A un año de tu siembra, Comandante
Tuve el enorme privilegio de vivir en una década de grandes avances sociales políticos económicos. Una década en que América, a través de muchos de sus gobernantes, comenzó a ponerse de pie después de tanto tiempo de rodillas frente a un imperio vampírico.
Tuve la suerte de vivir en la América en que, desde Venezuela llegaron aires de cambio, con un liderazgo contundente: Hugo Chávez.
Tuve la inesperada devolución de una primavera que nos habían cortado décadas antes.
Mirándolo en perspectiva, y por la vertiginosidad con que se sucedieron tantos hechos, parece lejano y está, sin embargo, tan presente!
Los cambios no son obra de una sola persona, sino de colectivos, pero cuánto valen y pesan las individualidades que deciden cargar sobre sus hombros con la enorme responsabilidad de hacer el camino que muchos van a seguir. Y cuánto vale haber sembrado para que la cosecha continúe…
Personas con la enorme generosidad de dejar sus cuestiones personales para ponerse al frente de cambios profundos, de surcos que, al igual que las figuras de Nasca (Perú) o que las milenarias pirámides, se ven desde el espacio sideral!
Personas que nos pusieron en una senda, abrieron el camino discontinuado por los retrocesos sangrientos de correveidiles del imperio.
Personas enormes, con fuerza y con visión abarcativa, profunda.
A un año de tu siembra, Comandante, soy una privilegiada, he vivido en la América de Hugo Chávez.
* Desde Buenos Aires. Mónica Oporto pertenece a la Asamblea de Redacción de LQSomos.