Constitución 1.978
La Constitución de 1978 está "kapputt", por emplear un idioma de moda y que manda. No se sostiene, minada sobre todo por la oligarquía que maneja los hilos del poder desde 1.939. Consideran que esta España fue su inversión y se comportan como accionistas de un botín de guerra. España es suya, y hacen lo que les viene en gana con ella. La explotan, la maltratan o la venden en subasta.
La Constitución que se conmemora en este año 2.013 es una fantasmada desde de el principio mismo de su aprobación. Ya su preámbulo es falso. Viene a decir que, como consecuencia de la transición democrática (modélica) desde la dictadura franquista, se llega "al consenso y la concordia entre los españoles". Ya no hay dos Españas, por decreto ley. A continuación, los mismos cuadros del franquismo y sus nuevos socios, decretan una ley de punto final que llaman Ley de Amnistía y consagran la impunidad del crimen. Miles de fosas de los fusilados arbitrariamente contra las tapias de los cementerios siguen en las cunetas de los caminos, sin abrir ni identificar
¿Es esto lo que se celebra comiendo bogavante a dos carrillos en el exclusivo Ritz de Madrid?
El tal consenso ha sido, una vez más en la terrible Historia de España, una cuadratura del círculo. Un sarcasmo en la Corte de los Milagros. Algo imposible desde el punto de vista de la lógica pero ¿Qué puede la razón contra la magia del mal de ojo y el nacionalcatolicismo? El programa previsto se hizo realidad y en ella estamos todos inmersos desde entonces.
El corolario de esa transición diseñada por los vencedores del golpe de estado de 1936, con La inestimable colaboración del Departamento de Estado yanqui y de los líderes de los partidos de la “oposición”. En definitiva, la cuadratura del círculo, el imposible, se perpetró: se fabricó una Constitución “democrática” del pueblo soberano pero sin el pueblo soberano, y con un rey impuesto y proabsolutista. Intocable. El rey "no es responsable": está por encima de la Ley. Haga lo que haga.
De aquellos polvos de cobardía y oportunismo vienen ahora estos lodos de corrupción, impotencia y desesperanza. No se ve la salida para tanto latrocinio institucional y a tanta arbitrariedad e injusticia. Los de arriba han celebrado otro aniversario de una Constitución lastrada por el miedo y la incertidumbre y el miedo al miedo. La Constitución no se toca. No es una Ley: es un dogma, un catecismo.
Los de abajo no tienen nada que celebrar. Solo oír discursos mentirosos, pagar facturas por servicios esenciales de necesidad o ser desahuciados sin remisión.
Los amos, cuando se sienten seguros, nunca tienen suficiente. Se está viendo cada día. Y eso debería dar que pensar a los que se arrugan con el celofán de la prudencia. Ahora está claro que no solo quieren mangonear los cuerpos con leyes absurdas y antidemocráticas. Después de atracar nuestra economía atacan las libertades, como con la “Ley mordaza” contra la libertad de expresión, fundamento de toda democracia. Después de saquear pretenden que no nos enteremos.
No solo quieren nuestro cuerpo, asalariado o en el paro. Quieren nuestro espíritu para silenciarlo y dormir tranquilos.
*Director del desaparecido semanario "La Realidad"
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