40 años de impunidad en España
Javier Coria*. LQSomos. Noviembre 2015
El pasado 20 de noviembre se cumplían los cuarenta años de la muerte del dictador Francisco Franco. La sociedad civil exige verdad, justicia y reparación para las víctimas de la represión franquista.
Coincidiendo con la efeméride del 20-N, varios han sido los actos e iniciativas que reclaman al Estado español que cumpla con los llamamientos de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o la propia ONU, que han reclamado al Estado español que investigue los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Guerra Civil y la posterior represión, que llenó la geografía españolas de fosas y cadáveres por las cunetas. Son 140.000 los desaparecidos cuyos familiares, al no encontrar el auxilio de la justicia y el Estado español, han tenido que acudir a la justicia argentina, con la llamada Querella Argentina. Ana Messuti, una de las abogada de los querellantes, nos dijo en su momento: “Lo que dicen en Naciones Unidas es que la reparación, la verdad y la justicia, sobre todo la verdad, no puede ser a nivel individual, porque los crímenes contra la humanidad es la memoria de un país, y si ese país no hace juicio a las personas que han cometido esos crímenes está perdiendo su soberanía, con el peligro de que esos crímenes se vuelvan a cometer. No sólo que el familiar pueda recupera los restos de su familiar, la sociedad debe ser garante de la justicia, porque además esas personas murieron luchando por todos, no solamente luchando por su familia, luchando por la libertad, por la república”.
La verdad, para vergüenza de todos, es que hasta ahora, ninguna persona ha respondido por los crímenes cometidos durante el franquismo, por lo que una vez más, este país hace gala del famoso slogan de los años sesenta: “Spain is different”, que ideó el franquista ministro Manuel Fraga, para sus campañas de turismo. Sí, España es diferente por su déficit democrático y por una judicatura cómplice del silencio y la impunidad. Hasta veinte han sido los acusados, entre ellos algún ex ministro franquista, pero España se ha negado a juzgarlos en suelo español o extraditarlos a la Argentina, para que fueran interrogados por graves violaciones de los derechos humanos, como lo son las torturas o las desapariciones forzosas. El caso más sangrante, nunca mejor dicho, es el del policía (de la Brigada Político-Social) Antonio González Pacheco, alias “Billy el niño”, al que muchos de los demandantes señalan como su torturador, junto a su jefe Roberto Conesa, y que ejerció tan siniestro oficio hasta 1982, en que abandonó la policía.
Barcelona se querellará contra los crímenes del franquismo
El Ayuntamiento de Barcelona, con su alcaldesa Ada Colau al frente, ha anunciado que apoyarán institucionalmente ante los tribunales a las querellas ciudadanas contra los crímenes cometidos durante el régimen franquista. En la declaración oficial, en consistorio de Barcelona en Comú, también interpela a la persona que Franco designó como su sucesor, el rey emérito Juan Carlos I. Lo mismo hace con el actual rey, Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), por representar a un Estado que legitima los hechos sucedidos en el pasado, al no condenarlos y poner todo tipo de trabas para que las víctimas puedan llevar ante los tribunales españoles a sus victimarios. El ayuntamiento se personará como perjudicado en la causa que está llevando la jueza María Servini en Argentina. Todas las personas que quieran unirse a la causa como querellantes, en las Oficinas de Atención Ciudadana tendrán unos formularios para ello.
Querella por los bombardeos fascistas sobre Barcelona
Entre el 13 de febrero de 1937 y el 29 de enero de 1939, Barcelona sufrió diversos bombardeos navales y aéreos por parte de las fuerzas nazis alemanas y las fascistas italianas, aliadas de Franco. Especialmente los días del 16 al 18 de marzo de 1938, más de 12 ataques espaciados entre 41 horas dejaron caer 44 toneladas de bombas sobre la población civil indefensa. Se calcula que murieron, entre 1937 y 1939, 2.500 personas, entre ellas varios cientos de niños. Como pasara en Guernica, la Legión Cóndor alemana y L’Aviazione Legionaria italiana utilizaron estos objetivos como campo de pruebas. La Asociación Altraitalia interpuso una querella por estos hechos, recogida en la causa general de la Querella Argentina, ante la Audiencia Provincial de Barcelona, ahora, dicha Audiencia, ha remitido un requerimiento al ayuntamiento para que Barcelona se considere como ciudad perjudicada por los bombardeo contra la población civil. En la próxima reunión de la Comisión de Presidencia del consistorio se presentará una moción conjunta, que apoyan la mayoría de los grupos políticos municipales, para instar al gobierno del Estado italiano a pedir formalmente perdón por los citados bombardeos.
“Justícia pels crims del franquisme”
Unas mil personas acudieron al evento, el 20-N, convocado por el Òmnium Cultural para pedir justicia por los crímenes del franquismo. Tuvo lugar el emotivo acto delante de la cárcel Modelo de Barcelona, en cuya Quinta Galería sufrieron represión los militantes antifranquistas, y en el patio de dicha cárcel, fue ejecutado a garrote vil (el 2 de marzo de 1974), el joven militante anarquista Salvador Puig Antich. Con la presencia de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, del primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, y los consellers en funciones Ferran Mascarell y Meritxell Borràs, tomaron la palabra, entre otros, la abogada Magda Oranich, que recordó a uno de los últimos fusilados por el franquismo, Juan Paredes Manot (Txiki), y el economista y activista de Justícia i Pau, Arcadi Oliveres. Pero los más emotivos testimonios llegaron en forma de vídeos, con las intervenciones, aplaudidas por el público asistente, de la veterana luchadora antifascista (con 100 años de edad), Neus Català, de Antonio Paredes Manot, hermano de Txiki, y de Antonio Martos, hermano de Cipriano Martos, el joven antifascista que fue torturado hasta la muerte (le hicieron ingerir el líquido de un cóctel molotov), en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Reus (Tarragona), el 17 de septiembre de 1973. Antonio Martos fue aplaudido al decir: “Sólo se reconocen las víctimas de ETA, pero no los crímenes cometidos por la fuerzas de seguridad del Estado”.
Como cosas negativas del acto, las lamentables versiones de canciones revolucionarias tan conocidas como “Què volem áqueta gent?”, de María del Mar Bonet, “Jo vinc d’un silenci”, de Raimon, o “L’estaca”, de Lluís Llach, perpetradas por el grupo musical de Alcoi (Alicante, País Valencià) VerdCel. Y también el exceso de celo de los organizadores, que impidieron la libre labor de información de este medio. El acto terminó con las autoridades en el escenario cantando “L’estaca” con gritos de independencia.
La mal llamada “transición” (auténtica continuación) hurtó justicia y memoria, con la torticera consigna pactista (PSOEPCE) de “Amnistía y Libertad”. Sin depurar no hay heridas curadas ni limpieza institucional (con los franquistas enquistados por doquier). Tampoco olvidemos el papel provocador del terrorismo teledirigido desde Interior y las redes CIA, con ultraderechistas asesinos. Ni a fascistas con sangre en las manos, como Fraga, fundando alianzas políticas y partidos populares (sin entrar a recordar los presentes en el Palco de la Plaza de Oriente, con los cadáveres calientes de los héroes antifascistas fusilados).
Sacudir la alfombra, ochenta años después, no es ni capricho, ni venganza, sino necesidad democrática y saneamiento social
Ni olvido ni perdón
Podemos
Salud y República!!