Abuelas de Plaza de Mayo: encontrarón un nuevo nieto, el 131
Por Agencia Mp3*. LQsomos.
Nació en 1978, lo recuperaron en 2022. El nieto 131 que encontraron las Abuelas es el hijo de Lucía Nadin y Aldo Hugo Quevedo, ambos mendocinos y militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP) con los apodos de “Chiquita” y “Dipy”
Abuelas de Plaza de Mayo anunció este jueves una nueva restitución de identidad de un nieto, el 131. Se trata del hijo de Lucia Nadín y Aldo Hugo Quevedo, nacido en cautiverio y que hoy tiene 44 años.
«Como si el fin de año se hubiera empeñado en cumplir deseos, luego de casi tres años, volvemos a celebrar el hallazgo de un nuevo nieto, el 131. Otra vez confirmamos que los casi 300 hombres y mujeres que viven con su identidad falseada están entre nosotros, y nos volvemos a ilusionar con un 2023 con más restituciones», manifestó la organización de derechos humanos en un primer comunicado
La propia Estela dio detalles de la restitución de identidad del nieto 131 en una conferencia de prensa que ofreció en la Casa por la Identidad en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, ubicado en avenida del Libertador 8151, en el barrio porteño de Núñez.
Así, contó que «Lucía estaba embarazada de dos o tres meses cuando fue secuestrada» y sostuvo que «hay sospechas de que el parto podría haberse producido en la Escuela Mecánica de la Armada de la Esma. La búsqueda la hace la familia, que no sabía que Lucía estaba embarazada», manifestó Carlotto.
A pocas horas de la Navidad renace una vez más el derecho a la Memoria y a la Identidad: Abuelas volvió a encontrar un nuevo nieto, el 131. Enorme alegría y fuerte abrazo a esas mujeres ejemplo de lucha y humanidad.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 22, 2022
En esa línea, contó que «la denuncia formal la realizó el movimiento ecuménico de Mendoza y fue la CONADI a partir del 23 de junio de 2004 que logró confirmar el embarazo de Lucía. En abril de 2019 se presentó la denuncia ante la Justicia. El 14 de septiembre (de este año) la Justicia logró localizarlo y lo invitó a realizarse los estudios genéticos», señaló la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
En ese contexto, manifestó que «ayer (miércoles) el Banco Nacional de Datos Genéticos comunicó que es el hijo de Lucia y Aldo», en alusión al nieto restituido, quien no se encontraba presente en la conferencia de prensa: nació en en 1977 y tiene 44 años.
El hijo de Lucia Nadín y Aldo Hugo Quevedo es el primer nieto que recupera su identidad después de más de 3 años. En junio de 2019, Abuelas anunció la restitución de Javier Matías Darroux Mijalchuk, quien había sido secuestrado junto a su madre en diciembre de 1977, cuando tenía cinco meses. Ese mismo año, fue identificada también Marcela Solsona Síntora, nacida durante el cautiverio de su madre Norma Síntora.
Comunicado de ‘Abuelas Plaza de Mayo’:
Felicidad por el encuentro de un nuevo nieto, hijo de Lucía Nadin y Aldo Quevedo
Con profunda emoción, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciamos la restitución de identidad de un nuevo nieto, hijo de los mendocinos Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo. Así, son 131 los casos resueltos a lo largo de estos 45 años de búsqueda.
La familia
Lucía nació el 13 de diciembre de 1947, en la ciudad de Mendoza. Aldo, el 26 de noviembre de 1941, en la localidad de San Carlos, de la misma provincia. Su familia lo llamaba “Negro” o “Negrito”.
Se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo y a los seis meses se casaron. Lucía era profesora de francés, latín y griego, y trabajaba junto a Aldo en un taller de encuadernación en Mendoza. El matrimonio militaba en el PRT-ERP, donde eran apodados “Chiquita” y “Dipy”.
Luego de la detención de un compañero de trabajo, Nicolás Zárate, en mayo de 1976, Lucía, Aldo y Beatriz Corsino, compañera de Nicolás, se trasladaron a Buenos Aires. Entre septiembre y octubre de 1977, Lucía, embarazada de dos o tres meses, y Aldo fueron secuestrados en la ciudad de Buenos Aires, junto a Beatriz, aparentemente.
La pareja permaneció detenida en el centro clandestino “Club Atlético” y “El Banco”. Por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada desde “El Banco” para dar a luz entre marzo y abril de 1978. Hay sospechas de que el parto podría haberse producido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Desde entonces, no se supo nada más de la pareja ni del bebé.
La búsqueda
La familia no sabía que Lucía estaba embarazada. Con el tiempo pudieron conocer la noticia, por información que les fue llegando, a través de personas que estuvieron con la pareja antes del secuestro. La denuncia formal, la realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza, en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). Y fue la CoNaDI que a partir de una investigación documental que el 23 de junio de 2004 logró confirmar el embarazo de Lucía.
Un año más tarde, la familia Nadin dejó su muestra en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En marzo de 2010, la CoNaDI logró dar con el hermano de Aldo y se sumó su perfil al Banco.
Por otra parte, en 2015, a partir de un trabajo de investigación de Abuelas y la CoNaDI sobre información aportada por la sociedad, se identificó a un hombre que se sospechaba podía ser hijo de personas desaparecidas.
Luego de un análisis documental y el intento infructuoso por contactarlo, en 2019 la CoNaDI derivó la información a la Unidad especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado.
En abril de 2019, la Unidad presentó la denuncia ante la justicia. El Juzgado Federal Número 4, a cargo de Ariel Lijo, logró localizarlo el 14 de septiembre de este año y lo invitó a analizarse. El hombre aceptó realizarse el estudio genético.
Ayer, el BNDG comunicó la feliz noticia: es el hijo de Lucía y Aldo.
Nos volvemos a ilusionar
En estos 45 años de lucha, las Abuelas hemos resuelto 131 casos. En los últimos tiempos, a pesar de la pandemia, seguimos trabajando día a día con esperanza y con la convicción de que vamos a encontrar a nuestros nietos y nietas, que pueden estar en cualquier lugar del mundo.
En estos años difíciles, centenares de hombres y mujeres con dudas sobre su origen se acercaron a nosotras y otros aportaron información sobre posibles hijos o hijas de personas desaparecidas; también elaboramos nuevas campañas y estrategias para mantener viva la búsqueda, que fueron acompañadas por un enorme sector de la sociedad. Solo en los últimos cuatro años, dos de ellos en pandemia, se analizaron más de 2.000 personas con dudas de su identidad, por presentación espontánea, y cerca de 400 a través de la justicia, entre ellos el último nieto encontrado.
Se trata de un trabajo constante, silencioso, paciente y amoroso. Pero todavía falta mucho y el tiempo, lamentablemente, no se detiene. En estos años debimos despedir a queridas compañeras y muchas de ellas no pudieron concretar el merecido abrazo. Nuestros nietos y nietas ya rondan los 45 años y seguramente son hombres y mujeres con una vida construida, con sus trabajos, saberes, amores, preferencias, deseos y familias constituidas. Las Abuelas les decimos que queremos sumar verdad a su historia, que los y las esperamos con amor.
Por eso, apelamos a la sociedad a sumarse: cualquier dato o sospecha es suficiente para acercarse. No se guarden la información. No se queden con la duda. Rompan el silencio. Nuestros nietos y nietas están entre nosotros.
En estos días de alegría y celebración, en los que sentimos la fuerza de lo colectivo y el valor de la perseverancia, terminamos el 2022 con la esperanza renovada. En nuestro brindis, también levantaremos la copa por un año lleno de reencuentros. Porque, sabemos, la única lucha que se pierde es la que se abandona.
22 de diciembre, 2022.
Abuelas Plaza de Mayo
* Con información de Mónica Oporto, Tiempo Argentino y Abuelas Plaza de Mayo.
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