Bangladesh: la mundialización va pareja con la miseria de las trabajadoras
Por Maxime Perriot y Monower Mostafa*
Durante la reunión anual del CADTM Asia del Sur en Katmandú (Nepal), los días 13 y 14 de febrero de 2014, Monower Mostafá habló sobre la situación política, social y económica en Bangladesh
Una inserción en la mundialización con consecuencias terribles para los trabajadores y las trabajadoras
Bangladesh se convirtió a la ideología neoliberal en los años 1990, especializando su economía, progresivamente, en la exportación textil y reduciendo cada vez más los precios y los salarios de las trabajadoras (que son mayoritarias en el sector) para resistir a la competencia mundial. Poco a poco, el país fue privatizado y desregularizado, siempre en la búsqueda de la competitividad. Una desregulación que fue pareja a la destrucción de derechos de los trabajadores y las trabajadoras, incrementándose su número en el llamado trabajo informal (es decir, sin derechos).
La situación se degradó, especialmente, para agricultores y agricultoras, quienes, en gran parte debido a esa degradación, se acercaron a las ciudades. Allí se unieron a las personas trabajadoras del textil, cada vez más numerosas a entrar en la competitividad.
Frente a esa situación —y con un nivel de inflación que asciende al 20 % en la alimentación— y con una izquierda prácticamente inexistente, es difícil imaginar la construcción de un movimiento social potente. En el poder desde hace 15 años y reelegida a comienzos de 2024, sin una oposición que boicoteó las elecciones, Sheikh Hasina [Jequesa Hasina Wajed primera ministra] concentra todos los poderes y su partido casi todos los escaños del Parlamento. Esta mujer lleva a cabo una política muy dura contra las personas que hacen venta en la calle y que reparten.
Dependencia del exterior
Bangladesh es un país endeudado. Su deuda externa asciende a 100.000 millones de dólares, de los que el 70% son adeudados a acreedores públicos. Todos los años, el gobierno paga entre 2.000 y 3.000 millones de dólares para reembolsar la deuda externa. Es mucho, tanto más que esa deuda está principalmente contraída para financiar megaproyectos que no tienen ningún provecho para la población.
También hay que señalar que los principales acreedores bilaterales de la deuda pública exterior de Bangladesh son Rusia, la India y China, que se disputan las inversiones que les otorgan influencias en el país.
Como el país está considerablemente endeudado con acreedores externos, debe procurarse divisas extranjeras para poder pagar. Esas divisas provienen principalmente de los envíos de la diáspora bangladesí y de las exportaciones del sector textil, que representa el 80% de las exportaciones del país.
En resumen, para reembolsar la deuda e importar, Bangladesh cuenta sobre un sector en el que su lugar depende de los salarios de miseria de la población, y particularmente de las trabajadoras. Así es el funcionamiento del capitalismo neoliberal.
Para Monower Mostafá, la situación es crítica y, ahora, el trabajo consiste en [organizar] la movilización sobre la cuestión de la deuda, que todavía no surgió como discurso político en Bangladesh. La cuestión de la fuga de capitales y de la evasión fiscal son también problemas políticos de primer orden en el país.
* Comité para la abolición de las deudas ilegítimas
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