Collage: El águila bicéfala contra la dinastía nazarí

Collage: El águila bicéfala contra la dinastía nazarí

Por Nònimo Lustre.

Por todo ello y mucho más que dejamos para mejor ocasión, Carlos I fue tan mal hijo como para llegar al matricidio ‘en diferido’. Pero es que, además del affaire Loca, el autonombrado César perpetró una infamante traición a las tradiciones asamblearias de Castilla aplastando a los únicos valedores de Juana: los Comuneros. Todavía hoy los herederos de los asesinados Padilla, Bravo, Maldonado… y de María Pacheco, la Leona de Castilla, viuda de Padilla, tenaz rebelde en Toledo hasta que tuvo que exiliarse en Portugal donde la vesania de Carlos la persiguió hasta después de la tumba, se reúnen anualmente en la fatídica campa de Villalar de los Comuneros…

De la serie “Carlos I, matricida, islamófobo, imperialista y urbanicida”

Juana la Comunera
El nacimiento de la islamofobia
Contra las derrotas, lujuria
El artesonado del desdentado

El servilismo no exento de filonazismo de la España franquista nos ha llevado al absurdo de nombrar el rey Carlos I de Hispania con el remoquete “y Carlos V de Alemania”. Además, para mayor inri lo encumbramos de rey de Castilla y Aragón (amén de Granada y de las Yndias) a Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico lo cual no sería exacto pero, al menos, eliminaría la franquista denominación ‘de Alemania’ puesto que, en el siglo XVI, Deutschland simplemente no existía -y no existiría hasta finales del siglo XIX.

Comprendemos que, siendo hijo de Juana, los corruptos tiralevitas de las Cortes de Castilla, Aragón, Yndias y etc., quisieran ocultar la turbia ascendencia del europeo Carlos (no Trastámara) puesto que Juana, legítima reina de Castilla, por las antipatrióticas influencias de los cortesanos flamencos recién llegados del luego llamado César Carlos, fue depuesta, denigrada, condenada a cadena perpetua en Tordesillas y dizque enloquecida, popular pero nunca realmente, como Juana la Loca.

El águila bicéfala contra la dinastía nazarí

Alhambra. Abajo, última línea: leyenda en árabe: “Soy, hermosa y perfecta, la silla en que se muestra la novia”. Fondo: Una rarísima muestra de arte figurativo musulmán: la dinastía de los reyes nazaríes retratada en unas pinturas sobre cuero claveteado sobre madera; siglo XIV, bóveda de la Sala de los Reyes. Abajo, izqda.. y drcha.,: figurones de la imperial dinastía flamenco-borgoñona identificados con la familia de Jesús @ el Cristo -Maximiliano es Cleofás, hermano de san José y un adolescente Carlos es “Simon zelotes con/sobrinius.DNI.NRI”-, y pintados por Bernhard Strigel, Kunsthistorisches Museum, Viena.

Carlos e Isabel pasaron su luna de miel en la Alhambra. Es plausible suponer que, durante esos días oficialmente felicísimos, la royal pareja fuera iluminada por la idea de arrasar su nido de amor sustituyéndolo por el plomazo mazacote que tanto nos incomoda. Esta incómoda sugerencia, ¿les parece un peregrino dislate? Si así lo creen es que no conocen lo suficiente a las aristocracias royales y palaciegas, cubiles donde toda amoralidad tiene su asiento.

En 1527, el arquitecto de cámara Pedro Machuca comenzó la construcción de esta feísima ofensa al buen gusto. Disimuló la infamia de haber devastado el palacio nazarí opuesto a la torre de Comares mediante la oportunista etiqueta de ensalzar su obra haciéndonos creer que era un castillo manierista y/o renacentista. En honor del pueblo llano, subrayaremos que los moriscos se opusieron radicalmente a semejante desvarío. Por ello y ellos, además de su primera rebelión (1572, Alpujarras), el protervo armatoste sólo terminó en 1637 su construcción -falsa pues se sigue construyendo. En la enésima demostración de islamofobia, después fue utilizado como polvorín -lastimosamente, no ocurrió como en el Partenón, arsenal otomano que los aliados cristianos volaron sin remordimiento alguno. Este dizque palacio objeto de nuestras iras, es un cuadrilátero de 62 mts. de lado. Las columnas del piso superior son toscanas para que el conjunto parezca de orden jónico -el ideal del Renacimiento, período absolutamente vacío de inspiración y, por ende, plagiario donde los haiga.

Juana la Comunera
El nacimiento de la islamofobia
Contra las derrotas, lujuria
El artesonado del desdentado

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