Casa común
Como es lógico, y si puede evitarlo, nadie en su sano juicio quiere habitar una casa en ruinas, donde ratas, buitres y vampiros, secularmente consentidos, trafican día y noche con los escombros morales y físicos.
Como es lógico, y si puede evitarlo, nadie en su sano juicio quiere habitar una casa en ruinas, donde ratas, buitres y vampiros, secularmente consentidos, trafican día y noche con los escombros morales y físicos.
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