Francia se jacta de defender los DDHH. En el Sáhara Occidental los veta
Por Alfonso Lafarga*. LQSomos.
Para la República Francesa los Derechos Humanos son una prioridad de su política exterior, pero impide que figuren entre los cometidos de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). Los Derechos Humanos son violados continuamente en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, que mantiene alrededor de medio centenar de presos políticos condenados en juicios irregulares y con ausencia de pruebas
“Los Derechos Humanos, una prioridad de la política exterior de Francia”. Es el concreto titular con el que el Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores francés presenta su posición sobre los derechos humanos, cuya violación dice que lleva a su diplomacia a luchar “donde se cometa”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia inicia su exposición en la página web del departamento con esta definición: “Los Derechos Humanos son los derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua o cualquier otra condición y abarcan numerosas temáticas”.
Indica que los Derechos Humanos figuran entre los valores fundamentales de la República Francesa, tal y como proclama el preámbulo de su Constitución, y asegura que “el respeto de dichos derechos es central en el ejercicio de la democracia en Francia y en su compromiso en el seno de la Unión Europea y las organizaciones internacionales”, un compromiso que se traduce en “acciones políticas y diplomáticas, en el ámbito nacional, europeo e internacional”.
Tras esto, se detallan los temas con los que Francia está especialmente comprometida, entre los que figuran las “detenciones arbitrarias” y las “desapariciones forzadas”.
Con motivo de su incorporación, en enero de 2021, al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Francia señaló entre sus prioridades la protección de los defensores de los derechos humanos, la libertad de información y la libertad de prensa, además de seguir trabajando en la abolición universal de la pena de muerte, la lucha contra cualquier forma de discriminación y “la lucha contra la impunidad de los que cometen crímenes atroces”.
Estas violaciones de los derechos humanos contra las que se pronuncia Francia son una realidad en un lugar concreto: el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, un Territorio No Autónomo pendiente de descolonización. Lo han denunciado reiteradamente organizaciones como Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW), el Centro Robert F. Kennedy (RFKC), la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REMDH), el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos o Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En los resúmenes mensuales que publica Contramutis sobre violaciones de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental se repiten los hechos: represión de cualquier expresión o manifestación de la población saharaui, que pide la autodeterminación; detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas y malos tratos, juicios irregulares, persecución a periodistas, ausencia de libertad de información y de prensa, discriminación laboral con los saharauis, expulsión de observadores internacionales…
Además, alrededor de medio centenar de presos políticos saharauis cumplen severas condenas, adoptadas en juicios denunciados por comisiones de juristas internacionales por sus irregularidades y falta de pruebas. La mayoría de los reclusos se encuentran en cárceles marroquíes lejos de sus familias, que deben recorrer hasta mil kilómetros sin saber si se les permitirá la visita. Varios de ellos están desde hace tiempo en régimen de aislamiento.
En este contexto, año tras año se renueva el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) -creada para vigilar el alto el fuego al que llegaron en 1991 el Frente Polisario y Marruecos, ahora roto, y realizar el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui- , pero siempre sin competencias en materia de Derechos Humanos, con lo que sigue siendo la única misión de paz de la ONU sin este cometido.
Y detrás de este fracaso de la MINURSO siempre aparece el nombre de Francia, “la cuna de los Derechos Humanos”, que tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad: consigue que no prosperen las propuestas para que la misión de la ONU tenga entre sus cometidos la vigilancia de los derechos humanos, como ha ocurrido en la última renovación, en octubre de 2021.
Es la Francia de que en mayo pasado condenó la detención “arbitraria” de varios periodistas en Nicaragua e instó al Gobierno de Daniel Ortega a respetar sus compromisos internacionales, “especialmente en Derechos Humanos”, lo que no hace con el Gobierno de Marruecos.
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* Contramutis
Sáhara – LoQueSomos
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