Una peli para el ‘finde’: El Nazarín de Buñuel y Galdós
Nazarín
Por Pepe Gutiérrez-Álvarez. LQSomos.
Yo, que había conocido en mi localidad otra historia de “Un loco en Cristo”, tuve que ir a París para ver esta película, Nazarín (México, 1958), adaptación de una pequeña obra de Benito Pérez Galdós que Buñuel había descubierto ya en su exilio, y sobre la cual operó, modernizándola, llevándola al México que había descrito tan magistralmente en Los olvidados (México, 1950), y a añadiéndole una visión crítica propia. Su naturalismo fue aderezado con momentos delirantes, en los que Buñuel apelaban a una dimensión poética surrealista de las historias, dentro siempre de la vida de unos personajes como el de aquel sacerdote, surgido al margen de la Iglesia instalada.
Como señalaría el propio Buñuel, el cura Nazario (Francisco Rabal en un registro insólito) es el hombre puro que busca perfección en su vida, sin asumir en ningún momento peculiaridades de su contexto, lo que se espera de él como hombre y como sacerdote, el mundo se le vuelve en contra. Aunque la historia dista poco de la que se lee en Galdós (la encontrarás en Alianza Editorial, y si no me equivoco, en la biblioteca), presenta al sacerdote viviendo junto a la gente pobre, y luchando por un futuro mejor, sin tanta injusticia. Nazarín dirige su vida hacia la pobreza, hacia el amor por y para Dios, donde piensa encontraría la paz de espíritu.
Diversas desgracias acontecidas por su falta de atención al cada día o a los “intereses creados”, le empujan a llevar una vida de peregrino, viviendo de las limosnas y ayudando a los demás con su consuelo y su ejemplo. En este trayecto va acompañado de Beatriz y Andara, dos mujeres perdidas y acuciadas por la desgracia, que encuentran en Nazarín una salida a la necesidad de explicarse el mundo y encontrar su propio lugar en él, es su esperanza, sin embargo, a los ojos de los demás se yerguen en sospechosos, de modo que al final del filme Nazarín y Andara son hechos presos y Beatriz regresa junto al hombre que la somete y de cuyo deseo ha intentado huir desde el principio…
Nazarín sigue considerada, aunque no la mejor, si la película mejor acabada de la época mexicana de Buñuel. Curiosamente, la Iglesia después de rechazarla, trató de integrarla, y el cardenal Spellman (el mismo que apoyaba incondicionalmente el nalpam norteamericano sobre el Vietnam), le concedió un premio que fue a buscar el productor ante el disgusto de Buñuel. Ulteriormente, el Vaticano la ha nominado en una selecta lista de sus películas preferidas, lo cual pone en evidencia que la historia que trata es susceptible de muy diferentes interpretaciones. La mía es que, si alguien trata de ser enteramente consecuente con los preceptos cristianos, está irremisiblemente obligado a entrar en conflicto con lo que, otro cristiano de los sesenta, Emmanuel Mournier, llamaba “el desorden establecido”.
Un mundo cada vez dividido entre una minoría cada vez más opulenta y una mayoría necesitada o condenada a la que se le niega todo, y en la que hay que reconocer personajes como Casaldáliga y otros cristianos, que creen que los últimos serán los primeros…
La pude ver en el Cinema Feaubourgt Saint Martin, justo enfrente del local de la “Quatriéme internacionale” en cuya puerta ponía “Secretariat internationale” después de un rato de conversación con Pierre Frank.
La “ficha”
Nazarín. Año: 1959. Duración: 92 min. País: México.
Reparto: Francisco Rabal, Marga López, Rita Macedo, Ignacio López Tarso, Ofelia Guilmáin,
Luis Aceves Castañeda, Noé Murayama, Rosenda Monteros.
Dirección: Luis Buñuel. Guion: Luis Buñuel, Julio Alejandro. Novela: Benito Pérez Galdós.
Música: Rodolfo Halffter. Fotografía: Gabriel Figueroa. Producciones Barbachano
⇒ Para descargarla desde RebeldeMule, clic aquí ⇐
Síguenos en redes sociales… Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Diaspora*: lqsomos@wk3.org Telegram: LoQueSomosWeb Twitter: @LQSomos Facebook: LoQueSomos Instagram: LoQueSomos