El palimpsesto de Roger Waters

El palimpsesto de Roger Waters

Por Mariano Muniesa.

El resultado es mucho más que una remasterización. Obviamente, encontramos la inevitable inyección de cinismo gestada a lo largo de medio siglo, pero los temas clave se presentan con una sensibilidad y al tiempo una renovación musical equivalente a la edad y la veteranía de Waters…

The Dark Side Of The Moon Redoux

Según se puede leer en la última edición del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, un palimpsesto –palabra o “palabro” que no es ni mucho menos de uso común, por eso me detengo a explicar sucintamente su significado- se define como un manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada sobre el que se vuelve a reescribir lo que contenía originalmente.

No se me ocurre una definición que pueda dar una idea lo más aproximada posible de lo que es esta nueva versión de “The Dark Side Of The Moon” elaborada por Roger Waters en 2023, al cumplirse 50 años de la edición de la que es para una gran parte de los fans de Pink Floyd su obra cumbre, el cenit de su talento y de su creatividad. Waters, desde hace ya mucho tiempo alejado de los que fueron sus compañeros y habiendo tomado un camino musical y vivencial muy distinto, con el derecho que le asiste como creador junto a los demás de esta obra, la reescribe adaptándola a lo que es hoy su universo musical, su actitud vital y su propia visión -¿crítica?- de ese disco que es una de las obras más unánimemente admiradas de la historia del rock, sobre todo del rock sinfónico y progresivo.

El resultado es mucho más que una remasterización. Obviamente, encontramos la inevitable inyección de cinismo gestada a lo largo de medio siglo, pero los temas clave se presentan con una sensibilidad y al tiempo una renovación musical equivalente a la edad y la veteranía de Waters, en contraste con el lanzamiento original, que demostró una comprensión de la vida, el tiempo y el horizonte de evolución musical que Pink Floyd podía afrontar en 1973 indudablemente extraordinarios, pero que también mostraba que aún dentro de su brillantez, “The Dark Side Of The Moon” mostraba al grupo como una potencialidad, como un músculo que estaba calentando para llegar a dar mucho más en un futuro a corto y medio plazo.

El disco está lleno de fragmentos de letras del álbum original, algunas regrabaciones simples en su totalidad como “Time”, así como pensamientos personales sobre la importancia de volver a revisitar el proyecto. De hecho, Waters comienza “The Dark Side of The Moon Redux” pronunciando una frase reveladora: “Los recuerdos de un hombre en su vejez… son los hechos de un hombre en su mejor momento”. Sin duda, Waters quiere poner en contexto el contenido y la orientación de esta obra, aunque también señalando hasta que punto será subjetivo e interno todo su contenido.

En un mensaje publicado junto con el nuevo álbum, Waters explica la motivación existente detrás de la idea de volver a grabar “Dark Side Of The Moon”, reconociendo el valor de las contribuciones originales de Nick Mason, Rick Wright y David Gilmour: “Cincuenta años después del lanzamiento de la grabación original de TDSOTM, me di cuenta de que los malditos belicistas no habían captado el mensaje la primera vez y pensé: “¿tal vez debería volver a grabarlo?” y decidí que era necesario. En parte como homenaje a la gran obra original que hicimos Nick, Rick, David y yo en 1973 y en parte como recordatorio de que todavía estamos en un mundo que funciona mal”.

Sin embargo, está claro que musicalmente Roger Waters nunca tuvo la intención de aprovechar el trabajo de sus antiguos compañeros de banda y su talento como intérpretes. Todo lo que aportó Richard Wright en el álbum original ha desaparecido, mientras que los riffs de blues de David Gilmour, que se elevan hacia algo que toca lo celestial, también bajan a la tierra. Pero sin embargo, todo funciona porque Waters reconoce implícitamente sus limitaciones.

Así lo explica, a la hora de volver a narrar como fue su metodología de trabajo para volver a grabar él solo un disco que cuatro hombres hicieron hace cincuenta años: “De todos modos, aunque es mi parte lo que más he trabajado (disculpas a Ernie Wise), no escribí todas y cada una de las notas. “Great Gig in The Sky” y los acordes de “Us and Them” son de Rick y ambos son, sin lugar a la menor sombra de duda, brillantes. David, Rick, Nick y yo compartimos créditos de composición musical durante el resto del álbum. Y, por supuesto, David tocó los fantásticos solos de guitarra de “Money” y “Time” en la grabación original”.

“The Dark Side of The Moon Redux” combina nostalgia, crítica social e innovación artística. Los sentimientos de Roger Waters reflejan las preocupaciones y las inquietudes de una generación que creció durante períodos de malestar social y político, cuestiones que todavía resuenan hoy. Es fascinante que Waters considere esta regrabación no sólo un acto de renovación musical sino también una declaración social y política, especialmente teniendo en cuenta los desafíos persistentes que menciona, como el belicismo, que siguen siendo una amenaza para el futuro de la humanidad.

El efecto buscado en esta readaptación de la obra original de 1973 brilla con más fuerza cuando Waters es caprichoso, cuando se concede amplias licencias, como en “The Great Gig in The Sky”. Recita aquí una correspondencia entre él y el asistente, Kendel, de su difunto amigo, el poeta y ensayista Donald Hall, cuya antología “Essays After Eighty” Waters encontró especialmente apropiada para incluirla en este experimento. Leyendo no obstante algunas reseñas de prensa musical, especialmente de la prensa norteamericana –cuyo conservadurismo en lo musical aunque no me sorprende, me apena y me está convirtiendo en un escéptico crítico hacia referentes que creía muy sólidos en lo que se refiere a credibilidad y solvencia en este ámbito, como por ejemplo Rolling Stone- no son pocas las críticas duras hacia esta revisión de “The Dark Side Of The Moon”. Se critica, hay que asumirlo, con una cierta razón que la voz de Waters no aporta coherencia a la estructura musical del álbum y en la mayoría de las críticas subyace una idea que muy probablemente harán suya muchos de los fans más puristas de Pink Floyd: que algunas cosas pueden y deben quedar sin reescribir, dando a la imaginación y a la memoria la oportunidad de hacer su trabajo.

“The Dark Side of The Moon Redux” debe escucharse, valorarse e interpretarse, al menos en mi opinión, como algo no del todo nuevo pero tampoco recalentado, como una versión 0.75, por así decirlo, de la obra original. Las comparaciones crudas con el original siempre van a ser erróneas, ya que revisar una obra maestra por un solo miembro del cuarteto que creó colectivamente el proyecto original no podrá nunca incorporar lo que el resto de la banda podría pensar o sentir musicalmente. Ahora bien, si la escucha del proyecto es desprejuiciada y con la mentalidad de 2023, créanme, no defrauda.

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