Crónicos urbanos. Triste luz de ¿Navidad?
Iñaki Alrui. LQS. Noviembre 2020
“… El coste del alumbrado madrileño será de 3,17 millones euros. El coste total de las banderas LED será de 153.500 euros… “
Las tradicionales luces de Navidad madrileñas, reflejo del esplendor consumista y las más rancias e hipócritas tradiciones religiosas, , están a punto de ser encendidas hasta el 6 de enero del 21, día en el que se acaba la tradicional tregua de “buenrollito” para reiniciar la realidad social con la ciudad escaparate apagada.
Este año de sorpresas desagradables, el gobierno municipal trifachito, para estar a la altura del “malrollito” ¡cómo no!, nos regala una bandera española gigante de más de un kilómetro, confeccionada con miles de bombillas y que decorará el eje Prado-Recoletos desde Neptuno a Colón. A esto hay que sumar otra gran bandera de luces bordeando lo que antiguamente eran las fuentes de Colón, otra más cubriendo todo el puente de Rubén Darío, y gigantescas bolas con banderas en las aceras.
Enervado de banderas y exhibiciones casposas, me asalta la curiosidad sobre varios temas. ¡Allá van!
Primero, ¿qué tiene que ver la bandera con la Navidad, sí, con lo del “niño Jesús”, los pastorcitos, el belén, papá Noel, el árbol, las guirnaldas, los villancicos, el turrón, los polvorones…? Por más que me devano los sesos no le saco relación con tan singular celebración, pero sí recuerdo las críticas que recibieron las licencias decorativas de la anterior corporación municipal. Estéticamente, me parece un muy “hortera” incluir esta bicolor tan poco navideña en la decoración.
Segundo, cuando escribo esto l@s vecinas de la zona de la “Cañada Real”, una zona del extrarradio alejada de las celebraciones de la gran ciudad… y de los servicios, asistencias, prestaciones, promociones, llevan más de un mes sin luz por una avería que el ayuntamiento no arregla. La luz no es un lujo, es un derecho, y el Ayuntamiento de Madrid no puede hacer de ella un derroche, cuando como en años anteriores en cientos de casas no se enciende la calefacción porque no hay dinero, y no lo hay ni siquiera para comer. ¡Madrid pasa hambre! Puede sonar a demagógico, pero es una realidad que se sigue viviendo en las colas de las despensas solidarias de los barrios, ante la inacción de los servicios sociales municipales.
Según ha informado el propio Ayuntamiento, el coste del alumbrado madrileño será de 3,17 millones euros. El coste total de las banderas LED será de 153.500 euros. ¿Cuántas tripas vacías de platos vacíos se pueden alimentar con este dinero? ¿A cuántas familias necesitadas? ¿Cuantos días de frío? Este es un año fuera de lo común por la pandemia, lo lógico sería que el ayuntamiento tomase medidas fuera de lo común. Pero siguen a su aire, como si no pasara nada.
Tercero, imposible no recurrir a la memoria histórica, tan necesaria siempre, para encontrar la similitud en este tipo de exhibiciones, a pesar de los años y con una diferencia en meses, es una desagradable vuelta al desfile de la Victoria de 1939, aquella exhibición fascista del ejército sublevado para un Madrid que fue resistencia del ANTIfascismo, y que empañó la ciudad con 20.000 metros de colgaduras de trapos rojos y amarillos, además de otros cien mil trapos cosidos con los dos colores. ¡Banderas!, ¡Banderas!, ¡España!, ¿¿¿España??? Y que compartieron el mismo espacio que en esta dulce Navidad nos deleita el Sr. Almeida con sus LEDs y bombillas de colores.
Más que luces, veo sombras. ¡Madrid, qué bien te roban!
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Esta Navidad no queremos más luces que las del conocimiento.