A los votantes aragoneses de VOX

A los votantes aragoneses de VOX

Cándido Marquesán*. LQS. Julio 2019

Hemos sobrevivido al suplicio de la constitución de los ayuntamientos. Esperamos que sigamos sobreviviendo hasta que se forme el gobierno autonómico en Aragón. Mas, quiero escribir unas reflexiones, dirigidas a todos los votantes de VOX en nuestra comunidad, que no han sido pocos

En las generales del 28 de abril fueron en Aragón, 92.02, el 12,20%
En las autonómicas de 26 de mayo, 40.263, el 6,08%
En las municipales del 26 de mayo, 26.632, el 3,96%.
(En Zaragoza capital, 20.392, el 6,15%. En Huesca capital, 1.622, el 6,51%. Y en Teruel capital, 1.070, el 6,22%).

He dicho que no son pocos. De entrada, para que no haya malentendido, en absoluto cuestiono estos resultados. El pueblo soberano ha decidido. Y punto. Mas, yo lo único que quiero plantear es una pregunta inquietante. ¿Esos votantes de VOX sabían realmente lo que votaban? No sé la respuesta. Que no supieran lo que realmente votaban, sería lamentable, ya que el ejercicio del sufragio es algo muy serio, como para tomárselo a la ligera. Lo que ya me parecería muy dramático es que supieran realmente lo que votaban. Es decir, que lo hacían a conciencia. Insisto, esto sí que es muy grave para la continuidad de un sistema democrático. A estos votantes aragoneses de VOX, tanto los que ignoraban lo que votaban, como a los que realmente sabían lo que votaban, les lanzo unas preguntas muy claras, que me las ha sugerido la lectura del programa de VOX, para que reflexionen, aunque sea un poco.

¿Están de acuerdo con la eliminación del Estado de las Autonomías, uno de los puntos fundamentales de nuestra Constitución? ¿Con la deportación de los inmigrantes ilegales, como todo un ejemplo de insolidaridad? ¿Con el Plan Hidrológico Nacional, que abre el paso a un trasvase del Ebro? ¿Con la liberalización del suelo, si tenemos en cuenta que una medida semejante no hace poco provocó una burbuja inmobiliaria, con la consiguiente crisis económica, cuyas secuelas muchos padecemos? ¿Con la derogación de la Ley de Violencia de Género, a pesar de las continuos asesinatos de mujeres por violencia de género? ¿Con la derogación de la Ley de Memoria Histórica, para así imposibilitar que los más de 100.000 españoles asesinados, que reposan todavía en las cunetas, se les dé una digna y cristiana sepultura? ¿Con la rebaja radical del Impuesto sobre la Renta, aumentando del mínimo personal y familiar exento a 12.000 euros y un tipo único fijo del 20% hasta 60.000 €, y solo al 30% a partir de tal límite? Si están de acuerdo con esta rebaja fiscal: ¿Quieren mantener el Estado de Bienestar? ¿O prefieren el modelo norteamericano, en el que si tienes un cáncer estás condenado a morir al no existir una sanidad pública?

¿También les parece bien el juramento de los diputados VOX en las Cortes Valencianas «Por Dios y por España», que supongo sabrán a qué época nos remite? ¿También les parece o les da igual que en noviembre de 2018, en una cena en un restaurante de la zona norte de Madrid capital se reunieran simpatizantes y posibles donantes de Vox para conocer el proyecto de mano del secretario general del partido, Ortega Smith y que en la mesa presidencial estuvieran: el actual diputado y número 2 de la formación junto a Jaime Alonso, (ex vicepresidente de la Fundación Nacional Francisco Franco), y el general Chicharro, actual presidente de la fundación en honor al dictador? ¿Están de acuerdo con el franquismo? ¿Saben realmente qué fue y supuso el franquismo? Tanto para los que saben realmente lo que fue, como para los que lo ignoran, les dedico las líneas siguientes.

Todavía persiste en no pocos españoles, no sé cuántos, la idea de Franco, como ejemplo de patriotismo. El Periódico de Aragón le dedicó el 15 de noviembre de 2015 un espléndido monográfico por el 40 aniversario de su muerte con una enjundiosa entrevista al historiador Ángel Viñas, autor de un libro reciente La otra cara del caudillo, con datos demoledores sobre su presunto patriotismo. Viñas nos dice que su sombra es alargada, por lo que todavía pulula un espécimen de historiadores con la pretensión de rehabilitarle dándole una visión beatífica. Su figura no se ha estudiado a fondo, ya que era ágrafo, y por ello falta documentación escrita, básica para el trabajo del historiador. Entró en guerra sin un duro, su sueldo quedó congelado nada más iniciado su “alzamiento militar”, pero al acabar la guerra tenía una fortuna de 32 millones de pesetas, el equivalente a 388 millones de euros de hoy.

En cuanto a su procedencia es variada: un regalo de 600 toneladas de café del dictador brasileño Getúlio Vargas para el pueblo español, vendido por un total de 7,5 millones de pesetas, acabó en su cuenta corriente; igualmente se apropió de las donaciones realizadas a su bando, como una de 100.000 pesetas que pasó a su cuenta el 23 de octubre de 1936; traspasos mensuales de 10.000 pesetas desde Telefónica a su cuenta. Todo esto lo consideró, según Viñas, botín de guerra para cubrirse las espaldas ante un futuro incierto. Al acabar la guerra y sentirse seguro, empezó a invertir, pero siempre con figuras interpuestas, en todo un ejemplo de opacidad.

Franco estuvo siempre obnubilado por la figura de Hitler, del que tomó prestada la idea del líder supremo, lo que significa ser fuente del Derecho, ya que él era la ley. Su ansia por acercarse al Tercer Reich le animó a firmar el Tratado de Amistad y Cooperación Hispanoalemana, para que Hitler le ayudara a reconquistar Marruecos, Orán y Gibraltar. Llegó a estar convencido de ser el único capaz de interpretar los intereses de España. Extraordinariamente sagaz para manipular a su gente y ser siempre el centro, supo adaptarse a las circunstancias cambiantes: nazi cuando le interesó, se acercó luego a los americanos presentándose como anticomunista. Termina Viñas advirtiéndonos de que España todavía no ha puesto a Franco en su sitio, ni ha ajustado las cuentas con su dictadura extraordinariamente sangrienta, debido a que parte de la sociedad española se resiste.

Siempre me han preocupado los gravísimos daños causados a la sociedad española por este maldito personaje y que nos ha marcado a muchos. Lo que no sé si nos hemos librado completamente de ellos. Parece que no, por los numerosos votantes de VOX. Son tantos y tan graves, cuya descripción es inabordable en estas líneas. La represión ejercida sobre muchos españoles con muerte y prisión, de la que podemos hacernos una idea aproximada por las Memorias del capuchino Gumersindo de Estella, Fusilados en Zaragoza, 1936-1939. Tres años de asistencia espiritual a los reos, generadas por su asistencia espiritual a numerosos condenados a muerte en la cárcel de Torrero de Zaragoza entre 1937-1942.

Su crueldad era infinita, por lo que no puso reparos cuando los nazis le propusieron despojar de la condición de prisioneros de guerra a los miles de republicanos españoles que se hallaban en su poder, accediendo así a que fueran enviados de los stalags a los campos de concentración. Niños arrancados de sus madres rojas encarceladas, a los que se les cambiaba el nombre para dárselos a familias afectas al régimen. Alguien dijo que la muerte de cualquier hombre disminuye al resto de la humanidad. También existen excepciones.

Es obra del franquismo la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, promulgada tras la caída del frente catalán y con el inminente triunfo definitivo de la guerra. Siguiendo el artículo La legalización del expolio: la represión económica franquista, de Víctor Peñalver Guirao, todas las personas que se mostraron a favor del sistema republicano o habían participado en él, desde 1934 y especialmente durante el gobierno del Frente Popular, o simplemente aquellas que mostraron pasividad ante la irrupción del «Glorioso Alzamiento Nacional», fueron las víctimas de esta ley represora.

La Ley vulnera principios jurídicos básicos. Entre ellos, la retroactividad: una ley promulgada en 1939 condena la actividad política –contraria a los valores de una «nueva España» que aún no existía– desempeñada a partir del 1 de octubre de 1934. La ley consideraba delictivos hechos que en el momento de producirse eran legales, rompiendo el principio de nulle crime nulle poena sine lege.

Además la gran mayoría de los acusados por responsabilidades políticas habían sido condenados ya por la jurisdicción militar por los mismos hechos, vulnerando el principio jurídico non bis in ídem. Por último, a este entramado judicial fraudulento le siguen aspectos tales como la extensión de la responsabilidad penal a personas muertas, a menores de edad, exiliados, ausentes y desaparecidos, o la transmisión «a modo de herencia» de las sanciones económicas a los familiares en el caso de haber fallecido/desaparecido el condenado.

En la página del Rolde de Estudios Aragoneses, que participó en la edición del libro Pagar culpas, podemos consultar el listado por orden alfabético de las 13.422 víctimas de la represión económica en Aragón. Me referiré a algunas:

A Ramón Acín, pintor, escultor y humorista gráfico, cuyo asesinato fue particularmente avieso y cruel, se había ocultado provisionalmente en su propio domicilio, pero un día oyó cómo una patrulla fascista había entrado en el piso y maltrataba a su mujer, Conchita Monrás; Acín salió espontáneamente a defenderla y fue detenido, sacado a empellones de su casa y fusilado al poco en las tapias del cementerio de Huesca. Diecisiete días después le ocurría lo mismo a su mujer, sin otra responsabilidad política que haberlo sido. Ya muerto se le impuso una multa de 20.000 pesetas por sentencia de 20-7-1938.

A Odón de Buen y del Cos, naturalista español que destacó como fundador de la oceanografía española y que marchó al exilio, una multa de 10.000 pesetas.

A Antonio Plano, alcalde socialista de Uncastillo (Zaragoza), torturado brutalmente antes de morir y fusilado el 5 de octubre de 1936, una multa de 25.000 pesetas por sentencia de 28-10-1937, que al no poder ser pagada por su esposa le fueron confiscados su vivienda y todos sus enseres.

A José Ignacio Mantecón nombrado gobernador de Aragón en 1937 por el gobierno de la República, que se exilió a México, una multa de 10 millones de pesetas por sentencia de 26-10-1938.

Termino con Bernardo Aladrén, socialista y ugetista, concejal del Ayuntamiento de Zaragoza durante la II República, que fue asesinado el 9 de agosto de 1936. Incluso muerto, las autoridades franquistas le sometieron a un juicio en 1941, a través del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Zaragoza para averiguar su comportamiento político con el objetivo de arrebatarle si tenía algún patrimonio. Su viuda rozando la miseria y sobreviviendo haciendo faenas por las casas, fue requerida sin contemplaciones varias veces a declarar ante el tribunal. Su expediente fue sobreseído por insolvencia.

Como señaló Xavier Domenech, que también es historiador, en la Comisión Constitucional del Congreso, el Tribunal de Responsabilidades Políticas provocó la mayor transferencia de rentas desde la desamortización de Mendizábal en la historia de España. Y mientras en los partidos políticos —y ahí reside el problema— ha habido varias leyes con las que se les ha restituido el patrimonio o se les ha indemnizado, nunca se ha planteado indemnizar también a las familias expoliadas en este periodo.

Como dice, Antonio Cazorla, catedrático de Historia Contemporánea de Europa en la Universidad de Trent de Canadá, y autor de otro libro Franco, biografía del mito: “Pues ya se sabe que los hombres pasan y las piedras, erigidas con billetes robados, quedan. A lo mejor también, cuando algunos nos dicen que miremos a Paracuellos del Jarama y nos callemos, lo único que buscan es que nuestros ojos no se fijen demasiado en sus rascacielos de la Castellana o en las fincas de caza en Extremadura”.

Y qué decir del daño causado a la cultura, ya que la mejor de ella tuvo que exiliarse a otros países, donde fueron extraordinariamente acogidos, como en México. Por ello el poeta exiliado León Felipe dedicó a su presidente Lázaro Cárdenas su obra Español del éxodo y del llanto, de la que extraigo este poema:

“La España de las harcas no tuvo nunca poetas. De Franco han sido y siguen siendo los arzobispos, pero no los poetas. En este reparto injusto, desigual y forzoso del lado de las harcas cayeron los arzobispos, del lado del éxodo los poetas. Sin el poeta no podrá existir España. Que lo oigan las harcas victoriosas, que lo oiga Franco: Tuya es la hacienda, la casa, el caballo, y la pistola. Mía es la voz antigua de la tierra. Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo…mas yo te dejo mudo… ¡Mudo! ¿Y cómo vas a recoger el trigo y a alimentar el fuego si yo me llevo la canción?”

Si tras conocer todo lo descrito, esos votantes de VOX siguen inquebrantables en sus preferencias electorales hacia una fuerza política, que no solo no condena, sino que enaltece la dictadura franquista, de verdad, todos los que nos sentimos demócratas deberíamos estar profundamente preocupados.

* Cándido Marquesán, Profesor de instituto.
– Ilustración de Acacio Puig

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