A tiro limpio
Por Pepe Gutiérrez-Álvarez. LQSomos.
Una película que destaca entre las diversas evocaciones fílmicas, subterráneas por supuesto, de los “maquis urbanos” bajo el franquismo, es este modesto trabajo de la productora Balcázar, firmada por Francisco Pérez Dolz, reconocido ayudante de dirección de muchos años que, a pesar de su mostrada capacidad, acabó retirándose al cine publicitario e industrial. De hecho, este debut tan prometedor con esta película pasó desapercibido. Nadie podía imaginar entonces que la historia original escrita por el zaragozano José María Ricarte, estaba inspirada en las múltiples actividades “delictivas” de dos de los maquis libertarios más legendarios del antifranquismo: los cenetistas Quico Sabaté y Facerías, que habían sido tachados como “bandoleros” y “terroristas” en los pasquines y eran pasto de revistas “de sucesos” como El Caso.
No obstante, desde una mirada sagaz es posible apreciar cierto idealismo en los atracadores que son unos “resentidos” (sobre todo en el que interpreta José Suárez, el protagonista de Calle Mayor, de Bardem), un odio a los burgueses esquilmadores, referencias vagas al exilio, en concreto a Toulouse, enclave del exilio confederal y a unos ideales derrotados, una descripción neorrealista de los ambientes, los propios de un país deprimido.
A anotar que se habla algo de francés y en catalán, y en este caso, todos los que lo hacen son buena gente, un detalle que el régimen prohibió en más de una ocasión, la más sonada fue con El Judas (1952), de Ignacio F Iquino.
En cuanto a la conexión con el “maquis” en A tiro limpio, fueron precisadas en unas declaraciones, Francisco Pérez-Dolz Riba, donde se refiere al atraco del “mueble”, basado en el perpetrado por el grupo de Facerías el año 51. Pero este no es el único que recrea en la película, este es además el más desfasado cronológicamente. El atraco al garaje, a la Caixa d’ Estalvis, la discusión Facerías-Sabaté (trasunta de la de la desarrollada entre Román y Martín en la ficción) o la muerte de Facerías son acciones correspondientes a la última entrada de Facerías a Barcelona, el año 1957.
En la Filmoteca Nacional de Madrid se conserva el guion del “tratamiento cinematográfico original” del film, con el título más explícito de La senda roja. Datado el 25 de marzo de 1961, se propondrán otros títulos alternativos como Cuando la noche acaba, Los resentidos o Encuentro con la muerte (título durante el rodaje).
El texto del guion explicita la identidad del grupo: “Se trata de la misma banda de terroristas que viene actuando desde hace unos meses. Al parecer han sido adiestrados fuera España y cada vez que cometen una serie de actos de terrorismo se refugian en Francia”. Más adelante el padre de Román declara: “Aunque no lo creas, sigo teniendo mis ideales. La culpa la tuvo esa maldita guerra”, Y cuando Martín le hace ver que el le enseño a matar, el padre contesta: “En aquellos momentos era lo único que se podía enseñar”. Con esta temática de fondo, es lógico que se encontraran con problemas con el guion y que la película fuese -digamos- desenfocada.
Podemos hablar de una película apasionante, sobre todo por lo que esconde.
La “ficha”
A tiro limpio. Año: 1963. País: España
Reparto: José Suárez, Luis Peña, Carlos Otero, Joaquín Navales, Gustavo Re, Carolina Jiménez, María Julia Díaz, Juan Velilla, Pedro Gil, María Francés, Victoriano Fuentes, Rafael Moya, Emilio Sancho, Carlos Ibarzábal, María Asquerino.
Dirección: Francisco Pérez-Dolz. Guion: Miguel Cussó, Francisco Pérez-Dolz, José María Ricarte. Historia: José María Ricarte. Música: Francisco Martínez Tudó. Fotografía: Francisco Marín.
Síguenos en redes sociales… Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Diaspora*: lqsomos@wk3.org Telegram: LoQueSomosWeb Twitter: @LQSomos Facebook: LoQueSomos Instagram: LoQueSomos