Escueta historieta picoleta
Nònimo Lustre*. LQS. Septiembre 2020
Una cadeneta de excretas engrilleta a las españoletas. Es peor que una invasión de espiroquetas. No hay rincón donde tomar soleta de una serie televisiva basada en una novela best-seller de cuyo nombre no quiero acordarme. La susodicha noveleta es contra Euskadi Ta Askatasuna; pero la censura no nos permite siquiera mencionar La satanizada Sigla. Por ello, nos vemos obligados -sólo metalingüísticamente-, a opinar sin opinar y a narrar una obsoleta historieta de la fuerza picoleta encontrada por chiripeta en una indiscreta servilleta:
Mientras interpreta Faccetta nera, bell’Abissina desde su motocicleta –no desde un coche zeta-, la regordeta picoleta que porta en la peineta una inquieta pistola Beretta, desempaqueta su metralleta Marietta. Por la absoluta endogamia de la Benemereta, es tataranieta, bisnieta y nieta del Cuerpo. Su parentela, hoy la ha ordenado que suba a una furgoneta donde se encontrará con un proxeneta experto en el uso de la palanqueta quien, sin mediar morisqueta, la dará una tarjeta. Ello sin que la papeleta encargada la comprometa, claro está.
En la isleta de una glorieta aparece la furgoneta. Bajo su apariencia de anacoreta, el chófer lleva una escopeta sin baqueta que embragueta bajo una chaqueta que le aprieta. Pero sólo es una estafeta que no llega ni a alcahueta. Así lo interpreta la coqueta picoleta cuando nota que sólo la mira las tetas. La receta en tableta del sin-careta no es ninguna cuchufleta: quiere que la Benemereta le pase unas bombas con espoleta para darles volteretas a los enemigos del planeta. “Los hay como setas… y no sólo en las cunetas”, añade.
La pizpireta sabe ahora que está ante el GAL pero no quiere meterse en dudosas pataletas. Le ofrece unos millones de pesetas pero el chuleta está sobrado de monedetas. Su cantaleta insiste en las polvoretas secretas. La picoleta saca su otra faceta y sujeta al jeta para que no se desmaye: desempaqueta la talegueta que le lleva en la gaveta, quintales de auténtica cal viva de Creta. A primera vista, el proxeneta cree que es farlopeta para ponerse a dieta. Pero, al ver que es cal, protesta que no es ningún paleta ni tiene casetas que construir.
Por ahora, no hay treta. Pero ninguna marioneta renuncia al trato. Nadie se enrabieta ni hace pedorretas. Continúa sin caretas esta charleta de pandereta. ¿Caerán el chuleta o la picoleta en la jugarreta?
NB.- No somos alcahuetas de nadie, ni españoletas ni patrietas. Si se nos malinterpreta, no será culpa nuestra. Sólo hemos querido dar escapatoria a las 554 palabras castellanas que terminan en eta y a las 7.700 que esconden eta entre sus sílabas.
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