Colombia: Alianzas guerrilleras y proceso de paz
Por Javier Sáenz Munilla*
Las presentes alianzas guerrilleras, anunciadas este enero, podrían estar destinadas a presionar al Gobierno para que, de una vez, se decida a disciplinar a sus fuerzas militares y obligarlas a enfrentarse al paramilitarismo y a sus aliados…
El anuncio efectuado este 12 de enero por la Coordinadora Guerrillera del Pacífico (una de las estructuras de Nueva Marquetalia, la disidencia de las FARC que encabeza Iván Márquez) y el Frente Comunero del Sur (la estructura del ELN en el departamento de Nariño), por el que unen sus fuerzas “ante el deterioro social del país”, en base a la “ideología marxista-leninista” y con el fin de atender “las demandas sociales que permanecen insatisfechas”, no parece ser un buen augurio en la marcha del proceso de Paz Total emprendido por el Presidente Gustavo Petro. Y a pesar de que ambos frentes guerrilleros anuncian en su comunicado conjunto que “tienen un compromiso de diálogo con el Gobierno y con la Paz Total de Gustavo Petro e invitan a las poblaciones a participar en los diálogos regionales de paz en Nariño para solucionar los problemas de este departamento”
(Transmisión del Canal 104 de Nariño TV)
Esta es también la situación de Nariño, en el Sur, con varios grupos en armas que se disputan el control de un territorio estratégico para el tráfico de drogas. Nariño es, además, el departamento de mayor producción de hoja de coca de toda Colombia, con casi 60.000 hectáreas de cultivo registradas. Y es también uno de los departamentos con peor situación humanitaria. En 2023 más de 15.000 personas sufrieron desplazamientos forzados y confinamientos en la zona de Telembí.
Como publicó LoQueSomos el pasado día 11, el año 2024 se ha abierto en Colombia con más asesinatos de exguerrilleros de las FARC acogidos al proceso de paz, firmado en 2016. En 2023 fueron asesinados 45 exguerrilleros. Y desde la firma de la paz, han caído 408 guerrilleros firmantes de los acuerdos y por tanto, desarmados. El Estado colombiano sigue sin garantizar su seguridad y las bandas narco-paramilitares continúan imponiendo su violencia asesina, con el visto bueno o la vista gorda de ejército y policía. De enero a diciembre de 2023 se registraron 167.540 desplazamientos forzados de población, la mayor parte en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca, Antioquia, Bolívar y Norte de Santander. Los mismo en los que se están dando estas alianzas guerrilleras para hacer frente al paramilitarismo.
El ELN, la principal fuerza guerrillera aun en armas tras la firma de la paz con las FARC, participa en el proceso de paz y está a punto de iniciar el sexto ciclo de negociaciones, en el que debería prorrogarse el vigente alto al fuego bilateral. Pero, en su último comunicado difundido el 11 de septiembre pasado, el COCE (Comando Central) del ELN, denunciaba la evidencia de “un plan para facilitar el avance del paramilitarismo” por parte de las Fuerzas Armadas a las que acusaba de realizar “movimientos de tropas acompañando a paramilitares y grupos de las Ex-Farc en los ataques contra el ELN y a las comunidades” en determinadas regiones. Y el COCE señalaba casos concretos con fechas y localizaciones de estos ataques.
Las presentes alianzas guerrilleras, anunciadas este enero, podrían estar destinadas a presionar al Gobierno para que, de una vez, se decida a disciplinar a sus fuerzas militares y obligarlas a enfrentarse al paramilitarismo y a sus aliados, si quiere que el proceso de Paz Total alcance también al ELN y a la Segunda Marquetalia.
Como se dice en Colombia, amanecerá y veremos.
* Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @pepitorias
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