Conclusiones de las XXII Jornadas África: resistencias de los pueblos africanos III
Por Agencia Mp3. LQSomos.
Como contexto y punto de partida para entender lo que pasa en el Sahel, destacó que Gadafi (Muamar Muhamad Abu-minyar Gadafi), que gobernó 42 años en Libia, velaba por una unión africana fuerte. Así, el régimen de Gadafi propuso pagar la deuda de los países africanos para que ninguno tuviera que depender de otras potencias…
– Conclusiones, primera parte
– Conclusiones, segunda parte
Del 13 al 16 de febrero, Valladolid acogió la vigésimo segunda edición de las Jornadas África bajo el título «Tratando de entender lo que pasa en África: resistencias en medio de las crisis y conflictos», abordando las resistencias africanas que enfrentan las crisis y conflictos del continente. Las sesiones se realizaron en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid.
Un encuentro celebrado gracias al trabajo y apoyo del Comité Umoya de Valladolid, SODePAZ Balamil, Acción Verapaz, Observatorio de Derechos Humanos de la UVa, Educa Tanzania, Fundación Padre Garralda – Horizontes Abiertos, Fundación Jimenez-Arellano Alonso, Círculos del Silencio de Valladolid, Comités Óscar Romero, Ecologistas en Acción de Valladolid y RSUVa.
Miércoles 15.-
Moussa Kane:
«Para entender la conflictividad en el Sahel: la crisis de Mali»
Moussa Kane, en la tercera conferencia, desgranó lo que está pasando en el Sahel y, en particular, en Mali. Comenzó por aclarar que, en árabe, Sahel significa «la costa, el borde del mar», etimología también presente en Sáhara, que significa «desierto». El Sahel atraviesa unos diez países, desde Senegal a Eritrea. Moussa lo llama «la bufanda de África» por eso mismo. Abarca unos 400.000.000 km2.
Como contexto y punto de partida para entender lo que pasa en esta zona de África, destacó que Gadafi (Muamar Muhamad Abu-minyar Gadafi), que gobernó 42 años en Libia, velaba por una unión africana fuerte. Así, el régimen de Gadafi propuso pagar la deuda de los países africanos para que ninguno tuviera que depender de otras potencias. Se iniciaron los trámites para ello con iniciativas como, por ejemplo, el establecimiento de una moneda común. Sin embargo, arrancó un conflicto interno que desencadenó el establecimiento de un gobierno alternativo, el CNT (Consejo Nacional de Transición), apoyado por diferentes países -principalmente, Francia, la OTAN, Reino Unido y Estados Unidos- que querían poner en el poder a quien les conviniera.
Reino Unido persiguió a Gadafi en un avión y lo bombardeó. El CNT lo perseguía por tierra, pero se escondió en un túnel y se salvó. Desde la creación del CNT, Libia tenía dos gobiernos: el bando alternativo, que buscaba apoyo en Rusia y Turquía, y el bando occidental del CNT.
En Mali, tras la Guerra de Libia de 2011, se generó un intenso movimiento de población y de armas desde el sur de Libia hacia varios países del Sahel, entre ellos Mauritania y Níger, pero principalmente Malí. Los países del Sahel son difíciles de autogestionarse por su amplia extensión y sus pocos recursos humanos y económicos. En el norte de Mali, los separatistas del MNLA (Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad) se unieron a los grupos que pretendían aterrorizar a la población, como JIM, MUJAO (Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental) o Al-Qaeda. Estos controlaban la zona y pusieron en marcha un golpe de Estado militar ante la incapacidad del gobierno del presidente Amadou Toumani Toure. El país se convirtió entonces en un campo de batalla total.
Mali comprende aproximadamente 1.200.000 Km2, muchos de los cuales son desierto. Es un país muy rico en recursos naturales, como el litio y el oro, que están controlados por empresas occidentales. Solo el 15 % de los beneficios que generan se quedan en el país.
La guerra de Mali se tradujo en 370.000 desplazados y 170.000 refugiados, según las cifras oficiales, tráfico de personas y mercancías y mucha inestabilidad en el país.
Hablando de los hechos más recientes, en 2020 se estableció un nuevo gobierno democrático, pero en los dos primeros mandatos no se avanzó nada. Los grupos rebeldes quemaron pueblos enteros y la población empezó a levantarse.
Desde 2021, Assimi Goita, un militar con rango de coronel, es el presidente de la transición de Malí. Fue designado por la Corte Constitucional tras un segundo golpe de Estado en el país (el primero data de 2020 y el segundo, de 2021), que obligó a dimitir al presidente Ba N’Daou.
Según los medios de comunicación, «Francia ha ido al rescate de Mali», pero cuando intervino ya tenía sus planes e intereses, apoyó a los dos grupos y no a uno en particular. El gobierno golpista de Goita tiene el apoyo del 90 % de la población.
Mali ha demandado a Francia porque ha entregado armas a grupos armados. Además, instigó un conflicto en el centro de Mali entre sus etnias y, por eso, ahora piden la participación de Rusia. A pesar de todo, muchas localidades ocupadas por los terroristas se han recuperado, algo que no se conoce porque a Francia no le interesa, ya que mancha su imagen. Las próximas elecciones generales de Mali son en 2024.
– Moussa Kane es de Mali. Recorrió un duro camino desde su país hasta llegar a España por mar cuando aun era muy joven.
Cursó estudios de Ciencias Humanas y Sociales en la Universidad de Bamako. Ya en España estudió Formación Profesional en Electrónica y Fontanería para abrirse camino laboral.
Trabajó en Castilla Termal Hoteles, en Valbuena de Duero. Actualmente trabaja en ACCEM Valladolid, en la acogida e integración de personas migrantes y refugiadas. Él mismo cuenta su historia aquí.
– Conclusiones, primera parte
– Conclusiones, segunda parte
* Con información e imágenes de UMOYA
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