Foro asnal de la kultura
Daniel de Cullá. LQSomos. Octubre 2014
Innovación del Rebuzno
Que hemos perdido el Burro de nuestro horizonte es bien seguro. Como seguro es que ningún Foro se encontrará feliz de tal hallazgo, a no ser el exclamar muy alegres la O de su Rebuzno desde su pesebre al auditorio atronando. Cogidos in fraganti los literatos cual sacerdotes al momento Rebuznando, al respetable sorprenderán al ver que el Asno que han perdido carga una gavilla de hipócritas que el Aria Rebuznal entonan.
¡Za! Grita la gente para ahuyentar los animales. Lo oímos con placer, tan satisfechos. Y envidia nos da su Rebuznar, deseando aprender con reglas y mesuras del modo como nos lo enseñaron nuestros maestros, revendedores de letras y cuadrúpedos tan diestros en Rebuznos, que ya académicos, literatos, catedráticos, políticos “tíos listos” se van haciendo.
La Kultura es tan apreciable como despreciable. Los necios cagan libros, y muchos hombres y mujeres hay que del Rebuzno han hecho su Razón, y convencen Como Sancho, ese buen Sancho de don Quijote, somos eternos compañeros de un Asno. La dicha que nos da el Rebuzno de un Jumento la historia política bien clarito nos lo dice. Si Rucio sale del Gobierno, por ejemplo, la nazión caerá en un sima donde yacerá en vida sepultada, que por eso cree que jamás escapará del yugo, el palo y tentetieso.
¡Hostias! Oigamos con don Quijote de Sancho sus lamentos:
-Hecho en falta ver a mis antepasados cabalgar en Asnos; como me asquea ver a nuestros gobernantes admirados ir montados en coches de muchos caballos.
Uno que había tropezado y varado su “burra”, la bicicleta, en tierra, Tomé de Zabarcos, de Avila, dijo:
-Yo fui vendedor de ropas en plazas o parajes de la población visitada. Fui emigrante en Alemania y, en verdad os digo que “no faltan Burros en Alemania”.”Los Asnos de España son muy estimados allí. Que América fue descubierta y poblada a lo Burro. El amor de Isabel la Católica para con los Asnos fue muy extremado; como lo es hoy el amor extremo de los políticos para con su Buche”.
-No es extraño, dijo un nuevo contertulio, Darío de Hytaspes, que se había agregado. Prosiguiendo:
-En todas partes del Globo la Política sirve a la panza y a las cuentas bancarias. ¡Qué valor! Todo en la vida no es más que un lance asombroso de una canilla de animal. Cualquiera de los huesos largos de la pierna y del brazo; cualquiera de los huesos principales del ave, para hacer flautas de Rebuznos, o escribir asnífluamente narrativa y versos.
Tomé de Zabarcos, después de mirar a su alredor, dijo:
*Por todas partes hay Burros, gracias a dios. El Elogio del Rebuzno es la mejor asignatura en todo estudio y en toda carrera universitaria. ¿Sabéis?, un cerdo alemán vino a conocer las dos Castillas, y me dijo que “Castilla es un país de buenos Asnos”. Que conoció a una señora mayor que todavía hermoseaba y que salió zafa en el juego del amor, quien le dijo que “ella quería tener un hijo con dos cabezas, pues así sería de los más listos de la tierra, haciéndose futbolista o político” Y “que si no fuera por los Asnos no habría rey”.
Restituta Julia, amiga de Darío de Hytaspes, que se había dado en la cara cierto polvo mineral con que se dio color azul, le cortó, diciendo:
-Los Asnos son capaces de enseñar Literatura, ¡palabra!, y todas las demás asignaturas que hacen a los estudiantes conseguir cátedras de Rebuznos. Que nuestro parentesco nos viene del Asno, no del mono, y menos de dios. Yo, como todas las mujeres, soy pastora moza subordinada al rabadán, mayoral de pastores., y, aunque hoy día no vamos en zaga al macho, es hecho cierto que existe un Aria de la sumisión y que nosotras, aun sin saber música, tenemos que tocarles su órgano.
-¿Y que me dices de la lascivia?, le preguntó Záfara, una amiga de Zamora, desde la puerta que da a la calle, de una manera como quien habla con gachas o puches claros de harina en la boca. A lo que respondió Restituta:
-La Lascivia de los Asnos es tan extremada como la de los curas y frailes, al igual que lo es la Resignación, una de las muchas prendas del Asno que adorna de igual manera a los hombres.
Todos callaron y dirigieron sus miradas a los contertulios del Foro que salían con sus zahones caídos, especie de medios calzones de cuero que cubren la parte delantera de los muslos, con un semblante entre cervuno y negro, pero alegres porque iban a celebrar zahora, comilona de amigos con bulla y zambra.
Un zahorí de las letras que ve lo que está oculto y en particular tesoros literarios, perspicaz y escudriñador, a lo zaino, al soslayo y recatadamente se acercó a un libro que estaba caído en el suelo medio abierto sobre algo que parecía brillar. Pensando que era un pájaro le hizo un azalá diciéndole frases zalameras para captar su voluntad. Cuál fue su sorpresa que al levantar el libro vio, todos lo vieron, una cagada del caballo del rey Alfonso de Castilla y León, conquistador de Toledo vencido por Yusef, rey de los africanos almorávides, el cual poco tiempo después llamó a esta mierda Sacralia, y los cristianos dijeron “que era una alma en pena sólo creo”.