El festival de la isla de Wight injustamente olvidado
Por Mariano Muniesa
No, no nos referimos en esta ocasión al mítico Wight’70 de Jimi Hendrix y The Doors. Un año antes, y apenas dos semanas después de la epopeya de Woodstock, la isla de Wight acogió un evento que estuvo lejos de ser igual de multitudinario, pero que contó con excelentes bandas en su cartel y sobre todo, con un Bob Dylan que reaparecía tras tres años alejado de los escenarios
55 años de Wight’69: la bofetada de Bob Dylan a Woodstock
El verano del año 1969 fue sumamente prolífico en acontecimientos musicales que se han convertido en auténticos hitos de la historia de nuestra música: el regreso a la carretera de los Rolling Stones tras la muerte de Brian Jones en su mítica gira americana que por desgracia terminó con la tragedia de Altamont, los históricos conciertos de Pink Floyd y Blind Faith en los shows de Hyde Park, así como evidentemente, el festival de Woodstock.
Sin embargo, y al menos en mi opinión de manera inexplicable, en la historiografía del rock nunca se ha puesto en valor, con toda seguridad ante la trascendencia que alcanzó la edición de 1970, el Festival de la Isla de Wight de ese mismo año, 1969, que ofreció un cartel que obviamente no podía competir con el de Woodstock, pero que en modo alguno se le quedaba corto. Y de hecho, logró dos hitos con los que Michael Lang no pudo competir, sin que ello suponga demérito para lo que se vivió en agosto de 1969 en la Costa Este americana y lo que significó para la historia de la cultura popular contemporánea. Pero así es la historia, y así debemos contarla.
Pongamos en contexto la situación para una mejor comprensión de lo que significó Wight’69. La primera edición de este festival tuvo lugar, como las que le siguieron, el último fin de semana de agosto de 1968, aprovechando la cercanía de un día festivo tradicional en Gran Bretaña. Aquella primera edición fue un evento relativamente discreto, que duró desde el sábado por la tarde hasta el domingo por la mañana, y atrajo a unas 15.000 personas con un cartel variado y sumamente heterogéneo. Grupos prácticamente desconocidos como Plastic Penny, The Mirage Blonde on Blonde, los Retaliation de Ansley Dunbar, Halcyon Order, Smile -con Chris Spedding a la guitarra- y unos todavía emergentes Fairport Convention abrieron el evento, mientras que The Pretty Things, The Move y The Crazy World of Arthur Brown junto con Tyrannosaurus Rex, que en ese momento no se había pasado a la música eléctrica ni había acortado su nombre a T-Rex siguieron dando paso a Jefferson Airplane, que cerraron aquella primera edición.
El concierto dejó en taquilla una sustanciosa cantidad, lo cual llevó a sus organizadores a redoblar la apuesta para la siguiente edición. El festival de 1969 fue de otra liga, un evento de dos días que tuvo lugar solo unas semanas después de Woodstock y en el que sus organizadores se apuntaron un tanto que poca gente ha olvidado. Bob Dylan, que vivía escasamente a 20 minutos en coche de los terrenos en los que se celebraba el festival, se negó a aceptar la oferta de Michael Lang para tocar allí, según se sabe porque “no le gustaba toda la porquería y la hipocresía del movimiento hippie”. Sin embargo, dijo sí, sabiendo que tocaba ante un público similar al de Woodstock y con un cartel parecido, añadiendo 9 horas de vuelo intercontinental, a los organizadores de Wight’69. ¿Misterios de la historia del rock´n´roll?
En cuanto se anunció que Bob Dylan & The Band habían confirmado su presencia en la edición 69 de Wight, obviamente cayó sobre sus organizadores una catarata incesante de ofertas y de propuestas de grandes bandas, alguna de ellas incluso de mayor poder de convocatoria que el propio Dylan, que la organización del evento inteligentemente rechazó, siendo conscientes -contrariamente a como ocurrió en 1970- de que aún no estaban organizativamente hablando lo suficientemente preparados como para afrontar un evento de semejante magnitud.
Los días 30 y 31 de agosto de 1969 se celebró la segunda edición del Festival de la Isla de Wight, cuyo cartel quedó conformado el primer día de la siguiente manera: Blodwyn Pig, los infravalorados Eclection, Family, Fat Mattress, Free, The Nice, Tom Paxton, The Moody Blues, Pentangle y King Crimson, unas semanas después de su aparición en Hyde Park con los Rolling Stones, protagonizaron este primer día de Wight’69. En el segundo día, el 31 de agosto, actuaron en el escenario de Wight Third Eard Band, Liverpool Scene, Gary Farr, Julie Feli, Pentangle, Tom Paxton, Richie Havens, Joe Cocker, The Who -estos dos últimos participantes también en Woodstock- y finalmente, Bob Dylan con The Band. 150.000 personas acudieron al festival, superando las 100.000 de la edición de 1968, lo cual, más allá del tirón mediático que suponía la presencia de Bob Dylan, representaba la consolidación de un evento que hacía presagiar que Wight se podría convertir en un evento que atrajera a auténticas multitudes a la isla cada año para transformar la localidad en un foco de atracción turística basada en el festival que dejara suculentos beneficios a todo el comercio y la economía local.
Dylan se mostró inicialmente reacio a realizar su concierto de regreso en la poco conocida Isla de Wight. Después de semanas de negociaciones, los hermanos Foulk, organizadores del evento, le mostraron un cortometraje acerca del patrimonio cultural y literario de la isla; esto apeló a la sensibilidad artística de Dylan, ya que estaba entusiasmado con la idea de combinar unas vacaciones familiares con una actuación en vivo en el país de Tennyson. La familia tenía previsto viajar a Gran Bretaña, parece ser en cualquier caso en el Queen Elizabeth 2 y aún así, casi se pierde el concierto porque su hijo Jesse, se golpeó accidentalmente por la puerta de un camarote del barco y tuvo que ser hospitalizado. Dylan viajó al lugar en avión en el último minuto y hasta 15 minutos antes de comenzar su actuación, nadie pudo garantizar que llegase a tiempo y hasta se improvisó en el backstage un supuesto comunicado explicando las razones de la posible cancelación.
John Lennon, George Harrison y Ringo Starr de los Beatles, Keith Richards y Charlie Watts de los Rolling Stones, así como Jane Fonda, Françoise Hardy, Georges Moustaki, Syd Barrett, Donald Cammell y Elton John entre otros estuvieron allí para ver tocar a Dylan, que hacía en Wight’69 su primera aparición en directo desde el tristemente célebre accidente de motocicleta de 1966 que le mantuvo varios meses apartado de la actividad musical, en especial en directo. De hecho, George acabó escribiendo una canción inspirada en el evento y se la dedicó a Dylan. “Behind That Locked Door” apareció en su álbum “All Things Must Pass” como homenaje.
Dylan llegó al escenario con un traje color crema que recordaba a Hank Williams. Con el sólido y eficiente respaldo de la banda, interpretó piezas de sus reciente álbumes “Nashville Skyline” y “John Wesley Harding”, así como versiones fabulosas de himnos como “Maggie’s Farm”, “Highway 61 Revisited” y “Like a Rolling Stone”. Y triunfó a lo grande. Una actuación poco recordada de su carrera, que sin embargo fue de las más históricas de aquel momento de su trayectoria. ¿Podíamos pasarlo por alto?
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