El grito silenciado de los kukis de Manipur
Por Guadi Calvo*.
Desde principios de mayo, en el estado indio de Manipur, a unos 2.500 al sureste de Nueva Delhi, cercanos a la frontera de Bangladesh, Birmania y China, han recrudecido históricos enfrentamientos étnicos entre kukis y meiteis, que dejaron cerca de cien muertos, trescientos heridos, unos dos mil edificios destruidos, entre los que se incluyen unas treinta iglesias, y varios madires o devasthana, como se conoce a los templos hindúes, además de cientos de comercios y vehículos, mientras unas 35 mil personas se han debido desplazar, muchos de ellos hacia la vecina Birmania
La violencia se habría iniciado tras la admisión del Tribunal Superior de Manipur, por lo dispuesto por el Gobierno Estatal, de colocar a la etnia mayoritaria de los meiteis en la lista de “comunidades tribales registradas” (CTR), por lo que se les otorgará una serie de beneficios en el marco de los programas de “acción afirmativa” dispuesta por el gobierno de ultraderecha del Bharatiya Janata Party o BJP (Partido Popular Indio), que llevó al poder a Narendra Modi. Para el opositor Partido del Congreso, la violencia de Manipur fue provocada por la negligencia del gobierno.
El nuevo estatus de los meiteis, predominantemente hinduistas y que representa la mitad de los tres millones de habitantes del estado de Manipur, le permite acceder a trabajos gubernamentales y a diversas instituciones pedagógicas. Si bien las CTR, han sido históricamente víctimas de exclusión social y económica, en toda India, las nuevas disposiciones buscan revertir los largos años de discriminación, aunque se observa una notoria preferencia por las etnias de mayoría hinduista.
Para los kukis, de mayoría católica, con estas leyes el gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP), de Modi, un fundamentalista hinduista, profundiza la diferencia religiosa, a favor de los suyos. Es muy conocida la trayectoria de Modi, en ese sentido, ya que a lo largo de su carrera política, que se inicia a fines del siglo XX, ha generado, desde entonces, cientos de conflictos, particularmente contra la comunidad musulmana, provocando miles de muertos desde entonces.
En el caso particular de los kukis, estos temen que las nuevas normativas permitan que los meitei, puedan tomar tierras forestales, habitadas por las tribus cristianas durante siglos. En diferentes regiones de India, bajo el gobierno del BJP, ha sido una constante que las mayorías religiosas hagan avances sobre los derechos consuetudinarios de las minorías.
Los musulmanes indios, aproximadamente unos 200 millones de fieles, convierte al islam, en la segunda religión más numerosa del país, después del hinduismo, que tiene más de mil millones de seguidores. Por lo que Modi, impulsa cada vez con mayor fuerza el supremacismo hindú, conocido como Hindutva (hinduidad), que no conforme con la descomunal diferencia de fieles, está empeñado en que esa supremacía, termine barriendo con cualquier otra religión, que no tenga raíces hinduistas, como el shivaísmo, el smartismo, el vaisnavismo o el shaktismo. Para terminar instalando un Rashtra hindú (nación hindú).
El Estado de Manipur, con una superficie a la república de El Salvador, se encuentra enclavado en el Himalaya y ha dado a más de un dolor de cabeza a la India, ya que ese territorio estuvo en disputa, tanto, con Tailandia y Birmania, aunque con este último país la controversia se mantiene. En la guerra anglo-birmana en 1826, finalmente el Reino Unido, que gobernaba Bengala, logra arrebatar a Birmania tanto a Manipur, como a Assam, un estado vecino hacia el noreste, hoy también parte de India. Durante la Segunda Guerra Mundial, Manipur fue el escenario de numerosas batallas entre los aliados y el ejército japonés, que fue derrotado a punto de tomar la capital, Imphal, lo que los historiadores consideran un punto de inflexión en el conflicto.
Mientras India, se preparaba para la independencia de los británicos, en 1947, Manipur, se convirtió en un reino independiente, cuyo monarca, el Maharajá Prabodhchandra, en vista de los nuevos tiempos, inició un proceso de democratización, incrementado el ya histórico espíritu nacionalista, sueño que terminó en 1949, tras la invasión india, que terminaría integrándolo a la Unión India en 1956, aunque recién en 1972 alcanzaría la condición de estado.
Así todo, son más de una treintena los movimientos separatistas armados, de diferentes orígenes políticos, religiosos y étnicos, que desde 1949 siguen resistiendo la intromisión de India. La actividad de estas organizaciones por momentos esporádica, otras con mayor presencia, mantiene una guerra silenciosa contra Nueva Delhi, siendo su mayor aliciente las importantes postergaciones que sufre el estado de Manipur, que registra la tasa de desocupación más alta de todo el país. Dada esta situación es que Nueva Delhi, desde hace años, restringe el acceso a la prensa, particularmente la extranjera a Manipur.
La distribución tribal y étnica en el estado de Manipur, distingue a las comunidades meitei que habitan en los valles y en la capital estadual, la ciudad de Imphal, cuyo idioma, el lon, no solo es la lengua oficial del Estado, sino también se la considera la lingua franca, entre muchas comunidades; mientras que las zonas montañosas, son habitadas por la etnia kuki, y otras tribus menores y fuertemente marginadas. Las tribus de montaña suelen ser estigmatizadas porque se ha descubierto que frente a la pobreza a las que son abandonadas, muchos campesinos kukis, cultivan habitualmente amapola, para la elaboración del opio, pagada de manera extraordinaria por los carteles que el propio estado indio, no ha podido controlar. Al tiempo que ese estigma ha sido articulado, tanto por el gobierno estadual como central, para expulsar a los kukis y acaparar sus tierras.
Existen, sí, pequeñas áreas, donde los dos grupos kuki y meitei comunidades viven en relativa armonía. Aunque en momentos de violencia, cómo el presente, se producen importantes choques armados.
Es reconocido la crítica situación entre las dos etnias de Manipur, ya que por ejemplo los meiteis, también conocidos como pangals, cuentan con centros comerciales, centros deportivos y grandes edificios de la administración pública, escuelas y centros sanitarios, mientras que los kukis, para lo que necesiten deben trasladarse a la capital estatal.
Según diferentes fuentes, la etnia meitei, ha sido en este caso armada por el gobierno central, tras lo que iniciaron olas de saqueos, destrucción de viviendas y otras propiedades pertenecientes a los kukis, atacando también iglesias y asesinando a cualquiera que hubiera intentado detenerlos. Han llegado denuncias del interior del estado acerca de aldeas de hasta quinientos habitantes que fueron asaltadas y destruidas, trovando el ganado y quemado los graneros.
Toque de queda
Si bien el gobierno, afirma que la situación está bajo control, después de haber impuesto un riguroso toque de queda en todo el estado, el que solo es que solo se relaja, unas horas al día, para que los pobladores realicen diligencias imprescindibles, no se ha vuelto a informar en las últimas horas nuevas hechos de violencia. Mientras el corte del servicio de internet continúa y tanto el ejército, como las fuerzas paramilitares, patrullan las ciudades y pueblos más importantes del estado, con orden de abrir fuego ante el primer conato de rebelión.
El Ministro Principal (gobernador) de Manipur, reconoció que en los días en que se inició el conflicto: “turbas de rebeldes, asaltaron arsenales del gobierno, robando más de un millar de armas del personal de seguridad”. Mientras existen denuncias que justamente esas fuerzas de seguridad habían desaparecido de la escena horas antes del inicio de los choques y recién volvieron cuando todo había salido de curso. Además se denuncian faltantes de alimentos y medicamentos.
El BJP ha impuesto en cerca de tercio de los estados de la India, leyes específicas para evitar la conversión religiosa, y en vista de sus creencias impedir la matanza de vacas.
En este marco de la situación muchos políticos del estado han mencionado que la única solución para este conflicto, que algunos catalogan como un intento de limpieza étnica de la gente de las montañas (kukis), y que no se vuelva a producir es la separación en dos estados. Lo que, para el Ministro Principal de Manipur, N Biren Singh: “La integridad territorial de Manipur será protegida a toda costa”.
Mientras que los grandes medios de Delhi y Mumbai, apenas se han referido a los incidentes, que comenzaron cuando fue atacada una marcha de protesta de kukis, en el distrito montañoso de Churachandpur, para seguir silenciado su grito.
* Escritor y periodista argentino. Publicado en Línea Internacional
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