Se marchó la pasada semana y una vez más, era de justicia dedicarle este espacio. Un gigante del rock americano que formó parte de los más importante grupos que cambiaron la historia y que nos dejó canciones maravillosas. He querido aproximarme a la noticia de su muerte de un modo diferente, espero que os guste…
El eterno deja vú de David Crosby
David fue protagonista en 1967 en Monterey, en 1969 volvió a serlo en el otro gran suceso de la época, Woodstock…
El 11 de agosto de 1964 se estrenó en Estados Unidos, precedida de un gran aparato publicitario y promocional “A Hard Day’s Night”, la afamada comedia musical protagonizada los Beatles, que como es sabido además de ser un impactante éxito de taquilla, dejó una huella muy profunda en aquella generación, en especial en aquellos que querían dedicarse a la música. Tres de ellos destacaron especialmente en Estados Unidos: Roger McGuinn, Gene Clark y David Crosby. Emulando a sus ídolos, formaron The Byrds, siendo precisamente David Crosby quien dio a este grupo, igual que haría en futuras formaciones, una de sus características más brillantes musicalmente hablando: la armonización de sus voces.
En The Byrds había mucho de los Beatles, por supuesto, pero no dejaba de ser significativamente importante otra influencia fundamental: Bob Dylan. En una suerte de primigenia amalgama entre el pop-rock y el folk, The Byrds editaron en 1965 uno de los álbumes más revolucionarios de la historia del rock, en especial porque fue de los pocos, por no decir escasísimos caso en los que un grupo que mostraba en ese disco de manera esas evidentes y marcadas influencias de Bob Dylan y los Beatles, en especial en el caso de estos últimos, tomaron para su bagaje musical mucho de lo que The Byrds plasmaron en ese álbum, que ha pasado a la historia con el nombre de “Mr. Tambourine Man”, por la versión de Bob Dylan de esta misma canción que grabaron y que fue el single principal de este lanzamiento.
Resulta significativo comprobar que a excepción de pocos nombres muy determinados y concretos (Beatles, Stones, Who, Kinks) la mayor parte de los grupos de rock más importantes de los años 60 no tuvieron una larga vida. The Byrds no fue una excepción, y de hecho la marcha de David Crosby marcó el inicio de la cuenta atrás de la ruptura definitiva de The Byrds. Su marcada personalidad y su independencia de criterio le llevó durante la actuación de The Byrds en el Monterey Festival de 1967 a hacer una alocución al público en la que hizo un crudo alegato pacifista contra la guerra de Vietnam y abogó por la necesidad de que todos los políticos americanos tomasen LSD. Tocar en el mismo festival con Buffalo Springfield sustituyendo a Neil Young y pretender llevar a su terreno la dirección musical de The Byrds provocó que fuera expulsado del grupo en 1968.
David formó entonces con Graham Nash, Stephen Stills y posteriormente Neil Young C,S,N&Y, otro nombre que ya inmersos en los 70, es imprescindible a la hora de reconstruir la historia del rock norteamericano. Y si David fue protagonista en 1967 en Monterey, en 1969 volvió a serlo en el otro gran suceso de la época, Woodstock… y también en el más trágico: Altamont, 6 de diciembre de 1969. Con independencia de que la vida de este trío/cuarteto tampoco fue excesivamente prolongada.
No obstante, fue otro suceso de proporciones fabulosas. Sus armonías vocales, una vez más trabajo de David, pusieron la piel de gallina a todos. Esto nunca se había escuchado antes, ni siquiera con The Byrds. Se percibía la magia.
Y la magia llegó no solo con aquellas maravillosas canciones de “Crosby, Stills & Nash” de su álbum debut de 1969, sino hasta con la historia de su portada: Cuando ya había terminado la sesión fotográfica que se hizo en el porsche de una casa abandonada que está a punto de ser demolida, el fotógrafo Henry Diltz vio que estaban mal colocados. Graham Nash, a la izquierda, debería haber estado sentado a la derecha y David Crosby, a la derecha, debería haber estado sentado a la izquierda. Ello habría sido lo lógico, porque el ojo se mueve de izquierda a derecha. Ahora ves a Nash, Stills & Crosby. De manera que decidieron regresar al día siguiente para repetir la sesión en el orden correcto. Pero la excavadora ya había hecho su trabajo y por tanto, decidieron dejar la foto como estaba porque la imagen en sí era simplemente hermosa. Como sus voces. Una magia de lo irrepetible, de la captura de un escenario que nunca se podría volver a recrear. Como David Crosby en esencia.
En 1971, David lanzó su primer álbum en solitario, “If I Could Only Remember My Name”, con colaboraciones de Graham Nash, Neil Young, Joni Mitchell y miembros de Jefferson Airplane, Grateful Dead y Santana. A lo largo de los 70 y 80 habría retornos más o menos esporádicos con C,S&N, pero su carrera musical seguiría caminos marcados en mayor medida por su propia personalidad y la permanente búsqueda de un estilo propio dentro de su peculiar concepción del folk rock. Después de haber colaborado con músicos como Roger Waters y haber sacado diversos álbumes en solitario, protagonizó el documental “David Crosby: Remember My Name”, que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance de 2019, dirigido y guionizado por el director de “Casi Famosos” y rockero de vocación Cameron Crowe. Aprovechando el feedback que la película generó, Crosby realizó una gira como David Crosby & Friends de mayo a septiembre de 2019.
En julio de 2021, Crosby editó el que quizá nunca imaginó que sería una suerte de testamento sonoro en forma de álbum de estudio llamado “For Free”, al que seguiría muy poco tiempo después el relanzamiento de la versión ampliada de su legendario “If I Could Only Remember My Name”, lo cual posibilitó que en algunas entrevistas de promoción de este disco, comentase que estaba trabajando en un segundo álbum con Michael League, Becca Stevens y Michelle Willis, con quienes había grabado ‘Here You Listen’, su álbum en solitario de 2018 y con los que tenía intención de salir de gira. El resultado final fue la edición del álbum en directo grabado durante la gira de la banda, “Live At The Capitol Theatre”, lanzado el 4 de octubre de 2022, hace escasamente tres meses.
Hace unos pocos días, David Crosby mientras dejaba jugar en su memoria las notas de “Mr.Tambourine Man”, “Turn, Turn, Turn” y “Carry On”, se asomó a la inmensidad de la soleada California, cuyo cielo azul siempre me ha asemejado al de Canarias y decidió salir a dar un paseo. Tomó la carretera y recorrió imágenes, recuerdos, canciones, las flores de Monterey, los hippies de Woodstock, los estudiantes antibelicistas en Berkeley y Kent, los Beatles en blanco y negro en la pantalla de cine, Bob Dylan en Newport, los Stones en Europa en 1970 y muchas cosas más. Y allí sigue, en esa ruta sin vuelta atrás que nos deja en la memoria música, magia y la mirada a un viaje infinito. Un viaje cuya última estación todos conocemos y compartimos.
Nos obligan a molestarte con las "galletitas informáticas". Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información
Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.