Colombia: Unidad por el gobierno y el poder
Por Efraín Viveros Filigrana*
Un gran debate sobre la unidad de las fuerzas políticas y de los diferentes sectores populares sacude cada vez más a la sociedad colombiana que ofrece un panorama de gran conmoción al interior de los partidos de la derecha y la izquierda que darán pie a reagrupamientos, así como de la ausencia de liderazgos bien definidos pues proliferan toda clase de precandidaturas a la presidencia del Estado en momentos que entramos al partido de las campañas políticas electorales.
Convertir al Pacto Histórico en un Partido Único o Unitario o seguirlo desarrollando como Frente o Movimiento Político Unitario y Popular, podría resumir lo que debate la izquierda; mientras las fuerzas de la derecha discuten si unirse en un bloque de “todos contra el petrismo” (Petro no puede ser reelegido) o lanzar la llamada “candidatura de centro” que le dispute a la fórmula de izquierda pasando por en medio de la gran polarización social y política que avanza.
Lo nuevo es que nunca antes la izquierda había ido a una campaña política mientras gobierna alguien salido de sus esfuerzos electorales que dieron continuidad a grandes jornadas de acciones sociales, así como jamás las fuerzas de la derecha enfrentaron una campaña política mientras gobierna un presidente que ganó recibiendo un mandato popular por el Cambio, bien claro y contundente como en el 2022.
En la Colombia del Siglo XXI, la unidad de acción hizo posible los resultados exitosos de varios asuntos políticos de gran envergadura y repercusión histórica como son la formación del acuerdo electoral Pacto Histórico para las elecciones presidenciales en el 2022, así como el Levantamiento Popular de abril de 2021, el Paro Nacional de noviembre de 2019 y el Paro Nacional Agrario de 2013.
Todo este aprendizaje unitario se tomó de la propia experiencia y del contexto latinoamericano de las últimas décadas, marcado por logros unitarios tácticos, democráticos, en elecciones presidenciales precedidas de levantamientos populares como el “caracazo” en Venezuela, el levantamiento de Plaza de Italia en Chile, el derrocamiento de tres gobiernos en Ecuador y la caída del presidente de Bolivia que, sin olvidar las heroicas luchas por la revolución en Nicaragua en Cuba, siguen llamando a fortalecer la unidad de acción pues, ante el fuerte peligro de guerra mundial que ventilan los bloques imperialistas desde Ucrania, Siria, Líbano, Gaza y todo el Medio Oriente, es la férrea unidad de acción para la lucha por el poder de los pueblos de nuestra América la que debe actuar como gran disuasor para abortar guerras y saltar del carro militar imperialista en que la Casa Blanca y su Pentágono, con su política de bases y apoyos militares en todo rincón, han subido a los ejércitos títeres al carro del aparato militar más agresivo en la historia reciente: la Organización Tratado Atlántico Norte -OTAN-.
Pero, hoy por hoy, las fuerzas del cambio en Colombia asisten estupefactas al fraccionamiento y la dispersión del Pacto Histórico por factores, que siendo ajenos a la voluntad popular, llevaron al fracaso del movimiento popular y democrático, político y social, en las elecciones regionales de octubre de 2023. El Pacto Histórico que logró convocar y perfilar la victoria electoral más grande de la historia de Colombia al llevar a Gustavo Petro a la presidencia en históricos comicios presidenciales de junio de 2022, se dejó sin rumbo con las directrices de apoyo a candidatos de los partidos de la oligarquía a las alcaldías y gobernaciones, apoyados desde lo alto del gobierno y de las cúpulas de muchas de las fuerzas que se adueñaron de la bancada parlamentaria escogida con lista cerrada y cremallera que entusiasmó a votar al pueblo sin mezquindades por personas de distintas vertientes ideológicas para abrazar la unidad.
Tan pronto se triunfó en la Presidencia de Colombia, no se potenció al Pacto Histórico como organización política con largas miras, no limitada a la lucha parlamentaria por las reformas agitadas y prometidas durante la campaña presidencial. ¡NO!. Se refundió en un etéreo “acuerdo nacional” la necesaria convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente al servicio del cambio, para sacarla tardía, tímida e inútilmente un año después de sucesivos fracasos en la lucha parlamentarista por las reformas.
Pero, sumado a lo anterior, repitiendo errores vividos en gobiernos democráticos de Alcaldías y Gobernaciones, se dio un ejercicio del gobierno nacional sin buscar consensos al interior del Pacto Histórico, privilegiando las relaciones con los “aliados del frente amplio”, lo cual no ha servido para un acertado manejo del mandato popular de cambio votado en las urnas en junio de 2022. El presidente Petro, con un pequeño círculo de allegados, decidió imponer sus tesis de Acuerdo Nacional con las fuerzas de la oligarquía, que clara y contundentemente fueron derrotadas con su corrupto candidato presidencial Rodolfo Hernández.
A lo descrito, se agregó el manejo, en no pocos casos, arbitrario de la facultad presidencial de nominar para ubicar en altos cargos a personas del santismo políticamente indeseables e inconvenientes y cuestionables éticamente, que se convirtieron en componentes tóxicos, disolventes, dispersantes y generadores de muchas desconfianzas y desesperanza en las fuerzas que sin desmayos luchan por el cambio, tanto en lo táctico como en lo referente a la remoción del neoliberalismo y todas las estructuras pro capitalistas y no sólo por cambios cosméticos al sistema de opresión y explotación de los seres humanos.
No menos malestar y desconcierto se siente en las mayorías populares de los territorios al ver que al son del “acuerdo nacional”, bajo el gobierno de Petro, se prolongan gerencias de los partidos tradicionales de la oligarquía en las instituciones descentralizadas del orden nacional, pues no han sido puestas al servicio del programa del Gobierno del Cambio.
Los llamados petristas a la movilización en las calles, unitaria y popular, se han desgastado, no sólo por limitarse a lamentaciones ante la mayoría parlamentaria burguesa, sino por el irrespeto a la autonomía del movimiento social y el desconocimiento del valor de los paros y huelgas como forma de lucha que da iniciativa legislativa como lo mostraron los paros del magisterio, los camioneros, campesinos y estudiantes universitarios. De otro lado, las precipitadas alertas tempranas sobre “golpe blando” no han potenciado la unidad de acción popular contra el régimen, han sacado del foco popular debates de fondo como la solución al problema de la deuda externa y el faltante fiscal y a renunciar a la iniciativa popular legislativa y al llamamiento a una Asamblea Nacional Constituyente. Todo esto afecta la unidad de acción efectiva por el Cambio Real, que no es lo que se publicita sino lo que se plasma con ejecuciones de gobierno que no están garantizando hechos como la bajísima ejecución presupuestal del alto gobierno, ni los enredos de la Paz Total combinada con declaraciones y medidas de incremento de la guerra.
Hoy por hoy, los defensores del Partido Único o Unitario, que miran con lente de corta vista y sólo alcanzan a pensar en los resultados electorales del 2026 y su visibilidad política asociada a la permanencia en altos puestos del Estado y el manejo de contratos, asistimos al triste panorama de un Pacto Histórico al borde de las desintegración total, fracturado por la propuesta de Partido Único o Unitario que violenta la gran voluntad de mantener un Movimiento Político Frentista que de juego a la participación libre, respetuosa de la autonomía de la diversidad de fuerzas políticas y sociales que forman el amplio espectro democrático, de izquierda y revolucionario que triunfó en las presidenciales del 2022 y dirigió las luchas populares exitosas antes reseñadas.
La unidad de acción popular es indispensable ante el ataque y conspiración sin tregua de la oposición oligárquica al cambio y a las conquistas sociales y económicas del pueblo y al gobierno de Gustavo Petro se ve favorecido con el drama de la división del campo de las mayorías populares. Ellos, la terrorista derecha oligárquica, dispersa y desesperada por encontrar un camino a la recomposición de sus vetustos partidos políticos, ha lanzado un ramillete de pre candidaturas presidenciales de poca altura y trayectoria política para lanzarlas a la Presidencia con el sistema de recolección de firmas y argumentando la “importancia del centro”, cuando son los padres de las políticas fascistizantes y demás imposiciones políticas, económicas e ideológicas neoliberales que están en la esencia del régimen político terrorista y reaccionario que guía los destinos de Colombia hace dos centurias.
Dar continuidad a la lucha por construir un Frente Unido, con clara orientación democrática de estirpe popular, que piense en función de la lucha por el gobierno y el poder para las mayorías, que combata sin tregua al imperialismo yanqui y los cipayos de la oligarquía, ese tipo de Frente o Movimiento Político es una tarea política gigantesca y la urgencia del momento, ella da respuesta integral a las falsas teorías de “gobierno de transición” y “acuerdo nacional” que ocultan un electorerismo pernicioso que por distintas vías tiene, al campo democrático y popular, al borde del colapso en las elecciones presidenciales del 2026.
Este esfuerzo unitario al interior de Colombia debe conectarse con los clamores de unidad Latinoamericana, Caribeña y Mundial en un Frente Internacional Antifascista para enfrentar al fascismo, el neofascismo y expresiones políticas similares que de septiembre a noviembre de 2024 vienen haciendo distintos eventos internacionales reunidos en Caracas–Venezuela auspiciados del gobierno del Palacio de Miraflores que lidera el presidente en ejercicio y electo, Nicolás Maduro, injustamente bloqueado económicamente y perseguido políticamente por el imperialismo yanqui y los gobiernos de sus secuaces en el mundo, algunos de los cuales se visten como “progresistas”.
Estamos en tiempos que demandan fortalecer la lucha por la unidad de acción, por el Frente Unido, necesarios para conquistar el gobierno democrático y el poder popular, en solidaridad con Palestina Libre y contra el imperialismo que impone la miseria a los pueblos, violenta la soberanía de las naciones y promueve el fascismo recorriendo a velocidad vertiginosa el camino hacia la guerra mundial.
* Dirigente de Izquierda e integrante del Pacto Histórico
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