El Derecho de Autodeterminación, Pi y Margall y La Rioja

El Derecho de Autodeterminación, Pi y Margall y La Rioja

Por Javier Sáenz Munilla*.

Cuánto nos hubiéramos ahorrado si las ideas de los republicanos federalistas hubieran podido plasmarse. Es una utopía y los federalistas tenían bastante de utópicos. El propio Pi y Margall, seguidor, estudioso y difusor de las ideas de Proudhon, llegando a traducir al español “El principio federativo” y “La filosofía del progreso”

Imagino a mi antepasado Patricio Sáenz Lorente, esperando inquieto, quizá apocado, aunque esta rama de los Sáenz siempre hemos sido bastante echados p’alante, mientras su líder político más querido, Don Francisco Pi y Margall, escribía y firmaba la dedicatoria, que aún se conserva, algo deslavada, en la esquina derecha del documento de propaganda del Partido Republicano Federal, que publico adjunto: “Saludo a mi querido amigo y correligionario que lucha por la República Federal” y la firma “Fr. Pi y Margall”, con su rúbrica. Abajo, el sello del Comité Federal de Calahorra.

Eso debió suceder allá por los primeros días de Junio del año de 1883, posiblemente en el Casino Republicano, quizá en el Teatro de Calahorra; por supuesto que no en el Círculo Jaimista, ante el que los republicanos federales gustaban de cantar: “Salmerón en el Congreso/ ha puesto una barbería/ para cortarles el cuello/ a toda la clerecía”

Pi y Margall llegó probablemente a Calahorra de paso, tras participar en Zaragoza en la Asamblea Federal, en la que fue aprobado el proyecto de Constitución de la República Democrática Federal Española, cuyo texto íntegro se publica en el documento que dedicó a mi pariente.

Pi y Margall tuvo que batallar en esa Asamblea, con algunos líderes federalistas, como es el caso del militar de artillería Serafín Olave Díez, afincado precisamente en la ciudad riojana, donde falleció, por su matrimonio con la calagurritana Valentina Velasco y de la Cambra.

Olave, sevillano de origen navarro era un militar de cierto prestigio. Participó en la toma de Estella en la III Guerra Carlista, en la guerra de Cuba y en la expedición franco-española a la Conchinchina. Mantenía posiciones radicales dentro del Partido Republicano Democrático Federal y apoyó la sublevación cantonal de Cartagena, a la que Pi y Margall debió enfrentarse como miembro del gobierno y después Presidente de la Primera República. Este militar defendía la incorporación libre a la República Federal Española, como estado autodeterminado, de los territorios de Rioja, Vascongadas, Navarra y la Sexta Merindad, como se denominaba a la Baja Navarra francesa. Su enfrentamiento con Pi y Margall se produjo porque Olave propugnaba la conciliación del federalismo con el régimen foral, mientras que Pi y Margall se pronunciaba por la igualdad entre todos los territorios federados, eso sí, de forma voluntaria, con el uso del derecho de decisión o de autodeterminación.

Estados que componen la República federal según el proyecto de 1873

Derecho de autodeterminación

Cuánto nos hubiéramos ahorrado si las ideas de los republicanos federalistas hubieran podido plasmarse. Es una utopía y los federalistas tenían bastante de utópicos. El propio Pi y Margall, seguidor, estudioso y difusor de las ideas de Proudhon, llegando a traducir al español “El principio federativo” y “La filosofía del progreso” y como tal uno de los introductores del ideario anarquista en España.

En la Constitución de la República Democrática y Federal que tengo en mis manos con esa valiosa dedicatoria, se consagra claramente el derecho de autodeterminación de todos los territorios. Así, proclama que: “Las Regiones A, B, C, D, Estados soberanos, declaran, en uso de su autonomía, que quieren formar parte de la federación española, bajo las condiciones escritas en el siguiente Pacto o CONSTITUCIÓN FEDERAL.

Y dice su artículo 4º: “Garantiza igualmente la Federación la autonomía de los municipios tal como viene determinada en las respectivas constituciones regionales; la autonomía de la regiones ya se compongan de una o de varias de las actuales provincias, sin otro límite que el impuesto por ellas mismas en la presente constitución…”.

El Estado Riojano

Pi y Margall defendió con vehemencia en la Asamblea de Zaragoza que los pequeños territorios pudieran también autodeterminarse. “Y que dentro de la federación pierde mucho su importancia la cuestión de si han de ser pequeñas o grandes las naciones. ¿Quién ha de poner en duda? Para la federación lo mismo que da subsistir en paz imperios tan grandes como el de Rusia, que repúblicas tan pequeñas como la de Suiza”.

En aquellos tiempos, en La Rioja, se vivía un claro ambiente federalista. La Constitución Federal del Estado Riojano fue aprobada en Haro el 23 de abril de 1883 y así se llevó a la Asamblea de Zaragoza. Era entonces un riojano, Práxedes Mateo Sagasta, Presidente del Consejo de Ministros y rey, Alfonso XII. La proclamación retórica de la República Riojana siguió a varios levantamientos populares en Calahorra, Haro, Logroño y en Santo Domingo de la Calzada se produjo un pronunciamiento republicano en el Regimiento “Numancia”, encabezado por el teniente Cebrián, con galones de coronel y con la promesa a los sargentos de otorgarles el grado de capitán si le seguían. Avanzaron hacia Soria, pero el cuartelazo acabó con la muerte de Cebrián por un disparo de uno de sus soldados y cuatro sargentos fusilados en las tapias del cementerio calceatense.

Decía la Constitución Republicana Federal del Estado Riojano, en su artículo 1º: ” La Región riojana es uno de los Estados soberanos de la Federación Española”. Y en su artículo 84: “La Región riojana se reserva el derecho de unirse, si conviniera a sus intereses, a otro Estado de la Federación Española”, reservando así la posibilidad de una confederación con Navarra, dados los vínculos históricos con el viejo reino de parte del territorio riojano.

Utopías del pasado que, repito, de plasmarse nos hubieran ahorrado guerras y otros dolores de cabeza. Soñador que soy, quizá como mi antepasado Patricio, mi sueño es la Confederación de Repúblicas Ibéricas. Resolvería unos cuantos problemas; algunos de los que España arrastra desde hace más de 200 años, por lo menos. Como arrastramos la pesada y onerosa carga de los Borbones.

¡Por el Derecho a decidir!

* Periodista y analista internacional. Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @pepitorias
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2 thoughts on “El Derecho de Autodeterminación, Pi y Margall y La Rioja

  1. Me rectifica un paisano amigo que las desavenencias entre Pi y Margall y Olave más que por el foralismo fueron por la confesionalidad religiosa del Navarro. La Constitucion Republicana Federalista era bastante anticlerical, como lo era el movimiento republicano en esa época en toda España

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