Felipe VI “El óptimo”, según las Reales Academias
Por Cristina Calandre Hoenigsfeld
El día 14 de octubre, tuvo lugar la apertura del curso de las Reales Academias del Instituto de España, en la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Viendo las imágenes del video (1), llama la atención una cruz, que está en la mesa, enfrente del presentador Benigno Pandás, Presidente de esa Real Academia. No creo que en unas instituciones que se financian generosamente, con cargo a los Presupuestos del Estado, en un Estado aconfesional, se pueda hacer eso, pero como da todo igual, pues allí tenemos la imagen de la cruz y la corona, siempre juntas.
El acto fue presidido por el Rey Felipe VI que intervino dando la gracias a las Reales Academias, por ocuparse del papel de la Monarquía en la historia de España.
Ese fue el tema del conferenciante, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, “La monarquía según la Constitución”, en donde por supuesto no resaltó que en el artículo 62b dedicado a la Corona, en donde se dice que las Reales Academias, están bajo el alto patronazgo de la Monarquía, ocultando que fueron disueltas por la II República, mediante decreto (Gaceta de Madrid, firmado por Azaña) el 17 de septiembre de 1936, habiendo sido en 1931, retirado lo de “reales”.
Y recreadas de nuevo por el franquismo desde Burgos, en enero de 1938 BOE, firma Franco). Este tema lo hemos abordado en muchas ocasiones. No lo voy a volver a explicar. Las actuales Reales Academias y el Instituto de España son instituciones herederas del franquismo.
Para uno de los padres de la Constitución, Miguel Herrero, el conferenciante, la monarquía fue la “llave fundamental para la transición a un estado democrático de derecho”. Pero hay que recordarle que durante esa Transición, hubo una institución que era republicana, la “Generalitat de Catalunya”, como se explica muy bien en las intervenciones que tuvieron lugar sobre Josep Tarradellas, el día 4 de octubre, (2). En el año 1977, Adolfo Suarez, llegó a un acuerdo para restituir la Generalitat, que se había mantenido durante el largo exilio, al final a través de la figura de Tarradellas, su Presidente elegido durante el exilio.
A la vez se hacía que la legalidad republicana y su Constitución de 1931, fuera mantenida en medio de todas esas leyes franquistas del Movimiento, durante un corto periodo, hasta la aprobación de la Constitución de 1978, donde la Generalitat catalana, pasó a ser una más de las autonomías.
Creo que esas eminencias de académicos, como resalta la Ministra de Ciencia, Diana Morant, que participó en el acto, tienen que reconocer que algo falló, cuando en la Transición, aceptaron a una institución republicana, como la Generalitat de Catalunya, y a la legalidad de la II República. O tendrían otros motivos.
Una memoria democrática, según la Ley de Memoria Democrática, aprobad hace ya dos años, el 19 de octubre de 2022, requiere que se declaren ilegales a los tribunales franquistas, y nulas sus sentencias, la de millones de republicanos represaliados, como la de mi abuelo, el eminente cardiólogo Luis Calandre Ibáñez.
Pero que yo sepa, no hay todavía un reglamento que desarrolle ese apartado de los tribunales y sus sentencias. No sé si llegaremos a tiempo.
Notas:
1.- Inauguración del curso académico
2.- El Memorial Democràtic homenatja la figura de Tarradellas a Poblet
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