Francia: huelgas y manifestaciones en todo el país
Por Máximo Paz*. LQSomos
El martes 5 de octubre los principales sindicatos obreros, estudiantiles y sectores combativos de izquierda convergieron sobre las calles de distintos centros urbanos franceses con el objetivo de visibilizar la fuerza que se opone a las medidas de ajuste que intenta llevar adelante el presidente Emmanuel Macron. Las exigencias son por el aumento de sueldos, la lucha contra la precariedad y la denuncia de varios proyectos gubernamentales, incluida la reforma de las pensiones y el seguro de desempleo. Según las centrales gremiales, pese a la sistemática crítica hacia las acciones directas por parte de medios oficialistas y el numeroso despliegue policial, alrededor de 160 mil personas se manifestaron en toda Francia
Al fin, la esperada cadena de huelgas y manifestaciones para condensar el descontento disperso que se exhibe en Francia a través de conflictos aislados, aunque profundos, fue un hecho. Este martes 5 de octubre, por convocatoria de la Agrupación Intersindical (compuesta por la CGT – FO – FSU – Solidaires) y de los sindicatos estudiantiles (FIDL, MNL, UNEF, UNL), se llevó a cabo el llamado a huelgas y manifestaciones en todo el país europeo. Por ello, el martes se registraron protestas en París, Toulouse, Burdeos, Rennes, Nantes, Caen y Marsella, entre otras ciudades.
En París, cerca de 25 mil manifestantes marcharon rodeados por un asfixiante dispositivo policial. Entre ellos, muchos sindicalistas y algunos sectores en lucha. Por el lado de las y los trabajadores del transporte, una columna sin precedentes protagonizó el desfile callejero. Mientras las y los obreros de Transdev libran una lucha decidida contra la patronal desde hace más de 30 días, las y los transportistas de RATP, SNCF y de otras empresas logísticas privadas confluyeron para denunciar la apertura a la competencia y el consiguiente salario a la baja. En la manifestación también estuvieron presentes trabajadoras y trabajadores en huelga de firmas como Bergams, PPG y Atos.
En las distintas ciudades sectores en lucha, como la de la firma panificadora Neuhauser en Metz, marcharon junto a una mayoría de sindicalistas y trabajadores que habían venido a participar en esta primera fecha de reaparición obrera en las calles. Las y los manifestantes fueron casi 5 mil en Toulouse, 4 mil en Burdeos y Marsella, para más de 200 concentraciones en toda Francia.
Según cifras del Ministerio del Interior francés, unas 85 mil personas se adhirieron en toda Francia, sin embargo, las cifras de la Confederación General del Trabajo (CGT) aseguran que fueron cerca de 160 mil las y los concurrentes.
El pliego de demandas sobrevoló a través de los temas que más afectan sobre la clase obrera. Uno de ellos fue el de la recomposición del salario mínimo, en tanto que el pasado 1 de octubre, el Smic (salario mínimo de crecimiento o ‘Smic’, en francés) se incrementó en un 2,2%. De modo que pasó de 1.554,58 euros a 1.589,47 euros, un incremento de 34,89 euros. No obstante, las organizaciones laborales reclaman un salario mínimo de 1.700 euros.
“Las subidas de precios que han llegado a acentuar la presión sobre el poder adquisitivo muestran lo central que es esto”, dijo Yves Veyrier, secretario general de Fuerza Obrera, al diario Ouest France, en plena marcha parisina. Veyrier pidió además “una revalorización urgente de todos los oficios pegados al salario mínimo».
Las y los trabajadores consideran que la vida en las grandes urbes es cada vez más cara. Además, subyace la urgencia de clasificar las ramas profesionales para aumentar el salario mínimo y el pedido de implementar la emergencia salarial en el servicio público, entre otros cambios al gobierno de Emmanuel Macron.
A su vez, una de las reformas más recientes y por la que muchos protestaron es la del seguro de desempleo, el cual ya no calculará la ayuda económica dividiendo los salarios brutos percibidos en los últimos 12 meses, sino durante los últimos 24. Esto se traduce en una reducción de las prestaciones de las personas que reciben el socorro.
«En cuestión de salarios y empleo llevamos meses y meses haciendo propuestas al gobierno y de momento vemos que todos los que fueron aplaudidos durante la crisis todavía no han visto actualizado sus salarios», aseguró en la manifestación parisina Philippe Martínez, Secretario General de la CGT francesa.
«Los 183 euros de bono son buenas noticias, claro. Pero hemos visto el congelamiento generalizado del salario en general y esta ayuda no será ni remotamente suficiente para mitigar los efectos del crecimiento del costo de vida», expresó Christel Cabón, trabajadora técnica de laboratorio en la marche efectuado en París.
Francia está inmersa –como toda Europa- en un problema con el precio de la energía, que afecta directamente sobre las economías de los bolsillos populares. Este martes, mientras sucedían las manifestaciones, el primer ministro francés, Jean Castex, prometió actuar en ese sentido mediante un bloqueo en las subas, medida que se sujeta a los apremios que surgen al tener en consideración las elecciones que se desarrollarán en pocos meses.
Es por ello que sectores gremiales antiburocráticos – es decir, que van por fuera de las estructuras sindicales principales – entienden que la acción desarrollada ayer por parte de las centrales gremiales se relaciona con la contienda electoral y que implica una táctica para ganar espacios en la discusión por el poder y el protagonismo político. Aún así, el descontento generalizado encontró una válvula de visibilización y la oportunidad de trazar una continuidad en la lucha que implique una mejora sustancial en la economía de las y los obreros en Francia.
* Agencia de Noticias RedAcción (ANRed)
– Francia -LoQueSomos
Síguenos en redes sociales… Facebook: LoQueSomos Twitter@LQSomos Telegram: LoQueSomosWeb Instagram: LoQueSomos