El Excremento del Diablo mata a los indios osages
Por Nònimo Lustre.
Estas notas versan sobre una característica de la riqueza material de los amerindios: cuando les llega por casualidad -por ejemplo, en forma de petróleo-, despierta la envidia de los blancos anglosajones, sádicos invasores que acaban por robarles e incluso intentar exterminarles.
Una pizca de Etnohistoria: la Nación Osage es un pueblo indígena propio de las Great Plains o Grandes Llanuras -el Midwestern. Como pueblo, alrededor de 700 a.n.e .creció en los valles de los ríos Ohio y Mississippi. “Osage” es un galicismo inspirado torpemente en el auténtico etnónimo amerindio: “aguas medias”.
El siempre menguante territorio de los Osages
La etnohistoria osage está publicada en numerosos estudios fácilmente asequibles en internet. Por ejemplo, es bien sabido que los Osage lucharon al lado de los franceses durante la Guerra de los Siete Años -o guerra Franco-India, mal llamada así porque fue una guerra británico-francesa. Y es que, al parecer de las fuentes actuales (¿), el pueblo Osage no era amigo de los españoles ni de los británicos porque ambos ejércitos respetaban la cultura osage mucho menos que las tropas francesas. El Tratado Osage-EEUU de 1825, establecía una zona de amortiguamiento (buffer zone), ancha de 25 millas y larga de 50, entre las aldeas osage y la frontera del Missouri. Cláusulas que perdieron sentido cuando comenzó la guerrea Osage-Cherokee; en Pasuga, una de sus batallas, 14 ancianos osage y 69 mujeres osage fueron asesinadas. Y más de 100 niños osage fueron secuestrados -y desaparecidos para siempre.
En estas notas, sólo mencionaremos un detalle cromático: que este pueblo amerindio ‘piel roja’, sólo utiliza los cuatro colores (negro, azul, rojo y amarillo) que les fueron entregados por el Cangrejo de Río, uno de sus Héroes Fundacionales.
2016-2023: el ataque de The New Yorker y de Hollywood
En 2016, Grann publica el largo reportaje que sintetiza sus estudios sobre los asesinatos que sufrió el pueblo Osage cuando se supo que el inhóspito territorio al que les habían deportado, contenía petróleo (cf. Grann, David. 2016. Killers of the Flower Moon: the Osage murders and the birth of the FBI. Doubleday, New York)2017. Primera edición en castellano del gran reportaje Los Asesinos de la Luna de Las Flores: Los Crímenes En La Nación Osage Y El Nacimiento del FBI -título que será mutilado varias veces
Mayo 2023: en el Festival de Cannes se proyecta Los asesinos de la luna, película dirigida por Martin Scorsese -con ese título mutilado, se estrenará en España el 20.X.2023. Por cierto, en Oklahoma, Estado donde se perpetró el genocidio de los Osages, está prohibida desde 2021 por orden de la House Bill 1775.
[La trama de este film tiene un claro antecedente cinematográfico: la película Mississippi Burning (Arde Mississppi en España) dirigida por Alan Parker en 1988. Argumento: en 1964, en un pueblo sureño de los EEUU, donde el Ku Klux Klan reivindica violentamente la supremacía blanca, tres activistas defensores de los derechos humanos desaparecen sin dejar rastro. Dos agentes del FBI, de caracteres muy diferentes, se harán cargo de la investigación]
Como acabamos de ver, en los títulos del libro y del film, notamos un cierto escamoteo del porqué de las flores e incluso de la Luna -un tema menor pero significativo del gran Poder que, sobre cualquier topos susceptible de mercantilización tienen los amos de la cultura popular gringa. Grann nos lo explica florísticamente en la primera página de su obra: “En abril, millones de florecillas aparecen en el territorio que el pueblo Osage defiende en Oklahoma. Son las conocidas como Johnny-jump-ups (Johnny saltarín), spring beauties y little bluets. Pero, en mayo, son sustituidas por flores de superior tamaño que, quitándoles el sol y el agua, las extinguen y las entierran. Son las spiderworts y las black-eyed Susans (margarita amarilla, Rudbeckia spp., ojo de Venus, ojo de pájaro y ojo de poeta) Otras flores invasoras son las Tradescantia (flor de Santa Lucía, amor de hombre) y el pensamiento salvaje (Viola tricolor) Por ello, los Osages se refieren al mes de mayo como el mes de las flower-killing moon”.
Hollywood: el antecedente perdido
Un siglo antes que Killers of the Flower Moon, la película Tragedies of the Osage Hills (enero 1926; coproducida por el hotelero Frank L. Thompson) fue calificada como ‘The Most Sensational Picture of the Age’. Su director y coproductor, James Young Deer, el primer cineasta indígena, sufrió docenas de escándalos -tantos que tuvo que pasar el resto de su vida escondiendo su identidad.James Young Deer (de pie) con su esposa Red Wing en un cortometraje de 1910, 16 años antes del estreno de su obra perdida: Tragedies of the Osage Hills.
Tragedies… fue filmada en 8.000 pies (= 80 minutos), sus figurantes fueron amerindios -un suelto publicitario pregonaba “Hundreds of Real Indians”-, incluyendo como protagonista en el papel de la Princesa Flower, a Lillian A. King, del clan Winnebago de Nebraska y esposa de Young Deer. Pero, en plena ola genocida, su argumento fue inverosímil pues quería representar, protegida por la bandera de USA, la amistad entre indígenas e invasores y ladrones del petróleo. Con cierta razón, los periódicos recomendaron a los locales su asistencia. Sin embargo, en septiembre 1926, el director rompió con Thompson acusándole de haber secuestrado las 5 copias del film. Cuatro meses después, el coproductor murió y de esas copias nunca más se supo.
Por su parte, Young Deer fue un (casi) magnate de Hollywood, especialmente en 1910-1912, cuando los personajes amerindios “caían simpáticos”. Su esposa, caracterizada como la Princess Red Wing, protagonizó en 1914 el clásico The Squaw Man, el primer largometraje ‘amerindio’ dirigido por Oscar C. Apfel y Cecil B. DeMille. Pero no todo en su curriculum y menos en su genealogía eran ciertos: de hecho, nació en 1878 como James Young Johnson en el seno de la comunidad tripartita de los Moors of Delaware que incluía desde los indígenas Nanticote hasta negros y blancos paupérrimos.
En 1898, se enroló como marine y luchó a su costado en la guerra de Cuba. Como colored person, padeció el racismo de los oficiales… hasta que, acusado de insolencia, fue condenado a pan y agua. Young Deer-Johnson, juró no volver a la Navy, minimizó su herencia afroamericana y optó por ser ‘indio’. En 1909, D.W. Griffith, le contrató junto a su esposa -aparecen actuando y como technical advisers-, en dos de sus películas ‘del Oeste’: The Mended Lute y The Indian Runner’s Romance. Como director, su primera película fue White Fawn’s Devotion: A Play Acted by a Tribe of Red Indians in America (Pathé, junio 1910)
En mayo 1913, ocho años después del Roscoe Fatty Arbuckle affair, Deer-Johnson se vio inmerso en un escándalo sexual gracias a las sucias maniobras de W.R. Hearst. Deer se exilió en Reino Unido donde trabajó como director y como guionista en la empresa British Colonial and Kinematograph Co. De regreso en EEUU, peleó con su esposa, con los estudios de cine y hasta con sus trabajadores. Así que huyó a Glasgow donde se hizo una figura anglosajona pasando a llamarse Edward R. Gordon y, luego, James Gordon Youngdeer. Una vez más, regresó a California y Oklahoma donde firmó The Unknown Man, estrenada en Pawhuska (capital osage, cf. supra) en 1925 y, asimismo, desaparecida –fatum que parece perseguir a las películas sobre petróleo y los Osages. Exactamente, tal fue el caso de Tragedies…, filmada en el volátil nitrato, desapareció para siempre. Young Deer se retiró a Nueva York donde murió de cáncer de estómago el 06.IV.1946.
Resumen de Grann, monumentos a los Osage y petróleoChief Claremore (?–¿1828, 1835 o 1839?), último jefe hereditario de una aldea osage de unos 2,000 o 3,000 habitantes. Estatua diseñada por John Free, artista osage, ex congresista por su pueblo y descendiente del Chief ClaremoreEstudio fotográfico, 1924: retrato del Chief Bacon Rind, Cacique de los Osage. Testificó ante el Congreso USA que “los blancos nos han arrojado a la parte más inhóspita de los EEUU creyendo que moriríamos entre las rocas peladas. Pero, ahora que las piedras valen millones de dólares, todos quieren venir y llevarse parte de nuestro dinero”. En 1926, declaró: “Aunque hay hombres blancos honestos, son poquísimos”.
Estudio fotográfico, 1924: retrato del Chief Bacon Rind, Cacique de los Osage. Testificó ante el Congreso USA que “los blancos nos han arrojado a la parte más inhóspita de los EEUU creyendo que moriríamos entre las rocas peladas. Pero, ahora que las piedras valen millones de dólares, todos quieren venir y llevarse parte de nuestro dinero”. En 1926, declaró: “Aunque hay hombres blancos honestos, son poquísimos”.
En su seminal crónica, Grann escribe que “a principios de los 1870’s, los Osage fueron deportados desde Kansas hasta una reservation en el noreste de Oklahoma, justo en un terreno rocoso, supuestamente baldío, pero en el que, pocas décadas después, ¡se encontraron grandes yacimientos de petróleo! Pero, para obtener ese petróleo, los prospectores tenían que pagar tasas y royalties a los Osage. Huelga añadir que ello condujo a una conspiración de todos los intrusos blancos para articular una solución final contra los Osage -en sus ruedas de prensa para presentar su película, Scorsese insistía en que los genocidas activos fueron todos los blancos.
A principios del siglo XX, cada persona en la nómina tribal comenzó a recibir un suculento cheque que, a medida que se descubría más petróleo, pasó de ser un puñado de moneditas hasta los miles e incluso millones de US dólares. Limitándonos al año 1923, los Osage recibieron más de 30 millones -equivalente hoy a 400 millones- y pasaron a ser considerados como “el pueblo más rico del mundo”. Por ejemplo, Outlook, una revista de Nueva York, exclamó: “Para gran envidia del resto de los americanos, los indios, en lugar de hambruna hasta morir, disfrutan de una paga regular que les convierte en banqueros ecológicos (bankers green)
El público gringo estaba transfigurado por una insólita prosperidad tribal que desmentía la imagen del brutal encontronazo de los primeros contactos -pecado original del que nacieron los EEUU. Los plumillas de la prensa hipnotizaban a sus lectores con anécdotas y definiciones de los “plutocráticos OIsage” y de los “pieles rojas millonarios“, con sus mansiones de adobe y ladrillo, con sus anillos de diamantes, sus abrigos de piel y sus autos con chóferes. Uno de estos escribidores se maravillaba de que “las jóvenes osage, vestidas a la moda de París, eran conocidas como las très jolies demoiselles que estudiaban en los mejores internados”.
De los ‘indios salvajes’, se pasó a describir cómo “un ruedo de autos carísimos estacionaba alrededor de la fogata comunal donde, sus broncíneos y luminosos ponchos, cocinaban la carne siguiendo el ‘estilo primitivo’. Otra gacetilla, documentaba que algunos Osage llegaban a las ceremonias ‘en avión privado’ (falso) El Washington Star llegó a proponer que se olvidara el viejo lamento del “poor Indian” y se sustituyera por el más apropiado ‘el piel roja millonario’”.
A la postre, meticulosa y archi-documentadamente, Grann nos describe en su excelente crónica cómo los blancos que se habían incrustado en la reserva osage, se confabularon para exterminar a esos amerindios, robarles sus títulos de propiedad y, en definitiva, hacerse con las cuantiosas rentas del petróleo que tantas envidias y maledicencias despertaban en todos los EEUU.
La diarrea del Diablo: En Venezuela, país escandalosamente carburífero, el petróleo es denominado Excremento del Diablo. Entre los Osage, tras no menos de 60 asesinados sobre una población total que no llegaba a los 10.000 indígenas Osage, con mayor razón podrán asegurar que el Diablo también evacuó mefíticamente en su territorio.
1917, mapa de las concesiones petrolíferas en territorio osage.
“La maldición del petróleo sobre los indios Osage”. 06.I.1629.
En 1897, se descubrió que había petróleo en la Osage Indian Reservation -hoy, Osage County, Oklahoma. En 1904, en la pequeña ciudad de Avant, brotó de la primera torre de perforación (derrick) y así fue publicado en los periódicos locales Avant Hustler y en el Osage County Hustler -quienes, en 1905, también registraron la llegada del ferrocarril. En 1911, los Osage cercanos a los derricks ascendían a unas 600 almas. Pero, en los años 1920’s, su capital, Pawhuska llegaba a los 8.000 residentes.
The Osage Journal. Pawhuska,
Okla, vol. 14, nº 23, 19 XII 1922
A principios del siglo XX, las calles de Pawhuska estaban alborotadas por una febril multitud de cowboys, buscadores de fortuna, contrabandistas de alcohol, adivinos, chamanes, delincuentes, alguaciles, financieros de Nueva York y magnates del petróleo. Durante la ‘fiebre del petróleo’, en la micro-capital osage hubo restaurants -publicitados como cafés-, teatros de ópera y canchas de polo y Santa Claus… hasta que, el 24.V.1921, Mollie Burkhart, comenzó a sospechar que algo siniestro estaba afectando a su familia. Esta osage no era tan rica como la mayoría de sus vecinos pero, aun así, había construido en Gray Horse una lujosa mansión de madera, poseía varios autos y pagaba a un equipo de braceros mexicanos y negros -a quienes los colonos insultaban llamándoles indios lameculos (Indians’ pot-lickers) En efecto, la señora Burkhart tenía motivos para sospechar pues había comenzado el genocidio contra los Osage que poseyeran títulos ‘petrolíferos’ -como ya hemos escrito, un crimen imprescriptible materializado en el asesinato coordinado y cuasi-impune, de unos sesenta amerindios Osage.
Hoy, solamente una docena de las 326 reservations indígenas que sobreviven en los EEUU producen algo de petróleo -poco, concretamente, sólo un 3% de la producción nacional; entre ellas, las más rentables son las de Fort Berthold y Fort Peck.
– Imagen de portada: Años 1860’s, George Catlin retrata a los Osage de antaño.
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