“Bob Marley One Love” ¿Intento fallido?

“Bob Marley One Love” ¿Intento fallido?

Por Mariano Muniesa

Si Ray Charles, Elvis Presley, Freddy Mercury o Elton John fueron objeto recientemente de películas estrenadas en la gran pantalla, todas ellas haciendo una aproximación objetiva, original –sobre todo en el caso de Elton John- y válida tanto en lo formal como en lo estético y en su rigor histórico aún con sus inevitables licencias narrativas a la historia de estos personajes, Bob Marley era otra de las grandes figuras de la historia de la música popular contemporánea que merecía, al igual que entiendo que lo merecen Lou Reed o Patti Smith entre otros, tener su vida plasmada en un largometraje.

La película basada en la vida de Bob Marley, ‘One Love’, se ha estrenado en las principales capitales españolas en los últimos días.

‘One Love’ es una producción obra de su viuda Rita Marley y de sus hijos Ziggy y Cedella, en la que han participado en su producción entre otros Brad Pitt, con guion de Terence Winter, ganador de un premio Emmy y conocido fundamentalmente como escritor y productor ejecutivo de la serie de HBO, ‘Boardwalk Empire’ (2009-2014) y de ‘Los Soprano’, para la cual comenzó a escribir durante la segunda temporada. Asimismo, es poseedor de una nominación al Oscar por el guion de ‘El lobo de Wall Street’ (2013) de Martin Scorsese. La dirección de la cinta ha corrido a cargo de Reinaldo Marcus Green, cineasta neoyorquino con poca experiencia en el largo y que proviene básicamente del mundo Netflix y de los cortometrajes, mientras que el papel de Bob Marley ha sido encarnado por Kingsley Ben Adir, actor británico que como en el caso anterior, aunque su carrera sí ha tenido más desarrollo en el cine – interpretó a Malcolm X en ‘One Night In Miami’- y en el teatro, su trayectoria ha tenido como campo fundamental la televisión, siendo actor de reparto en conocidas series como ‘Vera’ o ‘Peaky Blinders’.

Entrando a analizar con un mínimo de profundidad ‘One Love’, lo primero que me parece pertinente señalar es que si queremos hablar de esta película con un mínimo de propiedad, no es realmente un biopic como se había anunciado, por lo menos en el sentido convencional que tal término ha adquirido. ‘One Love’ es en esencia un capítulo muy concreto y determinado de la vida de Bob Marley, más concretamente el tiempo que va entre 1976 y 1978, aunque sirviéndose de las elipsis temporales y de un uso frecuente del flashback para narrar momentos de la infancia, adolescencia y comienzos en la música del protagonista, aunque con la excepción del maravilloso episodio de la primera audición de The Wailers para el director de un sello discográfico jamaicano de modales mafiosos que no creía en ellos – en mi opinión, la mejor secuencia de la película- recorriendo esos episodios de manera muy superficial, aunque ambientados y presentados con un trabajo de iluminación y dirección de fotografía magistrales, todo hay que decirlo.

La historia comienza con el tristemente célebre y violento episodio del pretendido concierto por la paz en Jamaica de 1976, por el que Marley sufrió un intento de asesinato en su propia casa, en el que tanto él como su mujer Rita, su manager y varios miembros de su banda resultaron heridos. Continúa narrando la marcha de Marley a Londres a comienzos de 1977 para tratar de aislarse de la tensión y la violencia existente en Jamaica y allí, con la ayuda y la complicidad de Chris Blackwell, el legendario ejecutivo promotor de Island Records, componer y grabar el mítico ‘Exodus’, el álbum más vendido de toda su carrera y que significó el trampolín de su éxito a nivel mundial. Los pormenores de la elaboración y grabación de este disco ocupan una parte importante del metraje de la película, al igual que las giras por Europa y Estados Unidos, el enfrentamiento con su manager Don Taylor, el diagnóstico de su cáncer y su regreso a Jamaica en 1978, para el ‘One Love Peace Concert’, en el que consiguió que el primer ministro Michael Manley y el líder de la oposición Edward Seaga se diesen la mano en el escenario, en un esfuerzo para rebajar y atemperar el clima de violencia política e intentar una suerte de proceso de reconciliación nacional.

Si lo que se pretendía en esta película era estructurar un relato centrado en este crucial periodo de la vida de Bob Marley, pocas objeciones se pueden poner a la cinta: el relato está bien documentado, la banda sonora es espectacular y el desarrollo de la trama es verosímil. De hecho, no falta en ningún momento y este es un elemento que proporciona credibilidad a la historia la idea, la esencia, el concepto de Jah, la deidad del Rastafarianismo que está presente en toda la película, como lo estaba en la vida del propio Marley. Ahora bien, incluso en ese caso el guion, quizá por la intervención de la propia Rita Marley como productora, tiende a darle un protagonismo y a impregnar su personaje de una capacidad de liderazgo e incluso de dominio sobre el propio Bob Marley que tengo mis dudas de que se correspondiera con la realidad. Por momentos, la protagonista de la película parece más Rita que Bob Marley y ello resta credibilidad a la historia.

Por otro lado, y aun entendiendo lo sumamente difícil que resulta proporcionar credibilidad en una película a un personaje tan icónico como Bob Marley, de cuya imagen tenemos en el inconsciente colectivo una foto tan precisa, Kingsley Ben Adir en su interpretación no diré que no logre convertirse en un sosías del propio Marley, pero es que ni siquiera se acerca. A medida que iba viendo las escenas de los primeros 45 minutos de película, pensaba: Este chico estaría genial interpretando a Lenny Kravitz, pero no consigue que me crea que es Bob Marley.

Por otra parte, la cinta no se sale en ningún momento de ese arquetipo blindado, convencional y que pareciera se ha convertido en la ley de hierro de los guiones de cine, que tan sospechosa y desagradablemente deviene de los actuales documentales de fotograma por décima de segundo, mezcla de voces y velocidad de vértigo que banaliza y desvalora todo el contenido. Se regala y se gusta en escenas que de largas se hacen aburridas y por tanto, despojadas de la inicial intención dramática y conmovedora con la que fueron concebidas. La excesivamente larga y sobre interpretada escena de la charla de Bob con Rita cuando aquel le confirma que padece cáncer es a mi juicio el mejor ejemplo. Exactamente igual que la escena de la discusión en París entre la pareja: real, pero sobreactuada.

Y como expuse al comienzo, creo que con un mínimo esfuerzo por parte del equipo guionista, otra sensibilidad podría haber dado al relato la consistencia que por desgracia no tiene.

La historia y circunstancia vital de un personaje de un impacto tan decisivo en la cultura actual, pienso que hubiera merecido un esfuerzo más ambicioso y elaborado. ‘One Love’ podría haber sido un muy buen capítulo de una serie de TV, pero se queda muy corta como pretendida biografía oficial de Marley para que quede como su legado oficial en el cine.

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