Bannon “el Rasputín” de Trump
Acacio Puig. LQS. Agosto 2020
Steve Bannon es un espécimen que encarna ideológicamente el fascismo de nuevo tipo y la vocación ladrona tan propia de los nuevos tiempos como de los que acompañaron el ascenso y consolidación del fascismo histórico
Detenido por estafa en Nueva York…
Aunque ya en libertad condicional tras depositar una multimillonaria fianza, Steve Bannon el asesor de la campaña que llevó a la presidencia USA a Trump, está acusado de desviar en su beneficio más de un millón de dólares del estrafalario “domund” con el que recopiló más de 25 millones para construir el muro gringo en la frontera con México al servicio de la política xenófoba del presidente, el peligroso bocazas instalado en la Casa Blanca.
El desvío de dineros lo colocó Mr. Bannon en fruslerías diversas como la compra de coches de lujo, operaciones de cirugía estética, y especulaciones opacas como corresponde a este modelo de personalidades emprendedoras que se jactan de sus capacidades de hacerse a sí mismos.
Pero más allá de esta faceta de ladrón y recaudador de fondos con ánimo de lucro que ha sido desvelada estos días, supimos de las tareas políticas de Bannon hace al menos tres años, cuando se desplazó a Europa en vísperas de las elecciones al parlamento europeo, como factótum de la red llamada The Movement.
The Movement es una alianza de ultraderecha de contenido xenófobo y racista que propició en Europa el agrupamiento de grupos gubernamentales como el polaco, el austríaco y el húngaro junto a otros aspirantes a éxitos electorales y sus bases correspondientes. También, Salvini, el siniestro miembro de la Liga del Norte, expresó su entusiasmo ante esa alianza propuesta por el nuevo amiguete americano y se prodigó entonces en fotografías junto a Steve Bannon. Pregunta ¿qué conexiones hubo con la ultraderecha hispana?
El cemento cohesionador de The Movement lo constituyen la regresión autoritaria (la defensa de la libertad de masacrar derechos sociales en pro de la expansión sin trabas del libre mercado), el negacionismo ante la catástrofe climática y por extensión frente a la investigación científica -exceptuando, claro está, la propia del complejo militar industrial- la defensa cerrada del conservadurismo en la vida personal y el modelo de familia patriarcal y evidentemente, la idolatría del capitalismo globalizado y neoliberal (destrucción de lo público, financiarización, precarización del trabajo, militarización y defensas del liderazgo despótico de los gestores de economía y política… ). Aunque todo ello, bien condimentado con utilitarios lamentos sobre la condición obrera que usan a fondo como anzuelo para morder en la base electoral-social que constituyen las clases trabajadoras.
En definitiva, Steve Bannon es un espécimen que encarna ideológicamente el fascismo de nuevo tipo y la vocación ladrona tan propia de los nuevos tiempos como de los que acompañaron el ascenso y consolidación del fascismo histórico.
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