CUSTODIOS. La tortura, un testimonio histórico

CUSTODIOS. La tortura, un testimonio histórico

Por Iñaki Alrui*. LQSomos.

Quizás antes de hablar de esta novedad editorial sea bueno hacer dos comentarios preliminares. Uno, sobre el título: es un testimonio histórico, sí, pero al mismo tiempo es un relato completamente aplicable a los tiempos actuales, es un relato vivo y real que no caduca. Dos, sobre la traducción: el autor, Periklís Korovesis, publicó este relato en primera persona en 1969, y por primera vez se traduce al castellano, ahora en 2022, una curiosidad relevante sobre el mundo editorial español, si tenemos en cuenta que desde la década de los setenta el libro estaba traducido a ocho idiomas y con decenas de ediciones por todo el planeta.

Por esto último, empiezo dando las gracias a Juan Merino, traductor, por tan excelente trabajo ¡Benditos traductores!, que rompen las fronteras y nos permiten llegar a donde nunca viajaremos o conoceremos, alzando siempre la bandera de las palabras. Un trabajo al que han dado cuerpo en papel la Fundación Anselmo Lorenzo y El Garaje Ediciones.

Va de torturas, ya lo dice el título, y es una narración en primera persona. Retrocedemos en el tiempo hacia la década de los años sesenta, para situarnos en ese rincón mágico del Mediterráneo que es Grecia. Y retomamos la historia de aquellos años en los que Grecia, tras librarse de la ocupación alemana, vivió una guerra civil creada por el decadente imperio británico y los emergentes EEUU contra el Ejército Popular de Liberación Nacional (ELAS), brazo de resistencia del Frente de Liberación Nacional Griego (EAM). Después vendría la CIA con sus artes manipuladoras para impedir que la voz del pueblo tomara el poder de forma democrática (lo hicieron por toda Europa, son los enemigos de la democracia) y entre estados de emergencia y diversos gobiernos, llegó la dictadura de la Junta de los Coroneles.

La Junta, siguiendo el guion de cualquier dictadura que se precie, convirtió en sospechosa a más de la mitad de la población griega; para eso siempre sobran motivos, y si no los hay, siempre queda un “por si acaso”.

Uno de esos sospechosos fue nuestro autor, Periklís Korovesis.

La narración de Periklís arranca con su detención, que irrumpe en esa normalidad que tomamos por vida, y que nos hace pasar de lo cotidiano a una historia de terror que no podemos imaginar, que incluso creemos que no existe.
Y Periklís inicia un monólogo, como si de una obra de teatro se tratase: él es el actor, el lector sigue la historia desde su butaca, es el público. Y en ese monólogo vemos a Periklís hablándonos de frente, mirando de reojo a los verdugos, cargado de sudor y miedo ante el siguiente acto, dolorido y destrozado, arrastrándose en busca de un minuto de paz. Y ahí el lector, el público que recibe el monólogo, se revuelve en la butaca, se incomoda, le cuesta estar indiferente, siente que cada detalle que oye duele, que cada palabra sangra, y tiene miedo de pensar que será lo siguiente cuando pase la página.

Pero ¡tranquilidad!, es un libro. Eso sí, un libro que te mete dentro y te hace compañero de Periklís y, ya que hacíamos la analogía con el teatro, pues también entras en los escenarios, en las habitaciones, subes a la azotea, bajas a las celdas, entras en la cárcel, ves la luz, sientes los olores y también te gustaría gritar. La vivencia del autor la haces tuya, quieras o no estás metido en la historia, el monólogo atrapa y es imposible permanecer indiferente.

Pero este libro tiene más valores. Si narrar las torturas sufridas es un reto difícil, describir a los verdugos no lo es menos. Y esa es otra de las virtudes del libro: la forma en que nuestro autor describe a los torturadores, los profesionales del terror en su lado humano, camuflados como ciudadanos corrientes que reciben órdenes de sus jefes, que a su vez reciben órdenes también. Funcionarios del “mal” que después de su jornada laboral abrazan a su familia y disfrutan de un partido de fútbol en el sofá de su casa. Parecen normales, pero no lo son, son torturadores, es un “trabajo” que no puede ni desea hacer cualquiera.

Y todo esto ocurría tras siete años de Junta, en medio de una sociedad que aparentaba ser normal, como en todas las dictaduras, con su prensa diaria (hablando de lo que tiene que hablar), sus fábricas produciendo (sin huelgas ni protestas), y su población… ya sabemos eso de “No te metas en política” para vivir feliz. En la última parte del libro nuestro ángulo de visión se amplía y pasamos de centrarnos únicamente en el autor, a conocer su entorno cercano, una descripción en la que la tortura es siempre el eje de rotación.

Es curioso querer dar unas pinceladas de un libro tan pequeño —de hecho está en una colección de “Breves”— y toparse con dificultades para resumir o sintetizar una obra que se hace inmensamente grande, que rebasa sus escasas páginas por la explosión de la historia, la fuerza de la narración y las inevitables similitudes con el presente en cuanto a la tortura.
Tortura normalizada en las series de televisión o largometrajes para encontrar la supuesta verdad y castigar a los “malos”, tortura como razón de estado, tortura por nuestra “seguridad”. Tortura que ahora mismo, mientras leen estas líneas, estarán ejecutando en decenas de rincones del mundo, puede que incluso al lado de su casa, con toda la normalidad con que la vivió Periklís en 1967.

Lean, lean CUSTODIOS. La tortura, un testimonio histórico, porque a pesar de la real crudeza, al final del camino surge este libro, la voz del torturado que sobrevive para contarlo, y esa es la gran victoria: gritar a los cuatro vientos que sigue en el camino, que no ha sido derrotado y que vuelve a ver las utopías en el horizonte.

El autor

Periklís Korovesis (1941, Argostoli – 2020, Atenas). Estudió teatro con Dimitris Rodiris, semiótica con Roland Barthes y asistió a clases con Pierre Vidal Naquet en París. Desde temprana edad participó activamente en el movimiento democrático militante de izquierda en la Grecia de posguerra. Durante la dictadura de la Junta de Coroneles (1967-1974) fue detenido y encarcelado, posteriormente exiliado.

El testimonio de su experiencia personal –que esta edición traduce al castellano por vez primera– fue decisivo para la presentación de cargos contra el régimen dictatorial en el Consejo de Europa y para que la denuncia del sadismo del régimen rebasase las fronteras del país. En 2007 fue elegido diputado por Atenas por la Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA).
Blog personal de Korovesis, clic aquí

La “ficha”

CUSTODIOS. La tortura, un testimonio histórico. Autor: Periklís Korovesis.
Traducción: Juan Merino. Edición: FAL-Aranjuez  – El Garaje Ediciones. Colección Breves.
Diseño de portada: Alejandro Pacheco. 132 páginas. Formato: 12 x 16 cms.
ISBN: 978-84-124123-6-9. Precio: 12 euros

* Miembro del Colectivo LoQueSomos. Otras notas del autor
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