¿Ahora ya no importan las prisiones?

Por Lluís-Ignasi Pastrana Icart*.

Formar parte del “Patronato de Nuestra Señora de la Merced” a mediados de los años 70 del siglo pasado, era la única manera de acercarse al mundo de las prisiones. Si a eso le añadimos las visitas a compañeros objetores de conciencia e insumisos presos; los contactos con familiares y presos comunes a través de Càritas; las colaboraciones con Amnistía Internacional por los presos políticos en el extranjero; la labor con trabajadores sociales, llevando a cabo un estudio de la población reclusa, que acabó con la publicación del libro: “La Presó de Tarragona”; la dirección del Centre de Rehabilitació i Inserció Social (CRIS); la experiencia como Delegat d’Atenció Post-penitenciària en la Presó de Tarragona; y, aún hoy, los contactos con personas que trabajan o han trabajado en las prisiones, todo ello, creo que me permite poder afirmar que tengo un cierto conocimiento de ese mundo y de lo que significa estar encarcelado.

Comienzo con esta introducción, para que nadie, ni ningún Jordi, Carme, Dolors, Joaquim, Josep, Oriol o Raül, se atrevan a decirme que no tengo ni idea de lo que hablo. He estado detenido muchas veces, aunque nunca me han encarcelado, es cierto, por tanto no puedo saber lo que significa, pero, como he expuesto, sí puedo tener una idea muy aproximada.

No sois mártires, ni os canonizarán, ni os harán santos, ni os pondrán en los altares mayores de las iglesias de vuestros pueblos o ciudades. En la prisión habéis sufrido, sobre todo el alejamiento de vuestras familias y amigos, y quizá no pudisteis estar presentes en el nacimiento o la muerte de alguno de ellos, pero también hay otras penalidades que habéis podido evitar. Cuántos presos y presas, por poner solo un sencillo ejemplo, querrían tener el régimen de visitas del que disfrutasteis en las cárceles catalanas y de lo cual, sin duda, me alegro. Hoy, sin embargo, ya nadie habla, nadie recuerda, y a nadie parece que le importen en absoluto las condiciones en las que tienen que vivir los reclusos en las prisiones catalanas. Los centros penitenciarios son competencia de la Generalitat de Catalunya, del President del Govern, de la Consellera de Justícia, del Director d’Afers Penitenciaris y creo que, después de lo que habéis vivido, también vuestra, sobre todo si continuáis militando o estáis vinculados a vuestros respectivos partidos y, aún más si seguís teniendo responsabilidades políticas.

Y os pregunto: ¿dónde está vuestra responsabilidad, solidaridad y dignidad como personas y vuestro deber como políticos hacia los presos que dejasteis en los centros penitenciarios? Después de lo que habéis vivido en prisión durante estos años, ¿habéis promovido algún cambio legislativo para mejorar las condiciones de la población reclusa? ¿O para evitar las humillaciones a las que son sometidos con frecuencia? ¿O la dureza de los traslados? ¿Habéis promovido alguna medida para erradicar definitivamente maltratos que, por suerte, vosotros no sufristeis? Pues, que yo sepa, no, ni una sola.

Si, después de los años que habéis estado encarcelados, aún necesitáis más información, para tener un conocimiento más preciso de la realidad de las prisiones en Catalunya y de la gravedad de la política penitenciaria actual, permitidme sugeriros que os dirijáis al Observatori del Sistema Penal i els Drets Humans (OSPDH), centro de investigación universitaria reconocido como consolidado por parte del Govern de la Generalitat de Catalunya, o a IRIDIA, Centre per la Defensa dels Drets Humans que, con fecha 20/9/2023, nos hace llegar un tweet de la Organización Mundial contra la Tortura en Ginebra, en el que muestra una grave preocupación por el retroceso de la política penitenciaria en Catalunya.

* Doctor en Derecho Penal y activista social. “Silenci… rebel·leu-vos”.
Otras notas del autor
– Nota original: Ja no importen les presons?
– Traducido para LoQueSomos por Leticia Palacios