Brujas y cesantes en el medioevo español del siglo XXI

Brujas y cesantes en el medioevo español del siglo XXI

Por Nònimo Lustre.

“Las acusadas, si pueden, prevén la tortura y se matan. Rémy, el excelente juez de Lorena que quemó ochocientas, triunfa en medio de este terror. “Mi justicia es tan buena, que dieciséis brujas arrestadas el otro día no pudieron esperar y se estrangularon” (Jules Michelet, La bruja, 1862)

Por qué no me colocan?, ¿por qué me abandonan hasta los amigos en quienes más confiaba? Tan pronto se abatía el ánimo del cesante sin ventura como se inflamaba, suponiéndose perseguido por ocultos enemigos que le habían jurado rencor eterno. “Quién será pero quién será el danzante que me hace la guerra? Algún ingrato quizá que me debe su carrera”. Para mayor desconsuelo, se le representaba entonces toda su vida administrativa, carrera lenta y honrosa… desde que entró a servir allá por el año 41 y cuando tenía 24 años de edad… Poco tiempo había estado cesante antes de la terrible crujía en que le encontramos… había cumplido 60 años y los del servicio, bien sumados, eran 34 y 10 meses. Le faltaban dos para jubilarse con los cuatro quintos del sueldo regulador… “¡Cuánta injusticia! ¡Y luego no quieren que haya revoluciones”No pido más que los dos meses para jubilarme con los cuatro quintos” (Pérez Galdós, Miau, 1888)

Bruja de aquelarre o aficionada, la mujer con escoba es satánica –y feminista que, para muchos, es lo mismo

Si sólo nos guiamos por la primera lectura, este párrafo galdosiano nos resultará mohosamente decimonónico. Craso error: es de ‘rabiosa’ actualidad, vanguardista incluso puesto que refleja con todo detalle la evolución de las instituciones mundiales. De hecho, décadas después de Galdós, lo reencontramos en Bella del Señor (Albert Cohen, Belle du Seigneur, 1968), gran novela donde se describe mordazmente el funcionamiento de la Sociedad de Naciones (antecesora de la ONU) y, de paso, se mofa del suicida conformismo de la burguesía occidental. Es más, poco después de Cohen, trabajamos en Ginebra en una agencia de la ONU y pudimos comprobar que la vida de los funcionarios internacionales giraba obsesivamente en torno a unos cálculos cabalísticos similares a los del cesante de Miau -4/5 partes, jubilación, etc. Hoy, nuestros últimos informantes ginebrinos nos aseguran que todo sigue igual que en el siglo XIX de las Cesantías españolas, que en la proto-ONU y que en la rutina de los años 1970-1980’s. Dicho en plata, los gusarapos han sobrevivido a la Era Atómica, seguramente gracias a las instituciones internacionales.

Pero la prueba definitiva de que Michelet, Galdós y Cohen son absolutamente reales y existentes radica en que -salvo que la ciudadanía se oponga-, las elecciones del domingo 23J-2023 instaurarán una Contrarrevolución (llamada Restauración Borbónica en los larguísimos siglos XIX-XX-XXI), de cuyos enjuagues previos hay muchas señales que iremos desgranando en los siguientes párrafos.

Comenzaremos por la Historia del siglo XIX: la enésima Restauración monárquica (1874-1923) en la que Galdós ubica la tragedia de los Cesantes -palabra que ya está de moda porque el neofranquismo es sádico y vengativo por naturaleza-, concluyó con la dictadura del general Primo de Rivera -no demos más ideas. A los ‘progresistas’ les repugna la idea, pero fue una época parecida a la actual puesto que estableció una “monarquía constitucional” -es un decir. Y, especialmente, porque era bipartidista pues dominaban el Partido Conservador (de Cánovas del Castillo, Silvela y Antonio Maura), y el Partido Liberal (de Sagasta, Montero y Segismundo Moret) Ambas fuerzas políticas hegemónicas se asentaban en el caciquismo -léase, en la Madre de la Corrupción. Hoy, se fantasea con el fin del Bipartidismo cuando, a nuestro juicio, sólo se han añadido unos retoques -nacionalistas en su mayoría- que prosperan malamente acosados por una Policía voxiana y una Judicatura neofranquista junto con otros ornamentos minoritarios que no inquietan a los Dos Amos. Los Dos Amos, lo saben: España es un Estado fallido (rogue, canalla en gringo) porque es un seudo-Estado policíaco. Lo demuestra cumplidamente que un comisario de quinta categoría como Villarejo haya dirigido durante décadas a las más altas esferas del Poder.

La Bruja

No es casual que la primera cita de estas notas mencione una obra de Michelet sobre las brujas medievales –La Sorcière, subtitulada Un estudio de las supersticiones en la Edad Media. Este autor, nada revolucionario, creía que, en pleno siglo XVIII, todas aquellas mujeres que fueron torturadas, vejadas, denigradas, humilladas y, en miles de casos asesinadas, no importaban a nadie. ¿Alguien se atrevería a creer que hoy no vivimos en el Medioevo? Por razones epifenoménicas de cansancio icónico, las piras han pasado de moda pero se siguen abrasando vivas a las rebeldes. Un ejemplo entre millones: en Texas se obliga a las madres a parir bebés inviables -sin cerebro o sin otras vísceras primordiales. Y, remember, Texas no es musulmana sino ultra cristiana.

Pero donde la vigencia política de La Bruja es evidente y aplastante es en la Restauración/Contrarrevolución que hoy nos ocupa: ¿dónde situaremos el origen de esta miserable, mezquina y suicida conspiración en las Tinieblas? Cada maestrillo tiene su librillo. El nuestro nos aconseja que todo comenzó con la ministra de Igualdad Irene Montero (IM) y la ley del “sólo sí es sí”. Y nos parece bien que así lo encabece porque una jugarreta alentada desde el Poder que tanta suciedad e irresponsabilidad ha esparcido en el muladar patrio, necesariamente tiene que ser arbitraria y atolondrada -el Poder es ansí.

Observémosla en detalle: una ley nacida de un supuesto Gobierno de Coalición (Gocoa) es promulgada para, a renglón seguido y a tambor batiente, ser descalificada ¡por el mismo Gocoa! -tengo un amigo en Beluchistán que lleva meses sin entenderlo. Evidentemente, a IM, sus ¿amigas? gobierneras le pusieron una piel de plátano, la pisó y se estrelló. Pero ahí no terminó el odio, léase del Capitán Araña-Sánchez, de C. Calvo y de M. Robles (por cierto, la némesis contra el juez Garzón teledirigida por J. A. Belloch, el insólito ministro de Interior y de Justicia -¿seguridad marinando garantías?: imposible casorio burocrático.

Aquí comienza el meollo: si no era un cargo realmente importante, ¿por qué eligieron a IM? Pues precisamente por ello, porque, salvo para las mujeres, no era sustancial. Dicho de otro modo: misoginia en grado sumo y machismo apenitas edulcorado. Y lo peor ni siquiera ha comenzado: muchos sospechamos que, si triunfa el neofranquismo, IM será aporreada como una Bruja peor que Yoko Ono (“la culpa de todo la tiene…, etc) Ahora bien, una Contrarrevolución pactada necesita una chiva expiatoria pero de mayor entidad -a la medida del santo son las peanas. Sin embargo, el Gobierno ha actuado con saña contra esta regla básica del equilibrio. Observémoslo según lo que tanto les gusta a los tecnócratas: el análisis de inputs y de outputs. ¿Merecía la pena jugarse a la ruleta rusa cuatro años de dizque ‘progreso’ solamente para decapitar a una ministra? Muchos inputs para parir un output facha y resabiao. Llegados a este punto del parto de los Montes, sólo pensamos en el capricho nacido de la misoginia.

Tomas y dacas

Es simplemente miserable que se juegue con los votos mercantilizándolos sin conocimiento de los votantes propios. Peor aún: dejando aparte a los EEUU y UE, ¿era necesario el exterminio no-demasiado-light de Podemos? Pues parece que sí, seguramente para que Sánchez durmiera tranquilo en Moncloa. Como ciudadano virtuoso, prefiero que mis mandamases duerman lo mejor posible pero, teniendo en cuenta que la factura del colchón la pagamos los probos, nos preguntamos: ¿a qué precio? El que corresponda en justicia… menos regresar a la quema de Brujas. España ha regresado al Medioevo pero esta vez no por las Brujas (que también) sino por el importantísimo ramalazo nigromántico que están maquinando unas élites incondicionales de la Inteligencia Artificial que ni siquiera sabrían definir qué carajo es la superstición.

Antes dijimos que iríamos desgranando algunos detalles del diabólico Pacto al que acabarán llamando de la Gran Coalición -no a la española sino a la alemana. ¿Por qué insinuamos que la Contrarrevolución está pactada?: porque lo comprobamos cuando el famoso debate Sánchez-Feiyú/Feijóo escogió a dos moderadores que eran militante y ostentosamente enemigos de Sánchez. Nigromancia buscada por la legendaria flor en el culo presidencial -pero la flor resultó ser un crisantemo, flor característica de los cementerios narcos.

En este tenebroso cambalache, hay tomas y dacas que nunca conoceremos pero que sufriremos desde el primer minuto. Las hay perogrullescas -repetimos, Irene Montero y su equipo serán machacadas como chivas expiatorias-, mientras que serán elevadas a los altares la inagotable purrela de bomberas pirómanas como la enchufadísima plumilla que lleva los cafés al palco de Florentino Pérez. Pero el chisme más difundido es que Pedro Sánchez obtendrá el apoyo de PP-Vox para aspirar al cargo de Secretario General de la OTAN, siguiendo en ello los pasos de su coleguita Javier Solana, @ Carnicerito de Belgrado -“Mi reino por un Leopard”. No nos extrañaría que lo lograra. Le avalan su lambeculismo a los gringos, eternamente redemostrado hace pocos meses a través de su hoja de servicios en el Sáhara: Traición Destilada en Letras Gordas que jamás le perdonaremos.

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