Canción de cuna
La Iglesia Católica tiene siglos convirtiendo el gozo de la sexualidad en una indecente perversión que ni el fuego eterno purifica, pero si algún pecado existe en relación a la sexualidad ese debe ser, en todo caso, abstenerse en este valle de lágrimas, que diría la Iglesia, de uno de los disfrutes más humanos. Y bien lo sabe el Vaticano que, contraviniendo la voluntad de Dios de crecer y multiplicarse, dice hacer virtud de la infame castidad mientras puebla el calendario de cumpleaños sin padre.
Si la juventud tuviera acceso a la educación sexual que la Iglesia le niega en las escuelas y dispusiera de los métodos anticonceptivos que la Iglesia le prohíbe, el número de abortos se reduciría considerablemente.
Sea porque tengo dos hijas que no quisiera nunca sean protagonistas de esta canción de cuna, o porque me indigna la hipocresía y la intolerancia de quienes se arrogan el derecho de decidir por los demás, es que les propongo esta tierna nana a la que ustedes deberán agregar las campanillas:
Canción de Cuna
Mi mamá me mima, mi papá me ama y el niño Jesús me espera en la cama.
Din don din don din don din don din…Din don.
Que me hablen del sexo el cura no deja, en casa mis padres, tampoco en la escuela.
Din don din don din don din don din…Din don.
Condones, pastillas, no quiere la Iglesia, y el niño Jesús en la cama espera.
Din don din don din don din don din…Din don.
Mi mamá me mima, mi papá me ama, jugando jugando, hoy estoy preñada.
Din don din don din don din don din…Din don.
Mi mamá me grita, mi papá me pega, me echaron de casa y he acabado presa.
Din don din don din don din don din… Din don.