, por P Hasel, por los 6 de Zaragoza, Raquel de Cádiz, las compas de Xixon, y todos lxs represaliadxs por el gobierno. No votes ,escucha, organízate y sal a la calle, que es el lugar donde han cambiado las cosas al largo de la historia.salud.
    Se que no me publicareis.

    1. Gracias, Durruti, por manifestarte, espero que con toda la libertad que aún nos pueda quedar. Aprovecho para aportar algún que otro argumento, pues hasta hace poco –que he votado en blanco- creía en la “democracia” y la comprensión y el respeto del juego de mayorías hacia las diferentes y legítimas minorías.
      Pero el tiempo y la realidad de la vida cotidiana –y más a raíz de la crisis sanitaria, de la que aún no hemos salido, dada la persistente sobremortalidad que todavía sufrimos-, insisto, los aconteceres durante los últimos años –y se podría decir hasta lustros o décadas, incluso- en la situación general de nuestro país aportan los hechos incontestables que pueden ayudar a tomar conciencia y actuar en consecuencia.
      A nivel económico, por empezar por la “casa común y sus normas” hemos llegado a una situación poco menos que caótica, en la que confluyen una persistente inflación en la zona euro, que ha llevado al BCE a elevar los tipos de una forma tan rápida como inusitada, lo cual nos sugiere la gravedad de la situación. De nada sirven propuesto electorales de corte populista, si no se hace pedagogía de la realidad desde la “clase política”; pero, obviamente, eso no es “políticamente correcto”. En esta situación económica, dada la recesión y la magnitud de la deuda pública, donde hay que asumir que no podemos seguir viviendo por encima de nuestras posibilidades, no valen “medias tintas”, no quedan más que dos opciones que no aparecen en ninguno de los programas electorales de los principales partidos:

      1) Gastar menos, es decir, comenzar algún tipo de decrecimiento, a todas luces impopular, pero a día de hoy casi obligadamente necesario; véanse los argumentos de los Dres. ALMAZÁN (en filosofía) y GONZÁLEZ REYES (en química) en contra el “capitalismo verde” y sus prescripciones para pasar a la acción.

      2) Y algo aparentemente antitético, aunque del todo complementario. Y es la arriesgada apuesta por la creación de riqueza, es decir, ingresar más, que propone la politóloga guatemalteca Gloria ÁLVAREZ CROSS. Sin duda, se trata de una aportación bien estudiada en Latinoamérica. Pero que, bien adaptada a nuestra realidad, podría evitar la fuga de talento –el preciado e insustituible capital humano-; y pondría en valor la genuina libertad individual y colectiva, asociada a los otros dos derechos esenciales de la persona.
      – Derecho a la vida, en primer lugar, desde que somos concebidos y venimos a este mundo en el seno del principal grupo social primario –llámese familia o como se crea conveniente. Y, subsecuentemente,
      – el derecho a la propiedad; primero de nuestro cuerpo y a la vez de nuestra mente.

      Estas ideologías no han aparecido –ni probablemente aparecerán- en los “mass media”, Sencillamente, porque hablan de la cruda realidad, la que no estamos dispuestos a mirar a la cara, porque no lo soportaríamos ni un instante. (Si alguien ha conseguido leer hasta aqui, ¡enhorabuena! Porque necesitamos conciencias dispuestas a pasar a la acción, aquí y ahora. No solo mañana y, después, a partir del lunes seguir con las mismas rutinas en la zona de confort de cada cual.) Lo más cómodo es echarle la culpa a alguien –sea el político en el poder o en la oposición-; o, incluso, al sistema- y no asumir, como ciudadanos, la responsabilidad que tenemos con nuestra propia libertad y con la comunidad en la que nos ha tocado vivir.

      En fin, difícilmente encontraremos a alguien que encuentre argumentos de peso para rebatir estas ideas. Lo esperado es que sean tachadas de … tanto por los de un signo, como por los del otro. Su juego estriba en realizar promesas que seguramente no lleguen a cumplir, porque se topan con la cruda realidad; y mientras tanto esta, llamada por algunos, “PARTITOCRACIA” sigue trastablillando en ese mar cenagoso de su corrupción intrínseca y de la esquilmación del entorno natural y sus valiosos recursos. ¿A que suena a la antítesis del primordial derecho a la vida, persistiendo en una subcultura de la destrucción del propio individuo y de su entorno, tanto natural como comunitario; a una subcultura de la muerte, de tipo suicida y, por lo demás, inconsciente?

  2. Cada día hay que hacer lo que toca, el 23 en Madrid, no se me ocurre otra cosa mejor que hacer que añadir mi voto a Sumar y contar cuántos somos aquí, para pensar en futuras actividades reivindicativas y hasta revolucionarias.

  3. “La hormiga, por odio a la cucaracha, votó al insecticida. Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo…” Dicho popular

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