España y la valoración errónea del pueblo saharaui
Por Mohamed Salem Ahmed Laabeid*
Traducción del árabe: Saleh Laarousi
¿Por qué el Gobierno de España muestra cada día más sus verdaderos colmillos contra el pueblo saharaui? ¿Por qué estas posiciones hostiles declaradas contra el pueblo saharaui y el Frente Polisario?
Para entender el secreto de esto, hay que hacer hablar a la historia y volver a examinar las etapas y las estaciones, porque quienes han seguido la posición española desde finales de los años sesenta del siglo pasado son conscientes de que la España Oficial nunca ha estado del lado del pueblo saharaui y de su derecho a descolonización de acuerdo con la legalidad internacional, la legitimidad internacional y las resoluciones de Naciones Unidas.
Lo único que ha hecho desde el principio hasta hoy es regatear con el pueblo saharaui e intentar beneficiarse de sus riquezas, es decir, permanecer colonizado indirectamente.
El Reino de España, a pesar de las décadas que colonizó el Sáhara Occidental, fue incapaz de conocer al pueblo saharaui, y todos sus servicios de inteligencia y centros de estudios sociales y políticos no lograron llegar a una valoración precisa de la naturaleza, el pensamiento y la Verdad de la voluntad, y los objetivos y el pilar de la fuerza del pueblo saharaui.
Su infravaloración, y su falta de conocimiento profundo y real de la naturaleza saharaui e incluso el desprecio de Sus valores, son factores que tras la reivindicación de descolonización de acuerdo con la Resolución 1514 de la Asamblea General a mediados de los años 1960, hizo que la España Oficial promoviera la idea de la partición del territorio entre Marruecos y Mauritania filtrada por la BBC británica en diciembre de 1969.
La misma valoración errónea es la que llevó a España a animar a Hassan II a reconocer Mauritania y comenzar en el mismo año a reajustar las condiciones para ocupar el Sáhara Occidental, pero Hassan II se echó atrás durante la cumbre de Nuadibú entre Boumediene, Hassan II y Mojtar Uld Daddah el 14 de septiembre de 1970, cuando los tres subrayaron la necesidad de acabar con el colonialismo español en el Sahara.
Hassan II se retractó aún más de la idea tras los intentos de golpes de estado lo de Sjerat y lo de Harmumo, y exactamente es lo que dijo a AbdeSalam Jelud, el segundo hombre en Libia, cuando le aseguró que el Sahara no era marroquí y que no estaba dispuesto a reivindicarlo.
España pensó que había puesto fin a la organización de un pequeño grupo de jóvenes revolucionarios saharauis al reprimir la manifestación de Zemla en junio 1970 y secuestrar al líder del Movimiento de la Vanguardia por la Liberación del Sahara y deportar a los otros miembros, pero la creación del Frente Popular para la Liberación de Saguia El-Hamra y Río de Oro (Polisario), fuera del ámbito del dominio español frustró sus cálculos, hecho que la hizo dedicarse a simular conspiraciones y trabajar para arrastrar a Francia y a los Estados Unidos de América, tentar y presionar hasta llegar finalmente a la persuasión del Secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, quien describió al pueblo saharaui como 25.000 o 30.000 de gente que ni siquiera sabe dónde dormir, y el presidente francés Valéry Giscard d’Estaing, que intensificaron sus visitas a Marruecos, Mauritania y Argelia, para poner en marcha el plan infernal de la gran conspiración contra el pueblo saharaui.
La primera etapa de la conspiración iniciada un año antes 1974 y finalizada el 16 de octubre de 1975
– 1974 y en una artimaña maliciosa, España anunció su intención de organizar un referéndum de autodeterminación e inició un censo de población para hacer creer a todos que cumpliría las resoluciones de Naciones Unidas
– España creó un partido político con el nombre de “Partido de Unión Nacional Saharaui” y movilizó apoyo político y financiero para Bloquear el camino al Frente Polisario, y al final lograr movilizar apoyo a la idea de partición del territorio con pretensión final de la continuidad de la presencia española.
– Así animó a Marruecos y Mauritania a solicitar a la Asamblea General de las Naciones Unidas el envío de una Misión de Investigación (ad hoc) para conocer la opinión de los habitantes del territorio y en el mismo tiempo Solicitud de una opinión consultiva del Corte Internacional de Justicia
– impulsó a los Estados Unidos de América a tomar parte activa en el asunto mediante la visita de su secretario de Estado, Henry Kissinger, a la región, principalmente a Argelia, para convencerla de aceptar el plan de partición y Francia, a través de su presidente, Valéry Giscard de Estaing, para animar a Marruecos y Mauritania a seguir adelante con el plan.
El plan fracasó:
– Henry Kissinger no logró convencer a Argelia de Boumedien , que era muy difícil que negocia o ceda en sus posiciones y principios.
– Los resultados de la visita de la Misión de Investigación de las Naciones Unidas, demostraron el consenso del pueblo saharaui sobre la opción de la independencia y que la única fuerza política dominante en la región es la del Frente Polisario.
– La aparición de datos de las deliberaciones de la Corte Internacional de Justicia sobre el expediente que dejaron claro que no sería fácil, hecho que quedó claro el 16 de octubre de 1975, con el rechazo de los argumentos de Marruecos y Mauritania y su afirmación sobre el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación basada en la Resolución 1514 de la Asamblea General de la ONU.
La segunda etapa: desde Julio de 1975 a febrero de 1976
– España maliciosamente envío una delegación del gobierno para reunirse con una delegación del Frente Polisario en Argelia a finales de julio 1975 para inspirar al Polisario el reconocimiento español. Y llegar a un acuerdo sobre el intercambio de prisioneros entre las dos partes y a un plan de compartir la administración y prepararse para entregar el territorio al Frente Polisario.
Todo esto no era más que astutas maniobras para facilitar la trama que España elabora y prepara en secreto, especialmente la plantación y provisión de espías para facilitar información sobre el Polisario.
– La implicación de España en la invasión militar mediante su apoyo con información al ejército y la inteligencia marroquí determinando las posiciones de los saharauis.
– La visita del Príncipe Heredero de España (Juan Carlos de Borbon) al Sáhara Occidental para tranquilizar con engaños a los saharauis como continuación de la falsa valoración española del pueblo saharaui y en preparación a la incursión de la Marcha Negra.
– Facilitar la invasión del territorio por parte de la Marcha Negra al territorio Nacional Saharaui el 6 de noviembre de 1975.
– Firmar los Acuerdos Tripartitos de Madrid en 14 de noviembre de 1975.
– Iniciar, a través de España, los preparativos para la implicación de la Asamblea General Saharaui en la legislación de la ocupación a través de Naciones Unidas.
– Implementación del plan de genocidio contra el pueblo saharaui bajo la dirección del ejército y los servicios de inteligencia españoles y la ejecución del ejército marroquí. Y eso está muy claro porque bajo la presencia española, se cometieron los crímenes más horrendos contra el pueblo saharaui, incluidas fosas comunes, asesinatos y enterramiento de vivos y lanzamientos desde helicópteros a finales de 1975, y los bombardeos de Um Draiga, Amgala y Tafariti, con napalm y fósforo blanco el 18, 19 y 23 de febrero de 1976, detenciones y secuestros generalizados, Patrocinado por ejecutivos españoles y marroquíes.
El plan fracasó debido a varios factores, entre ellos:
– La fuerte resistencia del pueblo saharaui y la aparición del Frente POLISARIO, como fuerza militar fuerte que no se puede ignorar o sobrepasar.
– El rechazo del pueblo saharaui a la presencia extranjera y huyó en masas y grupos hacia el este para establecer sus campamentos de refugiados en el suroeste de Argelia.
– El rechazo de la comunidad internacional a la invasión militar y la afirmación de la Asamblea General de la ONU al derecho del pueblo saharaui a la descolonización.
– El Frente Polisario, disolvió la Asamblea General Saharaui y estableció El Consejo Nacional.
– La Proclamación de la República Saharaui el 27 de febrero de 1976, para llenar el vacío administrativo dejado por La caótica salida de España.
– La defensa firme de La Organización de la Unidad Africana al derecho del pueblo saharaui a abolir el colonialismo y el comienzo del reconocimiento a la República Saharaui como estado africano y soberano.
La tercera etapa: des del 27 de febrero de 1976 hasta 1982
Durante esta fase, España trabajó para acercarse al Frente Polisario. En el marco de la política de dulces, a través del Partido Socialista Español, dentro del cual Felipe González visitó los campos, abrió una oficina para el Frente en Madrid, se acercó al máximo a los dirigentes del Frente, continuó reclutando agentes y proporcionando información de inteligencia a Marruecos y a sus aliados.
El éxito del Frente en la dominación de las acciones militares y la salida de Mauritania de la guerra, las incursiones en las ciudades del sur de marruecos y las bases de la logística militar marroquí causando la derrota militar del ejército invasor, además de los logros diplomáticos conseguidos por el pueblo saharaui, tanto a nivel de las Naciones Unidas a través de la Resolución 34/37 de la Asamblea General en 1979,como la obteniendo un importante número de reconocimientos de la República Saharaui y incorporación a la Organización de la Unidad Africana como nuevo miembro con todos los derechos de un estado. Esto, junto a otros factores acabaron con el plan, que fracasó y con la idea de eliminar al pueblo saharaui.
Periodo de 1982 a 1991
Felipe González, en su primera declaración a la prensa como jefe del gobierno español, dijo explícitamente que “la posición de su país sobre la cuestión del Sahara debe ser reconsiderada”. España, encabezada por el mismo Felipe González, que visitó los campos, comenzó a brindar apoyo militar vendiendo armas a Marruecos y firmando acuerdos de asociación, incluido el acuerdo de pesca, que luego fue transferido a la Unión Europea. España armó al ejército marroquí para luchar contra el pueblo saharaui con armas fabricadas en Rio Tinto (Huelva), y cañones fabricados en Éibar, en el País Vasco.
A finales de octubre de 1984 tuvieron lugar las primeras maniobras conjuntas de las fuerzas aéreas marroquíes y españolas, bajo el nombre de ¨Atlas 84¨; y a principios de Noviembre del mismo año, el ex ministro español de Defensa, Narcis Serra, visitó al rey Hassan II de Marruecos en Rabat y acordó reforzar las comunicaciones y maniobras conjuntas como las anteriores, y la cooperación de los ejércitos de tierra, luego el gobierno de González procedió a asediar al Polisario y expulsar a su representante en Madrid para bloquear el camino de la solidaridad popular española con los saharauis además de intentar presentar acusaciones de terrorismo contra el Frente.
España trabajó para arrastrar al Frente hacia el plan de arreglo de las Naciones Unidas. Felipe González convenció al primer ministro marroquí Azedin al-Iraqi en 1990 durante su reunión en Fez para que aceptara el Plan, proporcionando a Hassan II todas las garantías para hacer del referéndum una forma de legitimar la ocupación. Pues, en el mismo año su ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, recibió al ministro saharaui de Asuntos Exteriores, Bachir Mustafa Sayed, que es a la vez responsable de relaciones exteriores del Frente Polisario, para convencerle de que involucrar a Naciones Unidas en el expediente con la aceptación del plan permitirá al pueblo saharaui ejercer sus legítimos derechos.
La adhesión de la República Saharaui a la organización de unidad africana, el creciente reconocimiento del Estado saharaui, la ampliación del círculo de solidaridad con la lucha del pueblo saharaui, el traspaso del muro marroquí por parte del ejército saharaui y la escalada de la guerra detrás del muro, que ha causado derrotas más graves que ante antes de su construcción, fueron, junto a otros factores, los que eludieron los planes de los aliados liderados por España para esta etapa y los empujaron a prepararse para la siguiente.
La etapa de 1990 hasta diciembre de 1991
Durante el período comprendido entre 1990 y diciembre de 1991, España se encargó de contactar con los dirigentes de frente Polisario, recibió a sus delegaciones y animarles a entrar en el plan de arreglo, y tras la entrada en vigor del alto el fuego, España se puso claramente del lado de los aliados de Marruecos y apoyó la demanda de ampliar la base de la identificación de los votantes en el referéndum a partir del censo español de 1974, promoviendo que su censo no incluyera a todos los residentes.
España, también estaba detrás de la creación del llamado grupo de amigos del Sáhara Occidental, para ser miembro del mismo, aunque es la única que no es miembro permanente del Consejo de Seguridad, así implicó la Secretaría de las Naciones Unidas a través del Representante Permanente de España ante las Naciones Unidas en el periodo 1991-1996, D. Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, quien jugó las cartas más viles en los pasillos de Naciones Unidas para obstruir el referéndum.
España también abrió el expediente de jubilación de antiguos empleados en España durante su colonización del Sáhara Occidental, con el objetivo de crear una especie de desequilibrio económico entre los saharauis, golpear así la organización interna del Frente e intentar seducir a los saharauis con una vida mejor y paralelamente, parecía impulsar el expediente de recuperación de la ciudadanía española.
Las reservas del Frente sobre el plan de paz fueron fundamentales para frustrar ese otro joker de conspiración.
El periodo de febrero de 1992 hasta 1999
– España comenzó a promover la propuesta de autonomía incluso antes de que Marruecos presentara la idea y Felipe González recibió al presidente mártir, Mohamed Abdel Aziz en 1992 e intentó convencerle de que Hassan II había unido a su pueblo en torno a la cuestión del Sahara y que él no veía una salida fácil, dicho de otra manera, que busquen una solución con Marruecos, es decir, la Autonomía.
– España pasó a tener el control de la tramitación del expediente de la cuestión saharaui a nivel de Naciones Unidas a través del llamado Grupo de Amigos del Sáhara Occidental, y en la UE se consolidó como un referente de la Unión en la cuestión y en la relación con Marruecos.
– Paralelamente a su labor política maliciosa, España abrió el terreno a los representantes del frente y dirigió su trabajo hacia el apoyo humanitario. Abrió abiertamente la cuestión de la restitución de la ciudadanía y la residencia españolas, animó a los saharauis a emigrar y estaba convencida de que el objetivo del pueblo saharaui es una vida mejor y no la independencia.
–
– Y Cuánto lloró el Rey de España por la muerte de Hassan II. Y nadie olvidará su afirmación de que Mohammed VI es su sobrino y no escatimará en apoyarlo por cualquier medio. En referencia al expediente del Sáhara Occidental.
El periodo de 2000 a 2007
Cuando las Naciones Unidas publico las listas provisionales de votantes en el referéndum al principio del 2000 y Marruecos anunció su negativa a seguir en el Plan de Arreglo, la España oficial comenzó a promover la tercera solución, es decir, la autonomía, incluso antes de que Marruecos lo presentara oficialmente como propuesta, y movilizó todos sus expertos, analistas y medios de comunicación para promover el modelo español de autonomía para las provincias, destacando que era la solución adecuada a la cuestión saharaui. Para ello, intensificó su apoyo militar a Marruecos hasta el punto de venderle tanques por un precio nominal no superior a 1 euro y lo apoyó con minas antipersonas fabricadas en Zaragoza para fortalecer sus defensas y sus muros.
España trabajó a nivel de las Naciones Unidas para alentar al Consejo de Seguridad a través del llamado grupo de Amigos del Sáhara Occidental a poyar la solución de la autonomía y sitió la cuestión saharaui a nivel de la Unión Europea.
España amplió sus ofensivas contra el pueblo saharaui fomentando la inmigración, facilitando el restablecimiento de la ciudadanía española, facilitando la concesión de residencia y visados a saharauis de forma sospechosa y apoyó financieramente mediante instrucciones a todos los municipios para que apoyaran las asociaciones de amistad con el pueblo saharaui en una base meramente humanitaria.
Periodo de 2007 a 2014
Cuando Marruecos presentó oficialmente la propuesta de autonomía, la España oficial fue la primera en apoyarla y promoverla hasta el punto de traer a expertos de varios países para impulsar dicha propuesta como solución ideal para los saharauis.
Con el desarrollo y expansión del movimiento de solidaridad con el pueblo saharaui, España percibió el peligro del movimiento y coló infiltrados dentro para sabotearlo, por lo que consiguió dispersar las grandes asociaciones influyentes, principalmente en la provincia de Cataluña, el País Vasco y Andalucía, que se convirtieron en federaciones de pequeñas asociaciones, les cortaron el apoyo oficial y las convirtieron en asociaciones para recibir niños en verano y recoger un poco de ayuda humanitaria de forma voluntaria.
España también abrió sus puertas a asociaciones de traidores para bloquear el camino al Polisario y confundir la lucha del pueblo saharaui, impidió oficialmente el auto del juez español contra altos oficiales y altos funcionarios marroquíes de alto rango involucrados en crímenes de guerra y genocidio contra los saharauis, animó a otras asociaciones a presentar demandas contra líderes saharauis para impedirles poder trabajar a nivel europeo y facilitó el trabajo de la inteligencia marroquí en su territorio.
España se convirtió en atacante declarado y directo del Polisario, a veces intenta vincularlo con el terrorismo y otras moviendo el expediente del contrabando de ayuda humanitaria, y fue el enemigo más hostil contra el polisario durante el secuestro de los tres cooperantes de los Campamentos de refugiados en el 2010 a mano de la inteligencia marroquí y fue el único país que decidió retirar a los colaboradores e impedir que sigan colaborando en los Campamentos.
No sólo esto, sino que además apoyó a Marruecos durante la sentada de Aminetu Haidar y por orden del ministro de Asuntos Exteriores Moratinos, impidieron a la Televisión Saharaui transmitir a través del satélite español. Hispasat, y pretendía bloquear todo movimiento del Frente Polisario fuera de su control.
También, por órdenes oficiales, tachó el expediente de derechos humanos en los territorios ocupados y trató maliciosamente el expediente de Gdeim Izik y los juicios relacionados.
Pero los hábiles tratos del Frente con las Naciones Unidas obligaron a Marruecos a retirarse de las negociaciones en febrero del 2012 y el enfoque del Frente hacia Europa, vinculando relaciones directas con partidos políticos y parlamentos y ampliando la base de solidaridad a nivel europeo, hicieron que España perdiera el estatus de referencia para la Unión Europea en la cuestión del Sáhara Occidental. En este sentido surgieron posiciones, especialmente de los países nórdicos, que no siguieron el camino de España.
Y el caso saharaui comenzó a imponerse sobre la mesa del Parlamento Europeo.
El Frente también abrió el expediente de derechos humanos y la batalla judicial, que avergonzó a España, sobre todo después de la decisión del Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea en diciembre de 2014. Lo que puso España a la confrontación directa con el Frente y sustituyendo al ocupante marroquí adelante de los judgados y fue España que dirigió la apelación contra la decisión del tribunal.
Periodo comprendido entre 2015 y 2019
España trabajó con todas sus fuerzas, a través del llamado Grupo de Amigos del Sáhara Occidental, para saltarse la legalidad internacional de los derechos del pueblo saharaui, y las huellas del Embajador Permanente de España, Román Oyarzun Marchesi, fueron claramente visibles en todos los borradores de las resoluciones del Consejo de Seguridad, que decía ser elaborados por los Estados Unidos de América, por lo que se introdujeron nuevos conceptos y nuevas terminologías destinada Con la intención de tergiversar la cuestión de su marco legal, tales como: “Solución acordada que sea realistamente aplicable, etc….”
Paralelamente, la España oficial continuó promoviendo la propuesta de autonomía de Marruecos, la impulsó por todos los medios y para presionar al Frente polisario y aislarlo apoyó los movimientos políticos fantasma para crear órganos paralelos al Frente polisario, organizaron foros para los mismos, financiaron agentes para intervenir el proceso.
Los barones políticos españoles intervinieron con todo su peso en el proceso intentando compensar a Marruecos por su incapacidad en hacer vivo, eficaz y aceptable el llamado Consejo Real Marroquí para Asuntos del Sahara.
La España oficial dio instrucciones a su consulado en Argelia para facilitar visado para jóvenes saharauis fuera de la administración y protocolo establecido por el frente polisario y la embajada de la RASD en argel y las vías legales establecidas y, Creó redes de agentes saharauis y españoles para fomentar la migración ilegal masiva de jóvenes saharauis por todo el ámbito europeo. por el contrario, sofocó las solicitudes de visados para los enfermos, incluidas las de los casos de cáncer y enfermedades muy graves y también a delegaciones oficiales del polisario invitados por actos políticos en España.
España lideró el proceso de impugnación de las sentencias del Tribunal Europeo y fomentó la violación de esas sentencias. Lideró los recursos contra las sentencias del tribunal y enfrentó directamente al Frente Polisario ante él. El ministro español de Pesca trabajó directamente para incitar a los europeos a asediar la cuestión saharaui y trabajó muy duro a nivel del Parlamento Europeo para sembrar la confusión.
España redujo su ayuda humanitaria a los refugiados saharauis y limitó al mínimo el trabajo de la Agencia Española de Cooperación Exterior en los campamentos, tras no conseguir que ésta controlara los medios de vida de los refugiados directamente fuera de la administración de la República Saharaui y de la organización del Frente Polisario. Trató de alentar y apoyar al Consejo Juvenil Danés para que hiciera lo que su agencia no pudo conseguir en organizar proyectos, especialmente para los jóvenes fuera de la administración estatal saharaui y la organización saharaui, con el fin de debilitar la dependencia de los saharauis del Frente y, a cambio, cubrir las necesidades para desvincularse de la organización política del Frente.
Cuando el Frente anunciando su decisión de revisar su participación en el proceso de paz liderado por las Naciones Unidas tras la resolución del Consejo de Seguridad a finales de octubre de 2019, España se dio cuenta de que había fallado en la gestión del expediente. y se aprovechó que el frente haya anunciado su decisión de organizar su decimoquinto Congreso en las zonas liberadas, para apresurarse, en palabras de los Ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores, para amenazar y reprender a cualquiera que intentara participar en la conferencia y sembrar una atmósfera de terror, confirmando que dispone de información precisa sobre la planificación de las operaciones terroristas que se llevarán a cabo en los Campamentos coincidiendo con los trabajos del congreso.
Periodo desde 2020 hasta hoy
Antes de la reanudación de la lucha armada tras la violación del alto el fuego por parte de Marruecos, España bajo el Gobierno del PSOE con Pedro Sánchez, no anunció ninguna posición sobre la presencia marroquí en la zona de El Guerguerat ocupado, ni expresó ninguna posición oficial cuando se reanudó la lucha armada. No hizo comentarios sobre el Tweet del presidente estadounidense Donald Trump a finales de 2020, pero sí entró en una especie de maniobra y representación teatral, fingiendo tener problemas con Marruecos y negándose a seguir los pasos de Trump y otras teatralidades por el estilo de los AÑOS 1974 Y 1975 DE FORMA MODERNA DE APARIENCIA Y ANTIGUOS CONTENIDO.
España continuó con su papel malicioso dentro del Consejo de Seguridad por la vía del llamado grupo de amigos del Sahara , y la llegada de Ibrahim Ghali para recibir tratamiento en España fue una oportunidad para remover los hilos de la nueva conspiración: España movilizó a sus medios de comunicación y presionó para que se presentara una denuncia de los servicios de inteligencia marroquíes contra el presidente saharaui , que estaba entre la vida y la muerte. Los servicios de inteligencia españoles y marroquíes jugaron un papel integrado en crear un gran revuelo sobre el tema, a pesar de que el asunto mostraba desacuerdos entre los servicios españoles, principalmente los servicios de inteligencia, y el Gobierno.
A principios de 2021 el jefe del Gobierno se reunió informalmente con el presidente saharaui durante la sexta cumbre Unión Africana y la Unión Europea en Bruselas con el verdadero objetivo de animar a Marruecos para ejercer más presión sobre el gobierno español.
España instó a Marruecos a intensificar el chantaje de la inmigración, para facilitar la preparar de la opinión interna española principalmente para lo que está convencido y quiere hacer desde hace tiempo, sobre todo después del fracaso del Tweet de Trump.
La decisión del presidente del gobierno español se hizo pública el 19 de marzo de 2022 de reconocer la supuesta soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y no sólo eso, sino que organizó dos seminarios para el llamado; Saharauis por La Paz. Uno en Canarias y otro en Dakar, con la presencia de altos barones de la política española, en un intento de confundir al Frente Polisario y obligarlo a aceptar la solución que España quiere.
Después de que se emitiera la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea a finales de septiembre de 2021, España rápidamente dirigió la apelación contra la decisión y se plantó directamente frente al tribunal encarando al Polisario durante la última sesión judicial para debatir las apelaciones.
España del 2023 es la misma España de 1969, el mismo propósito, el mismo juego escandaloso y hasta la misma valoración errónea del pueblo saharaui. No obstante, el pueblo saharaui se benefició de sus recursos gratuitos.
España 2023 es la España 1969, el mismo objetivo, la misma jugada de escándalo, incluso la misma evaluación errónea del pueblo saharaui.
Sin embargo, el pueblo saharaui ha demostrado su presencia a nivel local, regional e internacional, y hoy se ha convertido en un factor de equilibrio y estabilidad y seguridad en la región y se quedó la España oficial jadeando tras sus difuntos sueños expansionistas sin sacar lecciones del pasado, de las experiencias, y los importante sin conocer al pueblo saharaui.
Y por mucho que pretendiera remover las aguas turbias, saltándose el derecho del pueblo saharaui con vanos intentos de perjudicar a su único y legítimo representante y eludir sus responsabilidades legales, debe saber que no cambiarán la política hacia España dentro del marco de la Ley y el Derecho Internacional.
La próxima sentencia del Tribunal Europeo, junto con la sentencia del Tribunal Supremo español de julio de 2014, puede ser una forma de arrastrar legalmente a España ante los tribunales, obligar al Frente a rechazar cualquier trato con Marruecos y exigir negociaciones al ex colonizador, España que es el verdadero ocupante real hoy.
* Director de la televisión RASD TV
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