CIES: centro de internamiento o cárceles
Reportaje especial sobre los Centros de Internamiento de Extranjeros en España (CIES), lugares infrahumanos.
La existencia de los CIES muchas veces pasa casi inadvertida. A casi nadie parece interesarle la suerte que corren las personas detenidas en su interior. Todo ello a pesar de las reiteradas y continuas denuncias de vulneración flagrante de derechos humanos por parte de organizaciones sociales y distintas ONG’s. Su existencia plantea, de facto, la creación de recintos carcelarios encubiertos, en los que las funciones de control son las únicas que parecen interesar a la Administración. Hablar y debatir sobre los CIES puede ser el inicio de un proceso de toma de conciencia, proceso éste que se vuelve urgente.
Los CIES llevan funcionando desde 1985. No obstante, existió un grave vacío legal en cuanto a su regulación hasta febrero de 1999 y, posteriormente, en la Ley y el Reglamento de Extranjería.
Las prisiones, a pesar de sus condiciones tan duras de vida y la indefensión y vulneración de los derechos humanos que existe en su interior, al menos cuentan con un ordenamiento compacto con Ley y Reglamento. En cambio, los CIES no cuentan con esta regulación exhaustiva tanto de sanciones como del mismo procedimiento sancionador.
Esta situación de indefensión de los extranjeros en los CIES ha sido denunciada por la Fiscalía de Barcelona en 1996, ya que estos márgenes existentes son utilizados para la práctica vulneración de los derechos humanos y la dignidad de las personas detenidas. El control interno en los centros es competencia del Ministerio del Interior, es decir, de la propia policía.
Problemas internos
Enorme secretismo y falta de transparencia de lo que sucede en el interior de los CIES. Tan solo se tienen conocimiento de lo que sucede por testimonios de extranjeros que son puestos en libertad al no poder ser expulsados.
Malas condiciones de ventilación, luz, en algunos casos sin patio interior.
Hacinamiento (en algunos casos entre 3 y 4 personas en celdas de 3×2 metros)
Malas condiciones de salubridad (lavabos insuficientes en un local habilitado para tener cabida muchas menos personas)
Los hijos del extranjero son separados de sus padres y llevados a centros de acogida de menores.
Las visitas están sometidas siempre a vigilancia y sin posibilidad de contacto físico.
Falta de intérpretes (se daña la comunicación con los funcionarios y se genera hermetismo que hace que los extranjeros solo se relacionen con los de su nacionalidad).
Falta de respeto a los distintos cultos religiosos.
No hay servicio médico regular.
Hay que tener en cuenta que no se concede la posibilidad de que las ONG’s se entrevisten con los extranjeros. La mayor parte de los solicitantes de asilo se acogen a la figura del asilo después de ser informados, pero muchos desconocen esta posibilidad. Ello nos lleva a pensar que, probablemente, han sido expulsados extranjeros que tenían derecho a solicitar asilo, lo cual es muy grave.