En recuerdo de Carlos Marighela, guerrillero brasileño
Daniel Alberto Chiarenza. LQSomos. Noviembre 2014
4 de noviembre 1969: asesinan en Sao Paulo al guerrillero brasileño Carlos Marighela.
Marighella nació en Salvador, Bahía, el 5 de diciembre de 1911. Fue un político y guerrillero, uno de los principales organizadores de la lucha armada contra el régimen militar instalado en 1964 para instaurar una sociedad más justa en Brasil. Su obra más conocida es el polémico -en su momento muy censurado- Mini-manual del guerrillero urbano.
Uno de los siete hijos del operario Augusto Marighella, inmigrante italiano, y Maria Rita do Nascimento, afrobrasileña e hija de esclavos. Cursó la escuela primaria y la secundaria en su ciudad natal de Salvador y en 1934 abandonó la Escuela Politécnica de esa ciudad, para ingresar al joven Partido Comunista de Brasil (PCB).
Se convirtió en su militante y se trasladó a Río de Janeiro (por entonces capital del país), para trabajar en la reestructuración del PCB. En mayo de 1936, fue detenido, estuvo preso hasta julio del 37. Al salir de la cárcel, pasó a la clandestinidad, hasta volver a ser detenido en 1939. Estuvo encarcelado hasta 1945, cuando fue beneficiado con una amnistía, debido al proceso de redemocratización que estaba viviendo el país por entonces.
Electo diputado federal constituyente por la delegación bahiana del PCB en 1946, perdió su cargo en 1948, debido al decreto que declaró la ilegalidad del PCB. Regresó a la clandestinidad, ocupó diversos cargos en la dirección partidaria.
Pasó los años 53 y 54 en la recientemente declarada República Popular China, en la que pudo entrevistarse personalmente con su líder revolucionario, Mao Tse-Tung. Visitó, también, la Unión Soviética, poco después de la muerte de Stalin, y antes del breve deshielo cultural que comenzaría bajo el liderazgo del nuevo premier Nikita Jrushchov.
El 8 de mayo de 1964, un mes después de haber tenido lugar el golpe militar, fue baleado en el pecho y detenido por agentes del DOPS (Departamento de Ordem Político e Social) en un cine, en Río de Janeiro. Liberado en 1965 por orden de la Corte -después de interponer una acción de hábeas corpus- en el 66 optó por la lucha armada contra la dictadura. Debido a esa decisión sería finalmente expulsado del “meramente burocrático” PCB en 1967. En agosto de ese mismo año Marighella había ido a La Habana, capital de la Cuba socialista, para participar de la conferencia comunista “Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina” (más conocida por la denominación de Tricontinental), la cual propiciaba la lucha armada a partir de la conformación de guerrillas marxistas como medio para intentar acceder al poder en los diferentes países.
En febrero de 1968, luego de la muerte del Che Guevara en Bolivia, Marighella fundó un grupo armado revolucionario, denominado ALN (Ação Libertadora Nacional, “Acción Liberadora Nacional”).
En septiembre de 1969, apoyó el secuestro en Río de Janeiro, del embajador estadounidense Charles Elbrick, en una acción conjunta de la ALN y del Movimiento Revolucionario 8 de Octubre (MR-8). La acción fue espectacular, por lo que se recrudeció el régimen militar, los órganos represivos del Estado concentraron sus esfuerzos en lograr su captura.
En la noche del 4 de noviembre de 1969 Marighella fue sorprendido por una emboscada en una calle de São Paulo. Finalmente resultó muerto a tiros por agentes del DOPS en una acción coordinada por el delegado Sérgio Paranhos Fleury.
La ALN continuó en actividad hasta el año 1974. El sucesor de Marighella en el mando de la misma fue Joaquim Ferreira Camara, quien también sería asesinado en 1970. Los militantes más activos en São Paulo eran Yuri Xavier Ferreira y Ana Maria Nacinovic, quienes continuarán realizando peligrosas actividades panfletarias contra la dictadura militar hasta 1972, año en el que encontrarían la muerte mediante una emboscada represiva. Dieciocho de sus militantes resultarían muertos, y otros cinco serían contabilizados como desaparecidos. El último líder de la ALN sería Carlos Eugenio Sarmento da Paz, quien logró sobrevivir exiliándose en Francia, y sólo regresó a Brasil después de promulgada una amnistía.
