40 años de la Revolución de los claveles

Por Iñaki Alonso*

Sempre 25 de Abril

Lisboa amanece soleado, presagio de un largo día lleno de emociones y recuerdos, saudade!.

Hoy ni más, ni menos es el cuarenta aniversario de la Revolución de los Claveles, que trajo una legítima ruptura democrática con la dictadura salazarista en Portugal, adeus fascismo, adeus!

La centro de la ciudad esta lleno de imágenes tamaño mural de aquel acontecimiento de hace cuarenta años, la entrada de la Praça de Comercio la preside una inmensa imagen de SalgueiroMaia, uno de los capitanes de Abril, militar que encabezo la columna de brindados que puso cerco a la administración fascista.

¿De qué pasta estaban hechos estos militares? De pasta revolucionaria, de honradez y de humildad, como ejemplo de generosidad inmensa Salgueiro siempre siguió su camino como servidor al pueblo desde las fuerzas armadas, rechazando las propuestas-caramelo para entrar en partidos, o ser miembro del Consejo de la Revolución, o representante militar en cualquier embajada de su elección, o gobernador civil o pertenecer a la Casa Militar de la Presidencia de la República.

¿Por qué contar esto? para dejar claro que lo que se buscaba era la libertad y acabar con el fascismo, levantar un nuevo país.

Todo ello sumado a una realidad:

“ …Las guerras coloniales, hicieron que la mayor parte de los militares se dieran cuenta de la inutilidad por mantener el último imperio colonial de occidente, de su crueldad, cada familia portuguesa tenía uno o dos familiares combatiendo en Mozambique o Angola, también existía un sentimiento antibélico de los jóvenes portugueses que se movilizaron masivamente contra la guerra de Vietnam…” (1)

Y por supuesto, sin olvidar que la iniciativa espontanea del pueblo desbordó ampliamente los límites previstos por los dirigentes del proceso, tanto del Movimiento de las Fuerzas Armadas, como de los dirigentes de las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda, no solo en ese día, sino durante los dos años posteriores.

2014, Lisboa, cada esquina, cada plaza, están llenas de recuerdos, son rincones de Revolución que pertenecen a la historia de las utopías, pero en este caso fueron verdad. El fascismo se fue, y se limpio, los primeros años posteriores a la Revolución fueron del y para el pueblo.

Eso hace que la “conmemoración” sea celebrada por todo el mundo incluido esos que se consideran políticamente neutrales, a pesar de la tremenda carga ideológica que tiene la Revolución, un proceso revolucionario que contó con varias conquistas inmediatas como: la desintegración de la policía criminal fascista (PIDE), reconocimiento inmediato de la independencia de las colonias, nacionalizaciones de empresas estratégicas y bancos, reforma agraria, amplitudes democráticas generales, legalización de formaciones políticas, libertad para los presos políticos, libertad sindical y derecho a huelga, elaboración de una nueva Constitución desde la elegida Asamblea Constituyente, aumentos de salarios y beneficios a la población, entre otras muchas cosas además de que el analfabetismo y la alta mortalidad infantil del régimen de António Salazar y MarcelloCaetano dieron paso a la apertura a la universalización de la sanidad y la educación.

Largo do Carmio, Av. de Liberade, Praça de Comercio…  ríos de personas que lo llenan todo, claveles fijados a tod@sl@s andantes, caminar por la ciudad y saber que lo que pisan es suyo, es universal, lo conquistaron y eso no se olvida.

Es verdad que no tardo mucho en llegar el reformismo encarnado en el Partido Socialista, que a través de su líder Mario Soaresfue poco a poco revirtiendo las conquistas y avances populares hasta el punto de aislar a la clase obrera y permitir el reajuste de las fuerzas políticas del capital, a lo que habría que sumar la incompetencia de un Partido Comunista que fue incapaz de dar más pasos revolucionarios frente a propuestas auténticamente revolucionarias como las que nunca faltaron del gran estratega de la Revolución de los Claveles, Otelo Saraiva de Carvalho (2).

Es 25 de abril, Lisboa, y el carácter festivo se apodera hoy de las calles, donde miles de personas rinden homenaje a su Revolución al lado de los militares que se sublevaron contra la dictadura cuatro décadas atrás.

Una manifestación inmensa recorre el centro de Lisboa, partidos sindicatos, colectivos, asociaciones, no falta nadie, hoy es el día de la celebración, en la plaza suena “Grândola, vila morena”, claveles levantados, puños en alto, voces de libertad…

Diferencias sustanciales, ilusiones vertebradas.

Para un celtibero, no se escapan las comparaciones, sobre todo cuando en la plaza o en las calles oye gritar ¡fascismo nunca mais! y uno vive en el país del fascismo, donde sigue aplicando su “justicia” y restando libertad; o cuando uno ve en una manifestación tan numerosa la falta de presencia policial, acostumbrado a un país donde manifestarse a pasado a ser un riesgo de integridad física y penal.

Y entonces tienes más claro que vives en un país que esta lejos de llegar a los mínimos de libertad, o mejor que estas en un país que ni si quiera existe, y que a estas alturas lo único que puede romper esa dictadura continuada es la independencia de los pueblos de “la Ibérica”, porque aquí el fascismo sigue.

La independencia es lo único que rompe el franquismo, cualquiera dirá que es demagogia, pero esto es el siglo XXI y ahora es así de colores y con la TV 24 horas.Anhelada República!

Pero estaba en Lisboa, y no quiero volver… Lisboa canta con el anochecer, canta a la Revolución mientras se brinda con vino o“genjinha” y canta de forma coral, hermanada;mañana será otro día, el de seguir luchando contra las imposiciones de la “Troika”, el de apear al gobierno, el de construir ¡Poder popular!

Portugal-LQSomos
* Miembro del Colectivo LoQueSomos. Otras notas del autor
En Twitter:@IkaiAlo

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