Collages. Borbones y validos
Por Nònimo Lustre. LQSomos.
Arriba, izqda.: Felipe II observa con aprensión a uno de sus herederos. Abajo, drcha.: la reina Isabel de Borbón retratada por Frans Pourbus el Joven, museo del Prado; un poco más abajo, Baltasar de Zúñiga y Velasco, hasta que murió en 1622, valido de Felipe IV y, además, tío y antecesor en el cargo de valido real de Gaspar de Guzmán, III Conde-duque de Olivares. Centro: Felipe IV coronado con laurel por Minerva y por el Conde-duque, en el cuadro La reconquista de Bahía, de J.B. Maino.
Este collage busca recordarnos que, por muy absolutistas y ególatras que sean o quieran ser, los reyes dependen de sus equipos -ayer llamados validos o privados y hoy deberían ser recuelos de los Consejos de Ministros… pero no hay tal. Felipe IV entregó la gestión del Imperio español a este Conde-duque por antonomasia. Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar (1587-1645; valido entre 1622 y 1643), se educó en Italia y estuvo destinado a ser eclesiástico pero, la muerte de sus hermanos mayores, le alejó de los cardenales y le condujo a casarse con su prima -sobra decir que tuvo al menos un hijo adulterino (Julián Guzmán o de Valcárcel) con “una dama de la Corte”. En 1621, Rodrigo Calderón, uno de los prohombres palaciegos, fue ejecutado popularizándose la expresión “tiene más orgullo que don Rodrigo en la horca” -léalo futuro valido: nadie está a salvo en la Corte.
Olivares centró su política en la Unión de Armas, un compromiso de todos “los reinos de España” para compartir con Castilla las cargas humanas y financieras del esfuerzo bélico. Este proyecto estrella nunca se materializó porque se opusieron los poderes locales (hoy, autonomías) representados en las Cortes. Pese a ello, Olivares extendió su natural belicista incrementando la guerra contra los Países Bajos y disputando a Francia la hegemonía europea. Pero, en 1627, la escasez de recaudaciones, llevó al reyno a su enésima bancarrota.
Hoy, ¿quiénes son los validos de Felipe V, el Preparao? Viendo este collage, suponemos que los neofranquistas se fijarán en la reina Isabel, acérrima enemiga de Olivares, y recordarán que, cuando finalmente consiguió derrocarle, hizo declarar a su augusto esposo “Mi privado es la reina”. Ahora, esta purrela chuscamente denominada del Extremo Centro, sostiene que aquella Isabel se llama hoy ‘reina Letizia’. En cuanto a las bancarrotas y las autonomías que afligieron (poco) al Conde-duque, estos neofranquistas tienen su vademécum: aún se puede apretar las tuercas (cordeles -de ahorcar-, en el Siglo de Oro) a los pobres y todavía podemos fusilar a catalanes y vascos.
Síguenos en redes sociales… Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Diaspora*: lqsomos@wk3.org Telegram: LoQueSomosWeb Twitter: @LQSomos Facebook: LoQueSomos Instagram: LoQueSomos