¡Contamíname! Nuevo centro de datos de Google en Uruguay

¡Contamíname! Nuevo centro de datos de Google en Uruguay

¡Contamíname! Nuevo centro de datos de Google en Uruguay

Por Iñaki Alrui*

Google recibe la autorización gubernamental para construir su nuevo data center, que consumirá energía equivalente a la de 202.898 hogares con tarifa simple

Eso que conocemos como “la nube” y que nos parece (porque así nos lo presentan) un espacio abstracto, que no tiene costes ni ocupa un lugar físico, esa nube etérea se materializa en realidad en una serie de espacios rotundos distribuidos por el planeta: son los centros de datos (data center), también llamados granjas de computadoras. Toneladas de información de personas, grandes empresas y administraciones públicas se almacenan en estas naves repletas de macrocomputadoras, creadas específicamente para eso. No solo ocupan lugar, sino que gastan toneladas de agua y energía eléctrica para funcionar a diario.

Google construirá el nuevo centro de datos en el Parque de las Ciencias, zona franca instalada en Canelones, Uruguay, tras haber recibido la aprobación por parte del Ministerio de Ambiente: “Según el informe del Área Evaluación de Impacto Ambiental, de 30 de abril de 2024, analizados los documentos del proyecto, el Estudio de Impacto Ambiental y las informaciones complementarias presentadas, se sugiere conceder la Autorización Ambiental Previa y la Autorización de Emisiones al Aire, así como aprobar el Plan de Gestión de Residuos Sólidos Industriales presentado”.

Google posee 33 grandes centros de datos en todo el mundo, que albergan más de un millón de servidores. La gran mayoría se encuentra en el hemisferio norte, el planeado en Uruguay será el segundo en América Latina después del de Chile.

La construcción de centros de datos de Google suele generar muchas repercusiones y dudas en todo el mundo. En Uruguay hay una preocupación real por este proyecto aprobado: los graves impactos ambientales que generará su construcción siguen sin estar claros y, como en cualquier proyecto de este tipo, Google mantiene la opacidad.

Lo primero que hay que saber es que el centro de datos no será un espacio para el desarrollo de software, sino que es un simple almacén de información digital, que por consiguiente no genera gran cantidad de puestos de trabajo.

Otro dato irrefutable, que nunca mencionan porque suelen buscar formas de sortear el requisito de trazabilidad, es que la cadena de suministro de los minerales (coltán, cobalto, tierras raras…) con que se fabrican los procesadores que usan los centros de datos supone su implicación en casos de esclavitud, trabajo infantil y contaminación grave.

Data center de Google en Puerto de Ems, Países Bajos. RUDMER ZWERVER

Gracias al trabajo de Daniel Pena, investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República de Uruguay, y después de un procedimiento judicial, la sentencia ha obligado a Google a dar a conocer la cantidad de agua potable que pretendía utilizar el nuevo centro de datos: nada menos que 7.600.000 litros de agua potable al día en la estimación más elevada. Una vez que el dato fue público, Google tuvo que cambiar el sistema de refrigeración propuesto por uno con circuitos de agua cerrados.

“El sistema de ciclo cerrado consiste en la recirculación de agua de enfriamiento y está conformado por tuberías de distribución dentro del centro de datos, bombas e intercambiadores de calor. El agua de enfriamiento que circula por las tuberías absorbe el calor del ambiente generado por los servidores disminuyendo así la temperatura ambiente del centro de datos”, según explica Google en el Informe Ambiental. Los centros de datos no pueden superar los 50 °C.

Pero ese sistema funcionando 24 horas al día por 365 días tiene un alto costo energético: 560 GWh/año, cifra que equivale aproximadamente al consumo de 202.898 hogares con tarifa eléctrica simple. El investigador Daniel Pena afirma que “este consumo supondrá la emisión de 25.000 toneladas anuales de CO2 al aire para poder cumplir con la demanda de energía, emisiones que significan un aumento de 2,7% sobre las emisiones por producción de energía en Uruguay, lo cual es un valor significativo a prestarle atención. […] Para tener una idea, estas emisiones equivalen a sumar 16.000 autos de gasolina haciendo 10.000 kilómetros por año con un consumo de 15 km/litro”.

La sociedad actual sigue generando más y más datos, un alto porcentaje de los cuales son completamente innecesarios. El impacto ambiental de internet, las redes sociales, las nubes, se ha invisibilizado pues el negocio de las grandes tecnológicas radica precisamente en que generemos una cantidad desmesurada de datos, desde guardar en la nube miles de archivos y fotos, a centuplicar el número de interacciones digitales. Pero un simple emoticono como respuesta a otro mensaje irrelevante, un tuit o un mensaje por WhatsApp o Facebook, equivale a la emisión de 0.2g de CO2 a la atmósfera. Estos datos se almacenan en este tipo de centros que –según el diseño– consumen cantidades locas de energía y agua.

Algunas empresas están trabajando para crear centros de datos submarinos. Tal es el caso de Microsoft, que lo está haciendo cerca de las Islas Orkney, en Escocia. Algunas compañías también buscan instalarlos en países más fríos para ahorrar costes de energía para el enfriamiento. Facebook instaló en 2011 un centro de datos en el Círculo Polar Ártico, en concreto en Lulea, Suecia.

Tal vez ya es hora de repensar qué camino vamos a tomar frente a esta contaminación silenciada, y de reflexionar sobre cómo nos relacionamos con la red.

Al detalle: el impacto ambiental de Google en Uruguay

En el Informe Ambiental de Google, se plasma una simulación que realizó la empresa y permitió “conocer los valores de concentraciones esperables para los distintos parámetros” vinculados a la calidad del aire. La multinacional indica que se tomó el “escenario más conservador” que es el “valor máximo de concentraciones en los tres años de simulación para el período de promedio considerado”. Como conclusión, durante los períodos de operación normal, “la totalidad de los parámetros de calidad de aire, en el escenario más conservador, cumplen con los límites de inmisión del Decreto de Calidad de Aire, excepto el PM10 en promedio anual y el NO2 en promedio de una hora”. El PM10 son partículas pequeñas –menores a 10 micrómetros– que pueden ser de polvo, cenizas, hollín, metales o cementos, y están dispersas en la atmósfera; el NO2 es el óxido de nitrógeno, otro contaminante atmosférico. El informe continúa: “La concentración de fondo para PM10 ya está por encima del correspondiente límite de concentración, […] no sería posible un resultado de modelado conforme después de considerar el fondo […] el proyecto no contribuye significativamente a una superación modelada del estándar anual de PM10”. Sobre el óxido de nitrógeno, si bien los niveles no cumplen con la normativa, menciona que “no existen valores máximos que superen el límite de tolerancia […]. De acuerdo con el análisis realizado […] se entiende que el impacto potencial sobre la calidad del aire durante la operación normal del emprendimiento es admisible en el medio receptor sin la necesidad de incorporar medidas de mitigación adicionales”.

A los datos anteriores hay que sumar el impacto para la salud de una siempre posible operación de emergencia, definida como “aquella que sucede durante un fallo del suministro eléctrico. […] En el caso de un corte de energía total, se activará una alarma, junto con todos los generadores de emergencia, los cuales comenzarán a funcionar para garantizar la continuidad operacional del centro de datos, incluyendo a todas sus instalaciones de apoyo”. Estos generadores funcionan con diésel y se pretende instalar depósitos que contengan, como mínimo, el combustible necesario para operar durante 24 horas. En el caso de que se desencadene la “operación simultánea de algunos o todos los generadores”, la emisión sonora y de gases de combustión “será esencialmente distinta a la existente durante la fase de operación normal”, además causará emisiones de monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx), material particulado y dióxido de azufre (SO2).

El Parque de las Ciencias en Canelones funciona con régimen de zona franca

Google también realizó una estimación de las cantidades de residuos que generarán durante la fase de operación del emprendimiento, por ejemplo: 33 toneladas anuales de “residuos electrónicos”, “eventual material absorbente contaminado de productos peligrosos”, 30 toneladas anuales de “chatarra generada durante las tareas de mantenimiento”, 10 toneladas anuales de “residuos de embalaje (film, zuncho y otros plásticos), 0,5 toneladas anuales de “envases que contuvieron productos para el tratamiento de agua, como biocidas, inhibidores de corrosión y antiincrustantes”.

El Ministerio de Ambiente uruguayo ha marcado siete requisitos a Google para la construcción del nuevo centro de datos:
– El proyecto deberá “construirse y operarse de acuerdo a lo estipulado en la totalidad de los documentos presentados”, salvo en aquellos aspectos que “contradigan las condiciones incluidas en la resolución”.
– La titular del proyecto deberá comunicar a la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea), “por escrito y con antelación, la fecha de inicio de las obras del proyecto”.
– Previo al inicio de la fase de construcción del proyecto, se deberá contar con la aprobación de la Dinacea de la “actualización del Plan de Gestión Ambiental de Construcción”, el cual debe contener, como mínimo, “programas de gestión de residuos de obra, de manejo del tránsito, de gestión de efluentes y de relacionamiento comunitario”.
– Presentar en un plazo no mayor de 45 días de iniciada la operación de cada módulo del data center “los resultados y análisis del monitoreo de NPS en los receptores sensibles y el proyecto ejecutivo y cronograma de implementación de las medidas de mitigación propuestas, para su evaluación y aprobación por parte de la Dinacea”.
– Durante la etapa de construcción “no se podrá acceder al predio, ni utilizar el camino Gonzalo Gonchi Rodríguez.
– “Todos los registros generados por las actividades de monitoreo en la fase de operación del proyecto deberán mantenerse a disposición de la Dinacea en el lugar de ejecución del proyecto”.
– Si se constatan “impactos ambientales no previstos originalmente, se deberán establecer medidas de mitigación” y presentarlas ante la Dinacea para su evaluación y aprobación. “Toda variación que se proponga al proyecto original autorizado deberá ser comunicada a la Dinacea para su análisis y previa autorización”.

Daniel Pena también criticó que el Ministerio de Ambiente: “aprueba el proyecto sin tener bien evaluados el impacto en el ruido ni las emisiones de NO2 [dióxido de nitrógeno] en el aire, ni un plan de gestión de los residuos en caso de abandono. Esto incumple el ‘principio precautorio’ y, al igual que con otros megaemprendimientos como UPM2, va generando autorizaciones incompletas con falta de rigurosidad”.

* Miembro del Colectivo LoQueSomos. Otras notas del autor
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2 thoughts on “¡Contamíname! Nuevo centro de datos de Google en Uruguay

  1. Y bien que lo sabes y lo dices. Conoces perfectamente la bestia por dentro e intuyes racionalmente sus intenciones. Otros, embobados, aplauden y jalean. Y, encima, lo hacen gratis Bueno, no todos …

  2. Y toda esa cantidad de mierda y energía consumida, ¿para qué?, sino para un mayor control de la gente, violación de la privacidad y de otros derechos individuales y colectivos y de mil daños más que están en la mente de todos los que se atreven a cruzar la valla de la desinformación, la manipulación, la intoxicación y la propaganda para ver lo que allí realmente se esconde.

    Ante esto, podemos creer que vivimos en Narnia y que un poder angelical ordenará todo para protegernos, pero la cruda realidad es que Narnia no existe, pero si existen la ambición, los intereses y la acelerada sed de poder ya instalados en la amoral mente de quienes ya controlan el mundo desde hace décadas.

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