Estampas de la guerra posmoderna
Por Nònimo Lustre
Puesto que la censura sionista-militar no nos permite saber cómo discurre el genocidio contra la frontera de Rafah (ni, en general, contra Gaza-Cisjordania), lo único que sabemos se reduce a leer que los medios Aliados del Sionismo (todos), no cuentan nada sobre el uso de drones asesinos por parte del Tsahal. Para saber (muy) poco más, ubicamos el uso o desuso de los drones en un supuesto marco general, a saber: en la práctica cotidiana del ejército sionista, ¿cuáles son sus respectivos porcentajes entre el gasto de material bélico obsoleto y la obligación -impuesta por los USA-, de experimentar la guerra posmoderna? No lo sabremos nunca.
¿Por qué los drones y no la aviación, los reservistas, los colonos, la artillería, etc?: Porque la guerra posmo representada por los drones es menos conocida que la arcaica guerra convencional. Pero, ¡ojo!, es una guerra con pretensiones de futuro universal, una guerra dizque discreta, sin verdugos conocidos -léase, sin bajas entre los ‘buenos’ siempre anónimos- pero con miles o millones de asesinatos de los ‘enemigos’. En tal caso, ¿deja de ser guerra? Obviamente, no. Y, para mayor inri, nos apoltrona como inanes espectadores ante un aterrador escenario donde Israel, como mamporrero de los EEUU, está diseñando para su amo un futuro global. O, dicho de otro modo, los sionistas creen haber vencido a los Nazis y nos les falta razón puesto que los han superado. Pero aun así, como potencia subsidiaria que son, saben que carecen de la fuerza bélica necesaria. Por este ‘pequeño detalle’, han de conformarse con comenzar, poco a poco, la conquista de los EEUU.
Por su parte, el Gran Amo continúa con su rutinaria estrategia de cal y de arena: por un lado, Biden dice que (temporalmente) no facilitará a Tel Aviv 3.500 bombas “de alto poder” (¿cuáles son las de ‘pequeño poder?, ¿será que hay nucleares en miniatura?, mejor no demos ideas) pero, por el otro lado, construye en la costa de Gaza un puerto flotante del que sólo podemos suponer que es fruto coyuntural ¿y efímero? de la enésima y arbitraria matanza (todas lo son) de los voluntarios de ese World Central Kitchen comandado por su afamado Chef de origen hispano. Además de que así los EEUU disponen de un muelle propio (¿para qué si ya tienen más que suficiente autonomía?), poco más sabemos. Dice Biden que le está costando más de 300 millones de US$ pero, como dijimos desde el comienzo del genocidio gazatí, nunca ratificaremos ninguna cifra oficial de ninguna de los partes que participan voluntaria o involuntariamente en esta llamada ‘guerra’ asimétrica -en especial las ofrecidas diariamente por el Tsahal puesto que, si no creemos en la contabilidad sionista, menos aún creemos en los números gringos.
Experimentación bélica
Para ‘mejorar’ su empeño genocida, Israel utiliza a diario la mundialmente glorificada Inteligencia Artificial (IA, ¿para distinguirla de la inteligencia natural?) Hace meses, propagandeó que ya utilizaba el programa Lavender, de identificación facial, para seleccionar a los “terroristas” que luego asesinaría. Dice Tel Aviv que es muy efectivo y tenemos que creerle porque, según el Tsahal, en mes y medio (desde el fatídico 07.X.2023 hasta el 24.XI de ese mismo año), gracias a Lavender asesinó a 15.000 palestinos. Item más, desde hace tres años, los sionistas están ‘mejorando’ el programa Red Wolf, también de reconocimiento facial, diseñado para rastrear a familias palestinas y automatizar las restricciones circulatorias que les imponen.
Sin embargo, ni la IA ni Lavender ni Red Wolf, informan sobre el estado físico (el aspecto por ejemplo) de las víctimas asesinadas. Según narra Joseba Zulaika en su ya citado libro Muerte desde Las Vegas, tras un bombardeo en Afganistán con drones Predator, un niño pequeño recogía los trozos de su padre intentando darles forma humana. Hoy, los sionistas hacen lo contrario: su propaganda niega que las decenas de miles de niños gazaties que despanzurran a diario sean humanos -erre que erre, siguen siendo muñecos animales.
Muñecos peruanos que intentan reconstruir a los muertos.
Omar Bilal, 4 años, no es peruano sino palestino. Para los sionistas, no fue asesinado por Israel porque sólo era… un “muñeco”.
Léase que, tanto hoy como hace milenios, la actualización tecnológica de las armas ha logrado que aumenten los cadáveres descuartizados -y el correlativo odio de sus deudos. ¿Misión cumplida?: sólo en parte puesto que el “fuego amigo” (friendly fire), se ha incrementado al mismo ritmo. Otrosí, ¿hay relación directa entre el complejo IA+derivadas y que la otra lista, la de Forbes, incluya en su nómina de 2024 nada menos que a 36 multimillonarios sionistas, cinco dellos nuevos en el Paraíso del Becerro de Oro? Seguramente.
Por lo demás, nada que no sepamos del genocidio: los sionistas continúan no sólo arrasando hospitales y ambulancias sino que, además, mediante el fácil trámite de asesinar “in cold blood” a los sanitarios sobrevivientes, convierten los centros de salud bajo su poder en centros de exterminio. Ejemplo: en mayo 2024, tras 4 meses en una ergástula sionista, fue asesinado Adnan al-Bursh, jefe de ortopedia en el hospital gazatí de Al Shifa -huelga añadir que ahora arrasado. Algunos ordenancistas nos preguntarán: ¿asesinado o muerto sin más? ¿por acción o por omisión? Les contestaríamos aproximadamente lo mismo que R. Sánchez Ferlosio le espetó a Walt Disney: “que las llamas del infierno derritan tu corazón de hielo”.
En la copiosa hemeroteca de estos últimos seis meses de constante genocidio que tenemos archivada a salvo de los muy cibernetizados sionistas sobran cientos de ejemplos de la vesania sionista. Pero sólo vamos a mencionar un caso y solamente porque afecta a los aherrojados entre los marginales: los indígenas beduinos. Dícese que los misiles iraníes apenas causaron daños en Israel. Ok, pero se olvidan que resultó gravemente herida Amina Hassouna, niña beduina de 7 años nativa de la aldea clandestina (no reconocida) de Al-Fura (sur del Neguev) ¿Qué hizo después Israel?, ¿presumir de que, ciertamente, algunos beduinos sunitas -mezclados con etíopes- forman parte de, al menos, dos batallones del Tsahal? No: el 1º de mayo, destruyó la casa de Amina -quizá pensaron, ¿para qué necesita la casa si todavía está en el hospital?
Últimas noticias: ¿qué hace en Eurovisión Ronan Bar, el jefe del Shin Bet? Además de lo obvio -que Israel prioriza el bodrio dizque ‘europeo’ más monótono y populachero-, así como de analizar el declive o el incremento del turismo hacia la Tierra-no-tan-Santa y, especialmente, de que, dentro de la OTAN, la agora derechizada Suecia es uno de los primeros fabricantes de armamento, no sería razonable creer que el Gran Jefazo del espionaje interno viaja a Malmö para identificar a los aniti-sionistas para después incluirlos en la lista de “terroristas antisemitas” a asesinar -tarea al cargo de sus numerosos agentes subalternos, anónimos y buena parte dellos manipuladores de opinión y/o provocadores a pie de obra.
Eso en cuanto a las cuestiones operativas. Pero, en lo idiosincrático (detesto el campo semántico del ‘carácter colectivo’ y más aún si es ‘nacional’), míster Ronan Bar quizá esté dejándose llevar por la manía sionista de ese victimismo multisecular que tantos dividendos le ha conseguido. Suponemos que le dolerá implorar ante los goyim rubios, herejes cristianos a fin de cuentas, un descarado favoritismo que la UE niega a sus universitarios. Pero, como en Europa se admite desde antaño, Eurovision bien vale una misa.
¡Dejadnos ganar!… En esta guerra proxy, los sionistas, prepotentes asesinos hasta ayer, hoy se han convertido en mendigos lastimeros. Así, confiesan que no serían nadie sin sus amos y genuinos genocidas: los EEUU.
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