A la muerte de José Bailo Ramonde
José María Adé Buil. LQS. Octubre 2019
El pasado 14 de octubre ha muerto en Terrasa (Barcelona) José Bailo Ramonde. Un personaje para la historia reciente, por su compromiso antifranquista y sus valores republicanos, por los que apostó desde su juventud partiendo de una posición que pudo ser muy acomodada. Había nacido en Cedeira, en la maravillosa costa de las rías altas coruñesas, en 1929, hijo de un maestro de primera enseñanza, que debió querer para su hijo un futuro seguro, de acomodo y sin turbulencias. Por ello que siguiendo los traslados del padre, llegó a Tarazona (Zaragoza , donde ingresaría en su seminario y continuaría su formación en la prestigiosa Universidad Pontificia de Comillas, licenciándose en Teología y especializándose en Humanidades clásicas. Aquí, según relata su compañero Rafael Manero, ….desde su llegada en 1949 aparece como tenor solista en la escuela de canto…musicalmente fue una revelación… Como sacerdote, decidió por consejos paternos opositar al cuerpo de capellanes castrenses, donde en BOE de 1955 aparece con el grado de oficial del ejército español con destino en Tarazona.
Esta parte tan exquisita de su vida pronto se vería trocada por sus inquietudes culturales y sociales. Pidió traslado a Valencia y aquí pudo matricularse en su universidad para cursar estudios de Filosofía y Letras. La agitación estudiantil y obrera antifranquista de finales de los cincuenta y primeros sesenta no le fueron ajenas y pronto tomó parte en ellas, lo que le costó un Consejo de Guerra militar y una petición inicial de condena a muerte. Encarcelado en prisión militar y luego liberado, quizás por las influencias de la renovación vaticana, abandono el ejército y también su condición de cura. Hay que decir que tanto antes como después fue codiciado por la izquierda organizada, y en especial por la dirigencia del PCE, que en una reunión de Paris, el propio Carrillo y sus adláteres le llegaron a proponer su reincorporación al ejército para hacer labores clandestinas de adoctrinamiento y propaganda , a las que José se opuso abruptamente.
Como dirigente del Frente de Liberación Popular (FELIPE), fue detenido en Barcelona en 1962 y encarcelado; posteriormente lo sería en Madrid en 1969, cuando la caída de los cuatro militantes comunistas y entre ellos Enrique Ruano, vilmente torturado y asesinado en sus dependencias por la policía franquista. Este hecho, como me relató en más de una ocasión, le dejaría un dolor profundo por sentirse de algún modo responsable, ya que consideraba que el conocido era él, “el pez gordo para la policía”, con la consiguiente repercusión en los demás.
Establecido más tarde en Paris, José conocería a la que sería su compañera y esposa hasta el final, Irene Castells Oliván, profesora universitaria de Historia contemporánea, comprometida con la izquierda radical y huida rápidamente hacia el exilio francés, según ella me relató, por la discreta frontera de Canfranc, cuando la caída de sus camaradas catalanes del PCE m-l en Andalucía. Así, que en el final de la dictadura, el testigo militante de Irene, por así también decir, lo recogería José pasando a encuadrarse como dirigente del FRAP y miembro del Comité ejecutivo del PCE m-l. Los años de la transición, con el aparato ya en el interior lo debieron dejar transido y con cierta desazón por la deriva de una dirección sectaria y doctrinaria, regida por un duunvirato , en unos tiempos en que los más preclaros y oportunistas franquistas con la colaboración y participación de casi toda la izquierda organizada, incluida la radical, consumaron esa especie de transustanciación, haciéndose el verbo fascista carne democrática.
Abandonada esta militancia partidista en los primeros ochentas, se instaló en Valencia atraído de buena fe por el proyecto reformista del PSOE, con escasos efectivos en esa Comunidad dirigida por el presidente Lerma, y trató a buen juicio de dar lo mejor de sí por su formación intelectual y su inquietud social, en un puesto en esa administración. Pero de nuevo, según me relató, enseguida conocería las miserias y ambiciones de algunos de sus antiguos conmilitones, que salidos como él del PCE m-l, pretenderían tomar al asalto la formación socialdemócrata para sus intereses particulares. Fugado de nuevo de estas miserias políticas recaló en Barcelona, ocupando un puesto modesto en la administración municipal hasta su retiro a mediados de los noventa, viviendo en esta ciudad y entornos con su inseparable compañera Irene hasta la muerte de los dos, por escasos meses, en este desafortunado 2019.
Conocí a José por primera vez en 1977, todavía en tiempos preconstitucionales, cuando me hallaba en Albania y vino entre otros con Manolo Blanco Chivite, recién liberado éste por la amnistía tras su condena a muerte en 1975 y su conmutación la víspera de las últimas ejecuciones del franquismo en aquel fatídico 27 de septiembre. Ambos, eran un buen aval de presentación, para el dunvirato, ante la cúpula del país de las águilas o el Faro Rojo de Occidente, que reconocía al partido español m-l, como único y verdadero para la revolución española.
Posteriormente , tras ciertos intervalos, he frecuentado y departido en los últimos veinte años tanto con José como con Irene, en un clima de confianza que llegaba a poder llamarnos incluso en apuros de orden personal y familiar. Ha sido toda una lección de vida, atravesada por la sinceridad y el ahondamiento en las cosas y circunstancias. Este boceto de la vida de José, que relato casi de memoria, tendrá sus deficiencias y omisiones, pero espero que en breve, éstas sean subsanadas con la publicación post mortem de sus memorias, como reflexiones de una época, que todavía estaba escribiendo.
Finalmente y como miembro de un modesto Círculo Republicano, en esta ciudad de Huesca, donde resido, agradecerles infinitamente que toda su biblioteca, haya sido donada para nuestra asociación e idearios públicos, como fue su deseo en vida junto con Irene, conocedores y presentes en esta ciudad de nuestra propagación de la cultura y virtudes republicanas a lo largo del tiempo.
Que la tierra os sea leve.
¡Honor y Gloria, camaradas, compañeros, amigos!
Huesca, 29 de octubre de 2019
FRAP, lucha popular – LoQueSomos
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El testimonio de una trayectoria arriesgada
José Bailo Ramonde fue compañero en Comillas de muchos de los que nos reunimos en ATRIO. En 1962 corrió la noticia de que había sido condenado por un tribunal militar, acusado de comunista infiltrado en el clero. Finalizada la dictadura, algunos reanudamos contacto con él y pudimos gozado de su amistad y de su fina inteligencia. Cuando esperábamos la publicación de unas memorias en las que estuvo trabajando los últimos años veinte años, hemos sabido que el 15 de octubre había fallecido en Tarrasa. Como estaba viudo y sin hijos, nos hemos enterado tarde y nos resulta difícil entrar en contacto con otros familiares. Adelantamos hoy un testimonio suyo y una foto, inaugurando una nueva sección especialmente dedicada a quienes les sugiera buenos recuerdos el nombre de La Cardosa.
https://www.atrio.org/2020/01/el-testimonio-de-una-trayectoria-arriesgada/
FALLECIMIENTO DEL “CURA BAILO,” DETENIDO POR LA DICTADURA CUANDO MATARON A ENRIQUE RUANO*
https://www.diariodelaire.com/2019/10/fallecimiento-del-cura-bailo-detenido.html