Grecia. Ante la barbarie, solidaridad: las clínicas sociales

El sistema de salud público griego ha sido colapsado. Bajo la dirección de la Troika y la complicidad del gobierno griego son muchos los hospitales, centros médicos y departamentos que han sido cerrados o unificados, y el enorme recorte para la financiación de los hospitales públicos está provocando graves carencias básicas en ellos. Cada vez son más los excluidos de la cobertura médica pública, impuestas unas restricciones de 6-7 meses cotizados en el último año con un paro del 27%. Todas las medidas impuestas dificultan día a día el acceso a la atención médica, una atención básica que dejó de ser gratuita, con precios de 5€ por consulta y 25€ en hospitales.

Ante esta emergencia sanitaria son muchos los que no han permanecido impasibles abriendo clínicas sociales autogestionadas. Estas iniciativas nacieron en un primer momento de la necesidad de prestar atención médica a los excluidos del sistema sanitario, los inmigrantes los primeros de ellos, pero cada día atienden a más griegos que o bien han quedado fuera de la cobertura sanitaria o no pueden pagar sus medicamentos.

La Clínica Social Solidaria de Atenas, ha sido una de las últimas en abrir, hace apenas un mes. La idea surgió de un grupo de compañeros activos en la lucha contra la destrucción de la sanidad pública griega y partícipes en diversas acciones de solidaridad, ante la necesidad de hacer frente a la acuciante realidad a la que se enfrentan cada vez más personas en Greci a. Tras seis meses de trabajo, lograron abrir este centro, en el que profesionales médicos prestan sus servicios de forma voluntaria. El equipamiento y las medicinas son pagados por los propios voluntarios de su bolsillo o donados por particulares o farmacias que quieren colaborar. Durante nuestra visita a este centro médico una mujer trae dos bolsas llenas de medicamentos provenientes de una de estas farmacias. La consulta, situada en un edificio de viviendas en el centro de Atenas, ha sido cedida gratuitamente por una entidad sin ánimo de lucro. Cuenta con la mayoría de las especialidades médicas, y esperan en un futuro cercano, nos cuentan con optimismo y seguridad, poder ofrecer todas ellas. Pese a que aún no han tenido tiempo de hacer una gran difusión, en la última semana atendieron a más de 20 personas. Otras clínicas como ésta tienen ya lista de espera, como es el caso de la de Ellinikon. Otra de las clínicas con mayor trayectoria es la Clínica Social de Solidaridad de Thessaloniki. El objetivo de estos centros, nos dicen, es poder llegar a cerrarlos porque dejen de ser necesarios.

La lucha por el derecho a la sanidad se ha hecho patente en Grecia desde la puesta en marcha del primer memorándum y los sucesivos planes de austeridad. Desde la desobediencia de los médicos de los hospitales, negándose a cobrar las tasas de admisión y atendiendo a los no asegurados, hasta la ocupación del hospital de Kilkís en febrero de 2012, donde durante tres semanas los trabajadores autogestionaron el hospital al margen de la administración denunciando las condiciones de trabajo en él y las imposiciones a la ciudadanía. Ese mismo mes, trabajadores de los sectores de salud mental y educación especial ocuparon también el Ministerio de Sanidad en Atenas durante quince días demandando entre otras cosas la retirada de todos los planes de desmantelamiento del sistema de sanidad y bienestar, el acceso gratuito a él y no más despidos de compañeros con pretextos de traslados o supresión de unidades de servicio. Estos son algunos ejemplos de esta lucha por la dignidad humana de la que las clínicas sociales también forman parte.

La explosión de iniciativas solidarias que vive Grecia desde septiembre de 2012, les hace ser optimistas, nos dicen en la Clínica Social Solidaria de Atenas: sólo la unión y la solidaridad permiten vencer el miedo al que tratan de someter a la sociedad griega. La hospitalidad con la que nos reciben y la sonrisa con la que nos despiden son buena muestra de ello.

Centro Médico Social Solidario de Atenas