El arte de desmonopolizar
Desmonopolizar el “mercado audiovisual” es una audacia de valor histórico mundial. Sin exageraciones. La “Ley de Medios”, o Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, como es su nombre oficial, en Argentina, ha abierto espacios de análisis y acción trascendentales. Pero, especialmente, dejó en claro que proclamar una ley no implica su cumplimiento inmediato, que una guerra de intereses puede paralizar incluso las más “nobles intenciones”. Dejó en claro que los argumentos legales exigen argumentos y acciones políticos, movilizados desde las bases. Exhibió el repertorio de trampas, elusiones, falsedades y escapismos que un sector oligarca como el “Grupo Clarín” puede ensayar con impunidad e impudicia a mansalva. Mostró con crudeza que el escenario de la lucha de clases y Argentina ha ganado gran una batalla para la etapa actual democratizadora de la “comunicación” y sólo tendrá valor si se la profundiza de inmediato y abiertamente. El “malestar” oligarca tenderá a empeorar y la necedad del monopolio “Clarín” no se extinguirá sólo porque la ley lo ordene. El desafío no es sólo “local” y no alcanza con las leyes para transformar al mundo.
El reloj jurídico activó al reloj cultural. No hay tiempo que perder, Clarín debe acatar la ley y eso, ni con mucho, es lo más difícil de la tarea que se ratifica por el fallo de la Corte, no exento de amenazas de una ofensiva embriagada con obviedades burguesas, intoxicada con odio y viciada de origen por la ira de un sector oligarca acostumbrado a reinar a sus anchas. No debe subestimarse la ofensiva oligarca porque no se trata, sólo, de una pataleta localista cargada con histrionismo de clase y melancolías aristócratas. Se trata, también, de una operación golpista internacional que tiene en el grupo Clarín uno de sus mascarones de proa favoritos. Eso es un problema se seguridad nacional y regional aunque muchos se empeñan en no verlo.
Es imprescindible encender alertas y activarse en dos frentes generales, inmediatos, en materia de defensa y en materia de ofensiva cultural transformadora. En simultáneo. Está a la vista el respaldo “patotero” del grupo PRISA de España, CNN de Miami, Televisa de México, Globovisión de Venezuela, Caracol de Colombia, Mercurio de Chile, O’Globo de Brasil… en fin, la red de oligarcas mediáticos en todo el continente… y de la infaltable SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), la Red Mundial de Editores (incubada por el propio Grupo Clarín) y otra pléyade de “comunicadores” serviles a los intereses del capitalismo y de sus púlpitos mediáticos. La crema y Lanata de la estulticia golpista.
Urge una revolución semántica y estilística desde las bases. Urgen las escuelas de formación de cuadros para la comunicación emancipadora. Tenemos enfrente lo más difícil que consiste producir una agenda emancipada y emancipadora; en no repartir la semántica de los patrones ni sus estilos odiosos y remanidos. En un país atacado por algunos focos ideológicos de ínsulas chauvinistas es necesario impulsar buen frente único internacionalista que hermane la lucha argentina con las otras luchas que, en un sentido similar, están en marcha en todo un continente y buena parte del mundo. Bien vendría romper todo sectarismo apoyándonos en un Frente Único, rico y muy activo que defienda ésta y otras “Leyes de Medios” para seguir superando el desastre creado por el capitalismo y sus “medios”. Bien vendría ser capaces de acompañar a los que ya están en lucha, sumando otras luchas, para que el extraordinario contenido político ganado desde abajo, y desde la Historia del pueblo argentino, para la “Ley de Medios”, se multiplique y enriquezca.